(Sentado a los Pies de la Sabiduría, en el Templo del Corazón)
Amigo, si quieres encontrar el amado, no es necesario arrodillarte ni bañarte en las aguas del templo.
¡Él está en ti mismo!
Sin que lo percibas, Él sonríe contigo.
Y, cuando tú notas el brillo de la mirada de alguien, también es Él quien está brillando allí.
Si miras hacia arriba, es Él quien hace el brillo de las estrellas.
Si miras hacia abajo, es Él quien nutre la tierra con el néctar de la vida.
Si miras a otro, es el soplo vital de Él lo que lo anima.
Si miras dentro de tu propio corazón, también es a Él a quien encontrarás allí, en el templo secreto de tu espíritu.
Y, en todos los seres y cosas, es a Él a quien verás…
Y, Él también está más allá… donde tus seres queridos viven en espíritu, allende la muerte…
Si tú miras para ellos, por las vías del espíritu, verás el brillo de sus cuerpos de luz.
Y ellos te dirán: “¡Ese brillo es de Él!”
¡En las alas de las mariposas y en el vuelo de los ángeles, es Él quien vuela!
En el silencio “que habla” al corazón, escucharás una voz sutil, que susurra tiernamente: “Te amo… Te amo… Te amo…”
¡Es la voz de Él en ti mismo!
Y, cuando prestes atención a las pulsaciones de tu corazón, tal vez percibas el latido del corazón de la vida pulsando juntamente.
¡Esa es la pulsación de Él en ti!
Él está en el templo (tu corazón);
Él está en tu cuerpo (tu vehículo);
Él está en tu espíritu (tu ser eterno);
¡Tú eres imperecedero gracias a Él!
Tu ser es glorioso, en la gloria de Él.
En tu mirada, la de Él.
¡En tu sonrisa, Él!
¡En todos los planos de manifestación, Él!
Como enseñaban los ((Rishis – del sánscrito – sabios espirituales; mentores espirituales de los Upanishads, libros sagrados Hindúes) ) rishis(*) de otrora,
¡Todo es Él! ¡Todo es Él! ¡Todo es Él!
* * *
Cuando percibas al Amado en todo, el mundo entero será el templo y todas las aguas serán sagradas.
Entonces, tú te bañarás en la ((Bienaventuranza Divina)) Ananda(*) de Él, que es pura conciencia cósmica.
¡Amigo, cuando el amante ve al Amado en cada ser, todo se vuelve UNO!
Ese UNO, que la mente no entiende, pero el corazón comprende…
Ese UNO, que los iniciados de todas las épocas mencionaban, invisible a los ojos de la carne, pero visible a la inteligencia y al corazón.
P.S.: “El amante y el Amado,
¡Tú y Él, UNO!
Quien comprende, en su corazón, lo comprende…”
(Dedicado, con cariño y admiración, a los maestros Kabir, Sry Aurobindo y Rabindranath Tagore).