La solidaridad manifestada a través de los donativos que hemos recibido aquí en Santa Catarina, para destinarlos a los que se han quedado sin hogar en las inundaciones y desmoronamientos, ha demostrado una respuesta singular al pueblo Catarinense alcanzado – o no – por la mayor catástrofe de nuestra historia.
Igualmente la postura de nuestros hermanos brasileños, incorporándose a la búsqueda de un amparo para las víctimas nos coloca en posición de profundo agradecimiento.
Cuando tomamos conocimiento de que algunos presidiarios han abierto mano de su cena para que los alimentos fuesen destinados a los damnificados por las inundaciones, es preciso no sólo poner de manifiesto esa actitud, sino además reflexionar.
Primera reflexión:
¿A cuántos de nosotros ha sorprendido ese ejemplo? A la mayoría ¿no es verdad?
Segunda reflexión:
El presidiario no es un ser humano despreciable. Nosotros somos quienes les juzgamos así. Es un error muy grande por nuestra parte juzgar. Ellos son así porque nadie les ha enseñado. En su mayoría poseen un buen corazón.
Tercera reflexión:
Lo que estamos cosechando en nuestro Estado, en este momento, es fruto de nuestra incuria con el planeta y con el ambiente en que vivimos. Nos hemos vuelto insanos depredadores. Falta conciencia, en todos nosotros, de la importancia y del retorno inminente que acabaremos recibiendo a cuenta de nuestras agresiones al medioambiente.
Cuarta reflexión:
Es impresionante, pero cuantos menos recursos tiene una persona, más ayuda. Ellas, las menos favorecidas, conocen, más que muchos de nosotros, el sentimiento de falta y pérdida. El camión de bomberos, que recorrió los barrios de la Gran Florianópolis, confirmó la respuesta más determinante de esta afirmación. Los barrios de clases económicamente inferiores han sido lo que más han ayudado.
Quinta y última reflexión:
Es preciso despertar de nuestra tranquilidad de creer que los problemas sólo les ocurren a otros. El tsunami y los vendavales no son privilegio de los Asiáticos. Nosotros también agredimos el planeta.
Ciertamente, muchos sin hogar, damnificados y empresarios que han perdido todo lo que tenían, han sido víctimas de una situación no creada por ellos, pero de la cual acabaron por convertirse en cómplices con su omisión. Este punto no puede servir apenas de reflexión. Es muy serio y exige que todos nosotros nos preguntemos cuál será la futura postura a adoptar, o si deberemos continuar haciendo como que el problema no nos concierne.
Finalmente, queremos agradecer los donativos que siguen llegando a nosotros. Recordamos aquí que las mujeres necesitan compresas, y los críos y bebés, pañales.
A los grupos de voluntarios que nos han ayudado aquí en Florianópolis y por todo nuestro Estado, muchas gracias es poco por lo mucho que se ha hecho y todavía se hace. Vosotros un día cosecharéis el bien que estáis plantando.
La vida es Causa y Efecto.
Sé que nos veremos
Beso en el alma.
Saul Brandalise Jr. é colaborador do Site, autor do livro: O Despertar da Consciência da editora Theus, onde mostra através das narrativas de suas experiências como extrair lições de vida e entusiasmo de cada obstáculo que se encontra ao longo de uma vida. Email: [email protected] Visite o Site do Autor