¿Cómo ensanchar el estado de conciencia para mantenerse inmune a las armadillas del ego? La única manera de lograrlo es mediante un estado de total atención al momento presente.
Percibir cada acción, cada sentimiento y cada emoción de manera plena nos ayuda a fortalecer nuestra percepción de cuánto intenta todo el tiempo la mente – expresión mayor del ego – llevarnos hacia el pasado o el futuro.
La inconsciencia y el proceder de modo automático refuerzan la dominación de la mente sobre nosotros. Sin embargo, aún vivenciamos la ilusión de que somos nosotros quienes ejercemos el comando sobre ella.
Pero es preciso recordar que atención no ha de confundirse con represión. Reprimir un sentimiento solo hace que éste se amplifique todavía más. Observar, sin enjuiciamiento alguno, tan solo buscando comprender su origen, es el mejor medio de aprender a lidiar con lo que sentimos.
Cuanto mayor sea tu conocimiento acerca de ti mismo, mayor será también tu comprensión de los procesos internos que vivencias. Y cuanto mayor sea la comprensión, menor será el poder que estas energías ejercerán sobre ti.
No hay posibilidad de liberación a no ser por la comprensión y aceptación de aquello que somos y de lo que sentimos. Este es un proceso extremadamente bello para quien está dispuesto a permitirse la aventura de conocer profundamente su propio interior.
Encarar este ejercicio como una gran oportunidad, en vez de un sacrificio, marcará toda la diferencia. La elección es totalmente nuestra y a través de ella podemos cambiar de rumbo y optar por una nueva manera de vivir, o por el contrario, continuar por el camino ya conocido. Éste puede ser más fácil y mucho más cómodo, pero ciertamente no nos llevará a la transformación que buscamos.
…Hay que ser osados, tener coraje. Hay que dar un paso hacia lo desconocido.
Durante un cierto tiempo, todos los límites permanecerán perdidos.
Durante un cierto tiempo, vas a sentirte aturdido.
Durante un cierto tiempo, te sentirás muy amedrentado y conmocionado, como si se hubiese producido un terremoto.
Pero si tienes coraje y no te vuelves atrás, si no vuelves a caer en el ego sino que sigues siempre adelante, hay un centro oculto dentro de ti, un centro que has venido portando contigo desde hace muchas vidas.
Esta es tu alma, el yo.
Una vez te acerques a él, todo cambia, todo vuelve a asentarse nuevamente. Pero ahora ese asentamiento no lo hace la sociedad. Ahora, todo se torna un cosmos y no un caos; nace un nuevo orden. Pero este no es el orden de la sociedad – es el propio orden de la existencia.
Es lo que Buda llama Dharma, Lao Tsé llama Tao, Heráclito llama Logos. No está hecho por el hombre. Es el propio orden de la existencia.
Entonces, de repente, todo vuelve a estar bello, y por primera vez, realmente bello…
Siempre que estés sufriendo, intenta simplemente observar y analizar, y descubrirás que, en algún lugar, el ego es la causa del sufrimiento. Y el ego continúa encontrando motivos para sufrir…
…El árbol no está haciendo nada – tan solo una brisa, una situación, y la hoja seca simplemente cae. El árbol ni siquiera percibe que la hoja seca ha caído. Ésta no hace ruido alguno, no hace anuncio alguno – nada. La hoja seca simplemente cae y se despedaza en el suelo, nada más que eso.
Cuando hayas madurado a través de la comprensión, de la consciencia, y hayas sentido con totalidad que el ego es la causa de toda tu infelicidad, un día tú simplemente ves la hoja seca cayéndose. Ella se deposita en el suelo y muere por sí misma.
Tú no has hecho nada, por lo tanto no puedes afirmar que la has dejado caer. Tú ves que ella simplemente ha desaparecido, y entonces el verdadero centro surge.
Y este centro verdadero es el alma, el yo, el dios, la verdad, o como lo quieras llamar.
Él es innombrable, así todos los nombres son buenos.
Puedes darle cualquier nombre, el que prefieras.”