Si la realidad de nuestras vidas es la manifestación de nuestros pensamientos e intenciones, es preciso estar siempre atentos en cuanto a aquello que podremos materializar.
Los pensamientos destructivos y los sentimientos contradictorios generan un campo de energía totalmente inarmónico, que jamás podrá dar como resultado la creación de una existencia plena de equilibrio y armonía.
No es de admirar que el mundo se encuentre en ese estado caótico, visto que él es el resultado de la locura y del caos interior que predomina en la mayoría de los seres humanos.
No obstante, si cada uno de nosotros, individualmente, se empeña en modificar su propia realidad personal y asimismo aquella que se encuentra a su alrededor, ciertamente lograremos modificar ese estado de cosas.
Tenemos la posibilidad de obtener el control consciente de nuestros pensamientos y emociones, para curar nuestro cuerpo físico y mantenerlo saludable y pleno de energía vital.
Sin embargo, ese potencial ha venido siendo sofocado por la predominancia del negativismo en nuestra mente. Tan sólo una intención firme y una voluntad inamovible de experimentar el éxtasis que habita en nuestro interior, podrán ayudarnos a alcanzar esa preciosa dádiva.
Concentrémonos, cada día, en acceder a los recursos que lo divino coloca, cada vez más, al alcance de aquellos que desean contribuir de forma decisiva a crear una nueva humanidad.
“…una nueva alborada para toda la raza humana, una nueva inocencia, una nueva infancia, una nueva satyuga – la era de la verdad – una nueva edad de oro es posible. Pero las personas positivas tienen que dar un paso valeroso para expresar a sí mismas. Ellas no han venido haciendo esto a lo largo de la historia.
Ellas han disfrutado sus experiencias y han pensado que su trabajo estaba terminado. Yo quiero recordarles frecuentemente: cuando tú tienes algo para compartir, no te quedes ahí, compártelo. La humanidad necesita de eso más que nunca, de personas que pueden crear una nueva esperanza para una nueva alborada.”
Osho, The New Dawn.
“…A estos he llamado los tres pasos de la iluminación:
El primer paso, el Buda viene tras de ti como una presencia – muy sólida, muy tangible, puedes sentirlo. Puedes sentir su fragancia, puedes sentir su poder, él te colma de gran alegría.
El segundo paso, el Buda viene delante de ti; te conviertes en la sombra. Y lentamente, lentamente, la sombra empieza a desaparecer.
El tercer paso, tú ya no eres. Ni siquiera ha quedado una sombra, solamente el Buda permanece – una consciencia transparente, una vida eterna. Los que han venido para esta experiencia, son las personas reales, que pueden celebrar la vida.
Yo celebré a mí mismo.
Y quiero que todos vosotros celebréis a vosotros mismos.
Convertíos en una danza, convertíos en una canción.
Convertíos en un loto, convertíos en una primavera.”
Osho, I celebrate myself.