Muchos han dicho que estar aquí y ahora, en un cuerpo humano, especialmente en estos tiempos en que el planeta y todos nosotros pasamos por un salto evolutivo, es muy precioso...
La noche más oscura anuncia el nacer del Sol...
Lo que queda muy claro es que estamos al final de un gran ciclo, lo cual puede notarse no solo por lo que ha sido previsto en muchas profecías, sino que además y especialmente... por lo que estamos viendo suceder con nuestro planeta y con el sistema de creencias.
Cuántas verdades que se decían absolutas están cayendo por tierra... y cuántas aún van a caer.
En todo eso estamos nosotros... que somos llevados ya hacia un lado, ya hacia otro... y, si no tenemos cuidado, acabamos envueltos en cosas que solo tiran de nosotros hacia abajo...
Sé que si miramos en torno, nuestra situación puede asustar y parecer caótica en extremo, y si lo deseamos, tendremos innumerables maneras para protestar enfocando lo que no está bien. Pero estoy segura de que... quien ha buscado el camino ha tenido acceso a milagros y bendiciones que nos hacen creer que este es un tiempo muy precioso...
Y la opción está en nuestras manos...
Vamos a vibrar en lo viejo, en lo que estamos dejando atrás, que está desmoronándose y mostrándonos que... lo que daba seguridad a tantos era pura ilusión – o vamos a vibrar en lo que está llegando... anunciando un nuevo ciclo de nuevas posibilidades.
Lo que pasa es que lo nuevo... puede ser nuevo de veras... tan nuevo que no cabe ni un poco en nuestros viejos conceptos...
Entonces, muchas veces preferimos permanecer sujetos a lo que está muriendo antes que arriesgar en lo que no conocemos y, consiguientemente, no podemos controlar.
¿Qué tal aprovechar esta experiencia única para la cual nos preparamos y dejar ir lo viejo para recibir lo nuevo?
Imagina que aprendemos a conducir un coche y en él somos expertos, conocemos todo y sabemos cómo funciona cada cosa... pero, llegamos a un punto en que ese vehículo ya no puede llevarnos más allá... Para eso se nos da otro vehículo... completamente nuevo que hará posible la continuidad de nuestra jornada.
Entramos e intentamos conducir según nuestra experiencia tan antigua y adquirida a costa de mucho esfuerzo y sufrimiento... Tan antigua y sufrida que no queremos de forma ninguna abrir mano de aquello que nos ha costado tanto.
Y, es así, con toda esa carga, como entramos en el nuevo vehículo para intentar conducir...
Pero no logramos salir del lugar, porque ese es un vehículo muy diferente y no reconocemos nada allí...
Todo cuanto sabemos sobre conducción de automóviles es inútil en ese nuevo modelo, que parece demasiado sencillo para funcionar.
Aquí es donde nos encontramos...
¿Será que vamos a tener el coraje de abandonar tanto aprendido y colocarnos vacíos para recibir lo nuevo?
Publicado dia 3/22/2009 9:43:24 AM em STUM WORLD
