Trauma Psicológico y Trastorno de Estrés Pos-traumático – TEPT
El ser humano es extremadamente complejo y tiene salidas múltiples para todas las situaciones que vivencia. Cuando estamos en peligro todo nuestro cuerpo reacciona en busca de la supervivencia. Se trata de una respuesta adaptativa, conocida como lucha y fuga, frente a una situación de estrés. Es una reacción instintiva.
En el TEPT esta respuesta, primeramente natural, se ha vuelto patológica. El organismo sigue reaccionando frente a una situación pasada como si esa situación estuviese presente.
Esto sucede porque el síntoma está conectado a la memoria del trauma. Algunas veces el trauma es conocido y la memoria, consciente; en otras el trauma sucedió en un período muy primario de la vida, habiendo sido registrado tan solo como sensaciones, sentimientos y percepciones.
Es importante dejar claro que guardamos en la memoria mucho más que hechos (lo que realmente sucedió), guardamos, además, significados (lo que entendemos que ha sucedido) y justificativas (por qué sucedió). Esto significa que nuestra memoria posee el bies de nuestra madurez emocional, y de nuestra capacidad para comprender, elaborar y lidiar con las situaciones a que nos vemos sometidos.
Cuando un trauma se establece, el recuerdo de lo ocurrido queda intacto, guardado en nuestros registros de memoria. Muchas veces durante años, evocando las mismas reacciones y sensaciones negativas que surgieron cuando fue vivenciada la experiencia traumática. De la misma forma, la comprensión y elaboración de lo ocurrido también siguen congelados, manteniendo en su base creencias distorsionadas sobre uno mismo.
Por temor, culpa y vergüenza muchas víctimas de abusos y de las más variadas formas de violencia, se mantienen calladas, en silencio, sin pedir ayuda, por considerar que de alguna forma han sido responsables por aquella violencia. Muchas veces las víctimas comparten la creencia de que un trauma jamás será olvidado, que aquella experiencia desintegradora jamás será atenuada. Desarrollan así depresiones, trastornos de ansiedad, Síndrome de pánico, fobias y otros. Se convierten en víctimas, además, de su silencio.
De entre las formas de trabajar con los traumas, el EMDR es clínicamente reconocido como una de las más eficientes y rápidas de tratamiento, porque trabaja directamente con la memoria congelada y guardada de forma disfuncional. A través de la activación de los hemisferios cerebrales, lograda por los movimientos bilaterales, es posible ayudar al cerebro a reprocesar, a elaborar aquella información y convertirla en parte de tu historia y no tu historia.
Con el auxilio del EMDR el cerebro tiene condiciones para activar su potencial de cura. Al igual que nuestro cuerpo tiene recursos para curar nuestras heridas físicas, tenemos también la capacidad de curar nuestras heridas emocionales, pero para ello necesitamos de ayuda. El EMDR es una herramienta muy utilizada, que ha venido ayudando a mucha gente a aliviar el sufrimiento causado por experiencias traumáticas.
Desarrollado en la década de los 80 por la psicóloga norteamericana Dra. Francine Shapiro, fue empleado inicialmente para tratar a supervivientes de guerra y hoy se emplea en todo el mundo para tratar cuestiones emocionales a varios niveles.
La American Psychiatric Association recomienda el EMDR como uno de los principales métodos de la actualidad para el tratamiento de situaciones traumáticas.
Sirley Bittú é Psicóloga Especialista Clínica pelo Conselho Federal de Psicologia
Psicodramatista Didata Supervisora
Terapeuta em EMDR pelo EMDR Institute/EUA
Consultório (11) 5083-9533 Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 4/18/2009 7:47:38 AM em STUM WORLD
