El sentimiento de temor provoca el inicio de un proceso que puede causar serios estragos en nuestras vidas. Temer alguna cosa retrae el pensamiento y, consecuentemente, cualquier acción. Crea una energía profundamente negativa que acelera la incertidumbre. Perdemos nuestra capacidad de acción y de dar así rienda suelta a nuestra intuición.
El temor puede llegar hasta nosotros de varias maneras. Primero y – obviamente – por un sistema de educación inadecuado en el cual se busca poner de manifiesto siempre lo que está mal y jamás lo que está bien.
Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Por una parte, exponiendo lo que está bien, instalamos seguridad. Motivamos nuestro cerebro a hacer y a actuar. De la otra manera, primero he de verificar si existe el peligro de equivocarme, pues si esto sucede, perderé mucho…
La mayoría de las religiones es maestra en este punto. Es preciso crear dificultades para después “VENDER” facilidades. Sin embargo, el estrago en nuestra postura activa es enorme y duradero. Temerse a sí mismo significa abrir de par en par una puerta para que el miedo también se establezca en nuestros valores. El temor es el inicio del miedo, la puerta delantera para que éste se instale.
Si comparamos nuestra vida con un coche, yo diría que el temor es el freno de pedal. El miedo, a su vez, sería el freno de mano. Es prácticamente imposible el desafío a la vida y su superación con estos sentimientos enraizados en nuestra mente.
Vivir significa, por encima de todo, desafiar valores. Enfrentar adversidades y principalmente innovar. No hay modo de actuar cuando antes yo temo. Algunas personas llaman al temor cautela. Pero son pensamientos y actitudes completamente diferentes. Proceder con cautela no significa permanecer parado por miedo a equivocarse.
Muchos proyectos de vida son abortados por el sentimiento de temor al qué pensarán los demás de nuestras actitudes – y de nuestros desafíos al ser implementados.
Sin embargo todo puede ponerse todavía peor… Temer algo puede, si persistimos, generar el miedo. El miedo, a su vez, es la fase anterior del pavor… Mira qué trinomio perfecto para “estancar” una evolución.
Mucho más importante que cualquier cosa es el tener conciencia de que nuestras vidas son efectivamente un regalo. Solamente como encarnados logramos evolucionar. Jamás habrá, en la fase humana en que se encuentra la esencia, posibilidad de atajos. Tendremos que cumplir todo el Zodíaco y solo lo haremos si tenemos la capacidad y el valor de desafiarnos. Puesto eso, el temor a cualquier cosa debe ser abolido antes de que se convierta en miedo.
Prácticamente, todas las fases depresivas comienzan en el temor, en la falta de tomar posiciones frente a algún problema. Peor todavía con el miedo, que puede provocar reacciones físicas, como descargas de adrenalina y aceleración cardiaca, temblores, etc.
En las personas a quienes practico la realineación de chakras, eso se hace evidente. El miedo, por tanto, siempre comienza en razón de algún valor que instalamos en nuestra mente o que nos ha sido “donado” por las niñeras, profesores incompetentes e incluso por padres que no saben cómo educar a los hijos.
El miedo es un estímulo mental producido por interpretación equivocada, estímulo con valor erróneo o creencia retrógrada. La octava superior del miedo es el pavor.
Es preciso que eliminemos ese trinomio de nuestras mentes.
Cuídate y ámate más que el temor a equivocarte…
Saul Brandalise Jr. é colaborador do Site, autor do livro: O Despertar da Consciência da editora Theus, onde mostra através das narrativas de suas experiências como extrair lições de vida e entusiasmo de cada obstáculo que se encontra ao longo de uma vida. Email: [email protected] Visite o Site do Autor