Dice un cuento antiguo:
Un individuo estaba sentado a la entrada del planeta Tierra, aguardando la oportunidad para retornar en una nueva encarnación.
Estaba simplemente sentado, mirando con mucha atención al mundo girar. Pasaron 100 años, y él permaneció pacientemente esperando el momento de abrirse alguna puerta. Pero, tras 100 años de espera, hubo un momento en que él pensó y parpadeó “Esta puerta no llegará a abrirse.” Cuando en un instante volvió a mirar al mundo, vio la puerta cerrándose y pasando.
En ese momento despertó y tuvo que esperar otros 100 años…