Para mí, las palabras más fuertemente relacionadas al estado natural con que llegamos al mundo son estas: alegría, inocencia y libertad.
Estos son los atributos esenciales de un ser humano integrado, aún no corrompido por los paradigmas sociales o por las auto-imposiciones negativas y limitadoras, que acaban condicionando su comportamiento a lo largo de la vida.
Hacer el camino de vuelta, o sea, retornar a la condición primordial, es una tarea que todos los seres humanos han de realizar. Si será ardua o poco trabajosa, dependerá fundamentalmente del grado de represión a que cada cual haya sido sometido.
Personas extremadamente rígidas, trabadas y que no consiguen hacer cualquier actividad corporal más espontánea, han tenido, ciertamente, su inocencia y libertad castradas muy precozmente.
La alegría es el resultado natural de un cuerpo relajado y de la liberación libre y espontánea de nuestras emociones. Sin esto, nos convertimos en verdaderos robots, inexpresivos y totalmente previsibles.
Los juegos de improvisación que muchas técnicas terapéuticas utilizan para desbloquear a las personas tensas y corporalmente reprimidas constituyen, al principio, una verdadera tortura para el que se ha acostumbrado a vivir siempre en una postura de defensa, como si algo o alguien le amenazase todo el tiempo.
Es muy bonito asistir a ese proceso de liberación, cuando los caparazones se deshacen y el ser espontáneo que habita aquel cuerpo florece repentinamente, en una explosión de alegría.
La conciencia de que todos nosotros podemos volver a experimentar ese estado de ser, es el mayor estímulo para vencer nuestras resistencias y enfrentar el miedo a cambiar.
‘Cirugía espiritual
Un discípulo dice sentirse solo, abandonado como un camello en el desierto, después de haber confiado en la protección de una relación en cierto modo mágica, esotérica, como el Maestro. Pregunta: “¿Estás haciendo algún trabajo con nosotros, además de las palabras?”
Es bueno que tú te sientas solo, abandonado, porque eso significa que tienes que ir hacia dentro y tener conocimiento de tu propia interioridad…
...No quiero darte ninguna esperanza. Quiero que te vuelvas alerta de modo que puedas acabar con tus sufrimientos.
…¿Quieres un consuelo barato o una revolución verdadera?
Si tienes coraje, pide una revolución. Si eres impotente, ruega consuelo…
…Mi esfuerzo en destruir tus consuelos es para ayudarte. Yo no quiero ser tu guía, yo no quiero ser tu salvador. Yo realmente voy a matar tu ego completamente – soy un asesino.
Y a menos que tu ego sea completamente destruido, tú no conocerás la luz que está dentro de ti, el amor que está dentro de ti. Tienes un tremendo tesoro, pero está dentro de ti. No está en las sinagogas, no está en las iglesias, no está en la Biblia, no está en el Corán, no está en la Tora. Está en ti.
Así, yo tengo que retirar todo lo que te aleja de ti mismo y tengo que arrojarte, repetida y repetidamente, de vuelta a ti mismo. Eso duele, lo sé. Pero ¿qué puedo hacer? Todas las operaciones hacen daño. Y esta es la cirugía más profunda que existe. Hay cirujanos del cuerpo, hay cirujanos del cerebro. Mi cirugía es más profunda que ambas. Es cirugía espiritual.”
OSHO, from Death to Deathlessness.