¿ESTÁS PREPARADO FÍSICA Y EMOCIONALMENTE CUANDO SURJA LA OPORTUNIDAD?
La radiestesia ya es conocida desde hace muchos y muchos años en diversos países; en el Brasil surgió a través de los principales promotores, los curas de la Iglesia Católica, que transmitían su conocimiento de uno a otro de forma bastante secreta y más se servían de esta técnica que la divulgaban.
Según algunos autores, la radiestesia en el Brasil tuvo su primera actividad pública a comienzos del siglo XX con los franciscanos de las Misiones de Mato Grosso, diagnosticando y tratando al pueblo de esa región, empleando el péndulo y escogiendo con acierto plantas medicinales para las diversas anomalías encontradas.
La ciencia de la radiestesia surgió entonces cuando se percibió que la persona podía ser una “antena”, captar todas las energías que estuviesen a su alrededor y registrarlas.
El instrumento más empleado en la radiestesia es el péndulo: a través de él logramos exteriorizar lo que captamos del medio que estamos evaluando. El operador se sirve de su mente para buscar patrones específicos, que, en la nomenclatura de la radiestesia llamamos ondas nocivas. Al reconocer estos patrones el radiestesista pasa a medirlos, y entonces a proponer soluciones para la cura del caso.
Tal como habíamos abordado en el texto anterior, debemos preocuparnos por los lugares en que pasamos más de 8 horas diarias, o sea, la cama en que dormimos, el sofá donde vemos la televisión, el despacho en que trabajamos, etc. Ahora bien, en ningún momento esas ondas nocivas encontradas deben producirnos miedo, pues es siempre mejor conocer el enemigo que convivir con él a su lado durante mucho tiempo y simplemente padecer los males por él causados.
Cuando decimos energías nocivas, abordamos principalmente la energía telúrica, que es la que proviene del suelo, concentrándonos siempre donde tenemos los siguientes aspectos: venas de agua subterráneas, fallas geológicas y materia orgánica en descomposición. Estos accidentes geológicos provocan la aparición de energía altamente dañina para el ser humano, principalmente por la noche, cuando ya no tenemos energía cósmica o solar que equilibre estos efectos. Cuando un radiestesista mide y está seguro de que la persona está bajo el efecto de esa energía, no sirve de nada simplemente tratarla, es necesario en primer lugar eliminar el foco causador.
Una sugerencia inicial para la persona es cambiar de lugar la cama y verificar cómo se siente. Sé que no siempre esto es posible, por tanto, hacemos uso de placas radiónicas, como la de Luxor que tiene la función de neutralizar esas ondas nocivas.
Cuando encontramos la presencia de aire estancado en forma de un pozo cerrado, de un cofre que no se abre nunca o de una chimenea cerrada por los dos lados, tenemos que inmediatamente restablecer la circulación de aire en ese lugar.
La presencia de cualquier energía nociva en una casa lleva al desequilibrio físico y mental de quien en ella vive. Para que nuestro cuerpo funcione bien es preciso que todas las partes de él estén en perfecta armonía. Si hay vibraciones externas nocivas este equilibrio dejará de existir.
Una forma de energía bien conocida y a la que poca atención prestamos es nuestro pensamiento, que también es energía, y como tal tendrá efectos en el mundo exterior; un pensamiento negativo puede causar un desequilibrio inmediato en tu campo áurico. Según radiestesistas internacionalmente reconocidos, las dolencias se originan en nuestro campo áurico, o sea, en el campo de energía que envuelve nuestro cuerpo, que puede ser medido por instrumentos radiestésicos, como el aurameter, o incluso fotografiado por el método Kirlian.
Lo que determina el bienestar de una persona es el funcionamiento equilibrado de los chakras, que son los centros de energía que se hallan en nuestro cuerpo humano. Con la ayuda de los instrumentos de radiestesia logramos medir estos puntos y verificar así la salud de una persona. Cada centro de energía corresponde a una glándula, que preside determinados órganos, o sea, cuando, a través de una medición energética encontramos un chakra desequilibrado podemos investigar hasta encontrar el origen del desequilibrio. La radiestesia en esta aplicación tiene la función de auxiliar al profesional de salud a descubrir el origen de la dolencia, jamás entrometiéndose en el tratamiento o en la cura. Esto muestra que, además de la verificación de las energías de un local y de curarlas podemos, a través de la radiestesia también ayudar a encontrar la causa de las dolencias.
En términos radiestésicos decimos lo siguiente... que toda materia emite energía, que todo ser humano emite formas ondulatorias electromagnéticas que indican su estado general; por consiguiente cualquier disfunción o desarreglo se reflejará en las formas ondulatorias electromagnéticas que lo rodean y será accesible a un radiestesista.
Lo que estoy abordando es que la radiestesia es una ciencia que tiene diversas aplicaciones y, aparte de la detección de ondas nocivas en el ambiente, puede ser empleada – como hemos dicho –, para verificaciones de salud, para la búsqueda de venas de agua y minerales. Para evaluación de conductos de agua, análisis médicos y veterinarios, auxilio en la elección de medicamentos, en la agricultura, en el estudio del suelo, en la búsqueda de objetos desaparecidos, en la evaluación de aptitudes y de tipos de personalidad para elecciones profesionales.
Cuando hablamos de salud, la radiestesia puede ser muy importante cuando la persona no encuentra, después de buscar varios médicos, el origen de su dolencia, pues muchas veces éstas pueden estar causadas o intensificadas por las radiaciones nocivas o por la toxicidad del subsuelo, por detritus enterrados o contaminantes dispersos en el aire.
La radiestesia posibilita no solo la identificación de la causa de una dolencia, sino también del lugar exacto donde ésta se manifiesta. Todo radiestesista, no obstante, debe trabajar de forma ética, jamás interfiriendo en un diagnóstico médico, simplemente auxiliando en el caso cuando solicitado.
La parte de la radiestesia que se ocupa de la cura, tanto de ambientes como de personas, es la radiónica, una ciencia que pretende restablecer un desequilibrio energético utilizando solamente energías, empleando, para tanto, la energía de las formas como en el caso de las placas utilizadas o de otros aparatos, electrónicos o no.
Estudiar esta ciencia maravillosa que es la radiestesia te llevará a descubrimientos increíbles y también a aplicaciones diversas, haciendo que aprendas a encaminar las energías hacia donde te conviniere, ya sea en la salud, en lo emocional o en el aspecto financiero. ¡Esta es la oportunidad de ampliar conocimientos y buscar soluciones correctas para tu día a día!