Recientemente he terminado de leer un libro fantástico llamado Um novo mundo – O despertar de uma nova consciência (Un nuevo mundo – El despertar de una nueva conciencia). En él, entre muchos aprendizajes maravillosos, hay un pasaje que cuenta de un Maestro Zen que, frente a cualquier circunstancia, sea ésta aparentemente buena o mala, simplemente practica el estado de presencia y aceptación y responde ¿De veras?, ¡viviendo lo que haya para ser vivido! Sin juzgar, sin hacer conexión con el pasado o con el futuro. Simplemente confiando en la vida…
Si te fijas, por lo menos los artículos más recientes que he escrito, todos terminan convergiendo hacia una idea muy semejante: dejar que la vida fluya y vivir lo que está aquí, ahora, en este momento, para ser vivido.
Si piensas que estoy hablando de una misma situación o de un mismo aprendizaje, te equivocas. Solamente ocurre que he entrado en un estado de sincronía increíble. Lo que existe dentro de mí y lo que existe fuera de mí viene siendo, día tras día, algo indisociable. Es la unicidad de la vida manifestándose milagrosamente, simplemente porque he decidido, definitivamente, que todo es exactamente tal como tiene que ser.
Pero, entonces, ¿¡¿todo se trata tan solo de una elección?!? podrías preguntarme. Y yo contestaría con toda seguridad: sí, ¡tan solo una elección! De esto exactamente se trata todo cuanto haces o dejas de hacer en la vida: ¡una elección, ya sea consciente o no! Es decir, cuánto más entras en sintonía con lo que de más verdadero hay en ti, más consciente será cada una de esas elecciones que llevas a cabo en todo momento.
Y ¿¡¿es fácil?!? podría ser tu siguiente… ¡Y yo no intentaría iludirte! ¡Depende! La mayor parte de las veces, especialmente al comienzo de esta sincronía, no es tan fácil, ya que estamos sujetos a patrones negativos que han sido alimentados durante toda nuestra vida. Entonces, aunque sea sencillo, no siempre es fácil. No obstante, cada día que lo intentas, cada día que te entrenas, se vuelve más fácil que antes.
El secreto es abandonar la resistencia. Todo nuestro dolor, todo nuestro sufrimiento está en resistir, en no aceptar, en luchar contra las circunstancias que no suceden exactamente tal como esperábamos. Entablamos una lucha interna la mayor parte del tiempo, ya sea contra el tráfico, ya contra el tiempo, ya contra alguien que tiene un comportamiento que nos molesta, ya contra un resultado insatisfactorio, ya contra nada. ¡De veras! Luchamos incluso contra nada, contra lo que no sucede. ¡Se ha vuelto prácticamente un vicio mantenernos en un estado de constante conflicto con la vida!
Y ¿sabes qué es lo peor? Que ni siquiera nos damos cuenta. Terminamos considerando que eso es de veras así. Que lo mejor de la vida está precisamente en esta tensión que parece motivarnos, en este montón de problemas para resolver. Al fin y al cabo, si bien lo pensamos, terminaremos concluyendo: ¡qué sería de nuestra vida si no fuese por todas esas dificultades que hay que trasponer!
¡¡¡Qué dilapidación!!! He venido descubriendo, en la práctica, extasiada y feliz, cuánto puedo relajarme, dejar de forcejear, cesar de luchar. Lo mucho mejor que es y menos difícil vivir el tan comentado AHORA, que hasta entonces yo no había sabido exactamente qué tiempo era ese…
A fin de cuentas, ¿cuándo puede ser la vida sino ahora? ¿Cuándo puedo aprovecharla sino ahora? Y ahora, en este instante, creedlo, ya no hay nada más que yo misma escribiendo estos renglones. Y ahora, mientras lees, no hay nada más sino tú leyendo estos renglones.
El ahora es todo lo que tenemos y todo lo que somos. Y cuando logremos, no comprender, (porque la mente no es capaz de comprender el ahora), sino vivir de hecho ese momento, vivir de hecho el ahora, sin conducir nuestros pensamientos al pasado o al futuro y sin ponernos a analizar y juzgar todo lo que sucede, como si fuésemos jueces del mundo y de nosotros mismos, como si pudiésemos controlar el Universo, simplemente entramos en un estado de paz hasta entonces desconocido… y sentimos qué es, por fin, la felicidad.
Entonces, simplemente relaja los músculos, respira profundamente y entrégate, acepta lo que sea, lo que venga. Intenta, solo por hoy, contestar ¿de veras? a todo cuanto te ocurra, y observa lo que sucede.
Y cuando tu mente intente distraerte con protestas, indignaciones y tensiones, solamente proponte a ti mismo: ¿QUÉ TAL AHORA? ¡Y vuelve al único tiempo que realmente vale la pena vivir! ¡Parece utopía, pero no lo es!
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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