Una de las grandes metas de este Website es transmitir a sus usuarios informaciones valiosas, basadas en experiencias reales, que le ayuden a vivir mejor, con buena calidad de vida, lo cual tiene obviamente que ver también con la buena salud del cuerpo físico. Prevenir de modo efectivo la aparición de dolencias y mantener en perfecto estado el vehículo que nos ha sido entregado al nacer da como resultado el pasar por la farmacia solamente para comprar pasta dentífrica, gel de ducha y champú, olvidando los planes de salud definitivamente. Por cierto, esta es mi realidad desde que he comenzado con ahínco la búsqueda de la verdad y el auto-conocimiento.
Sé que muchas personas encontrarán – todavía – muchas dificultades para estar de acuerdo; conozco personas estupendas, inteligentes y decentes, pero que no aceptan ni siquiera escuchar, abrirse hacia algo que podría mejorar su vida. Voy a mencionar dos casos reales, páginas del libro de memorias de mi vida.
En Italia, por las pasadas Navidades, visité tras muchos años a una pareja de amigos queridos de la infancia, personas con buena preparación y destacadas en la ciudad. Él, médico oncólogo de renombre, director clínico del Hospital de la Universidad; ella, profesora de facultad, un alma bella y sensible que ha sufrido hace algún tiempo una mastectomía radical y que periódicamente pasa por revisiones para verificar si el cáncer se encuentra bajo control.
Sabía de su grave problema de salud y les pedí visitarles precisamente para intentar ofrecer algún tipo de ayuda. Era muy difícil abordar el tema, el tiempo pasaba, ya estábamos en los postres y, finalmente, no pude reprimirme más, no conseguí evitar el hablar sobre este drama que, por ironía del destino, le pasaba precisamente a la esposa de un gran experto en ese tipo de dolencias, sus tratamientos e implicaciones… respetuosamente, con delicadeza, pedí relatarles algunas experiencias terapéuticas en que yo estaba implicado, buscando efectuar una correlación entre aquella patología y el aspecto psico-emocional en desarmonía de los pacientes – básicamente pesadumbres, resentimiento y rabia contenida – y, eventualmente, cómo conseguir armonizar esas emociones. Hablé de meditación, florales, Reiki (o pranaterapia), constelaciones y otras más, todas terapias no invasivas y sin contraindicaciones; incluso me puse a disposición para lo que fuese preciso buscar en el Brasil dentro de este universo aún llamado “alternativo”.
¡Imagínese qué sucedería si hubiese puesto en pauta las cirugías espirituales de João de Deus o de Takamura!
Ni siquiera el vino generosamente servido colaboró en la tarea de compasión.
La semilla esparcida se perdió inmediatamente.
Él, cruzando los brazos y con mirada severa no admitió, categóricamente, nada más allá de la contaminación ambiental o la genética como factor causante del cáncer. Lo que se podía hacer era una detección precoz de la dolencia, y las herramientas a emplear todos las conocemos: cirugía, radio o quimioterapia. No logré contra-argumentar narrando los muchos casos que habían tenido desenlace positivo. No estaban preparados, ninguno de los dos, para iniciar la más ligera modificación en su manera de lidiar con la salud, no lograron abrir para si mismos siquiera un hilo de esperanza y, yo, bastante frustrado y habiendo perdido el ánimo, percibí que había invadido sin permiso un espacio intocado (e intocable) y, al poco rato, me disponía a marcharme.
El agradable contacto por e-mail que habíamos establecido, intercambiando amenidades y las novedades de ultramar, se transformó, desde entonces, en silencio total.
Recuerdo que quería contarles de cuando un médico italiano se enfrentó a un caso, según él, insólito, al tener que operar de adenoides, por segunda vez en dos años, a mi, entonces pequeño, hijo Marco. Siendo cirujano competente, garantizaba a pies juntillas que había retirado toda excrecencia carnosa que había encontrado en la primera vez. Y debía ser verdad… ¡Simplemente nadie había conseguido acabar con el permanente conflicto que vivíamos en familia! Descubrí este punto al abrir, aún en 1986, un pequeño pero poderoso libro azul que decía: Adenoides: Altercados en familia, discusiones. El crío no se siente bienvenido, le parece que estorba.
Ya está, muchas veces basta una simple y correcta información salvavidas, acompañada de una frase de apoyo a repetir como un mantra. La verdadera prevención de las dolencias, un método sencillo de alterar patrones erróneos de pensamiento que pueden desencadenar efectos graves.
Agradezco aquí públicamente y de corazón, tras 22 años, a Louise H. Hay , la autora de este esencial “Cura tu cuerpo”, libro que siempre se encuentra a mano y que ciertamente ha ayudado a millones de seres humanos mundo afuera; el primero de otros muchos superventas totalmente inspirados por la divinidad.
Louise, mujer muy sufrida y valerosa, abandonada y objeto de abusos en la infancia, hoy con más de 80 años, en perfecta forma, (ella dice que esta será la mejor década de su vida), todavía imparte seminarios y talleres para continuar ayudando a la humanidad de la forma más completa, exponiendo siempre de manera clara, amorosa y perfecta todos los pasos para que sigamos el camino aquí en la Tierra con sabiduría, libres de dogmas, de culpa, de rabia, de resentimiento, de enjuiciamientos, estando intensamente en el presente, amándonos, aceptándonos tal como somos, perdonándonos a nosotros mismos y a todos cuantos pasan o han pasado por nuestra existencia… reconociendo de una vez que somos nosotros mismos los responsables por todas las enfermedades que sufrimos en nuestro cuerpo y por todas las experiencias que pasamos aquí. Recordando siempre que los pensamientos crean la realidad y moldean el futuro, y que estamos aquí encarnados para brillar, manifestar nuestro poder de co-crear, de superar todo tipo de adversidades.
Muchos ya la conocen por aparecer desde hace años en la página de los Blogs, en las “Energías para hoy”, donde cada día se expone un tópico del libro para información. El de hoy es este:
Louise hay habla sobre problemas de Adenoides Altercados en familia, discusiones. El crío no se siente bienvenido, le parece que estorba.
¡Dios mío! Es preciso que diga esto, no sabía que el link de hoy hablaba precisamente de adenoides, ¡Solamente lo he visto ahora! Es una programación hecha de modo automático al comienzo del año y que vuelve a empezar al llegar al final de la lista… otro sincronismo. Gracias, muchas gracias.
Y hay algo además que ya es hora de decir…
¡Qué bueno es vivir en el Brasil!
Sí, aun con tantos y tan serios problemas… aquí es posible, es fácil ser tú mismo, escribir sobre lo que es verdad y publicarlo tranquilamente, como estoy haciendo ahora, sin temor a sufrir severas críticas por parte de los que se arrogan, o creen que detentan todavía, el poder de encubrir la sagrada sabiduría milenaria, lo que siempre ha sido y siempre será.
Los dogmas son driblados por las innumerables personas de mente abierta, que utilizan siempre el buen sentido, la intuición y huyen de la masificación, del control que muchas veces se ejerce de forma sutil incluso entre los pares, en el ambiente familiar, en el trabajo, en el culto… ¡El viejo Continente tal vez se haya hecho viejo de verdad, aunque aparentemente, por los viejos valores vigentes, esté considerado como ejemplo en la mayoría de los predicados!
¡Derrochemos salud física, mental, emocional, espiritual!
Aunemos fuerzas, entremos en sintonía con la Unidad.
Demos ejemplo por la alegría, la felicidad y por la conciencia cada vez más despierta…
Námaste (El Dios que habita en mi, saluda al Dios que existe en ti).
¡Somos Todos UNO!