Esta semana abordaremos la Quinta Ley Hermética, la Ley de Ritmo. Ella nos enseña que:
Todo tiene su flujo y reflujo; todo tiene sus mareas; todo sube y baja; todo se manifiesta por oscilaciones compensadas; la medida del movimiento a la derecha es la medida del movimiento a la izquierda; el ritmo es la compensación – El Caibalion
Este principio nos revela una gran verdad: un movimiento en un sentido tendrá otro movimiento proporcional en el otro sentido. El principio de Ritmo está en relación directa con el principio de Polaridad, explicado en la Cuarta Ley Hermética. El ritmo se manifiesta entre los dos polos, de un lado hacia el otro y su movimiento oscilatorio es siempre proporcional. ¿Habéis oído hablar del Péndulo de Foucault? Ese enorme péndulo (una esfera de cobre colgada de un hilo, en la experiencia del físico francés Foucault, descrita en el romance homónimo del italiano Umberto Eco) fue colgado en la voluta de una iglesia y su punta inferior diseñaba un movimiento oscilatorio sobre una base de arena: eso demostraba claramente el movimiento rítmico de nuestro globo terrestre. El Péndulo Universal siempre está en movimiento; vibra día tras día, hacia delante y hacia atrás, en un sentido en otoño e invierno y en sentido inverso en primavera y verano.
Y el principio de Ritmo es también comprendido y explicado por la ciencia considerándose esa ley universal aplicada a las cosas materiales.
Los hermetistas, en cambio, llevan el principio mucho más allá, y conocen las manifestaciones de esa Ley, no solamente en las cosas físicas, sino también en los estados emocionales y mentales del Hombre. Eso explica la sucesión de continuos cambios en las condiciones, estados y emociones que podemos observar en nosotros mismos. Si hoy nos encontramos en un enorme estado de euforia, podemos esperar una gran depresión mañana. ¡Si un día cometemos un exceso, cualquier que sea, al día siguiente estaremos notando el resultado de ese exceso! Un enorme esfuerzo causa un enorme cansancio, etc., etc.
Analizando este principio podemos comprender que se manifiesta en la creación y destrucción de los mundos, en la elevación y caída de regímenes políticos, en el poder y destrucción de dictadores y de naciones poderosas. Todo tiene flujo y reflujo, sea en el Macrocosmos o en el Microcosmos. En la manifestación del Espíritu Puro que llamamos EL TODO, existen la Efusión y la Infusión, o la Espiración y la Inspiración de Brahmán, como dicen los hindúes. Los Universos son creados, se expanden hasta llegar a su punto máximo, y después de que alcanzan su mayor fuerza, se convierten en masa inerte, esperando otro impulso para comenzar nuevamente un nuevo ciclo, esa vez en sentido inverso. De la misma forma hace el ser humano que al nacer llena los pulmones de aire empezando el eterno flujo y reflujo de la respiración. Este es un reflejo instintivo, no comandado por el cerebro, porque está sometido a la Ley Natural de Ritmo.
En nuestra vida experimentamos períodos de vacas gordas y de vacas flacas, de grandes alegrías y grandes tristezas, de expansión y retracción. Esto sucede en todos los campos físicos. Pero ¿cómo escapar a esa Ley implacable?
Los hermetistas conocen la Ley de Ritmo y la neutralizan en el plano mental para poder escapar a la vibración constante de ese Péndulo rítmico que se manifiesta en los planos inferiores. Emplean la Ley de Neutralización para lograr un estado de no vibración, de neutralidad. Este es un estado mental que se logra mediante ejercicios de meditación y armonización, control de la respiración y otras técnicas. El Yoga, por ejemplo, nos ofrece una óptima herramienta para alcanzar esa armonía, no realmente neutralizando el ritmo, sino comprendiendo su flujo y reflujo y controlando los estados alterados más importantes, a fin de procurar alcanzar la armonía. Manteniendo la mente por encima de la vibración inferior (la vibración más grosera), podemos neutralizar las fuerzas negativas que nos influencian. Para que esto ocurra es necesario servirse de la Voluntad, del Equilibrio y de la Firmeza, ¡y eso no se logra en un solo día! La comprensión de este control dará a la persona una herramienta magnífica para poder neutralizar los efectos negativos de los ritmos emocionales extremos, llegando al dominio de las emociones y a un consiguiente equilibrio interior. De esta forma alcanzamos la tranquilidad, la armonía y la salud, física y mental.
Sabemos que la medida del movimiento a la derecha es la medida del movimiento a la izquierda: el ritmo es la compensación. Vemos esto en el movimiento de las mareas, en el cambio de las estaciones, y en otros fenómenos de la naturaleza: un invierno riguroso anuncia un verano ardiente, un árbol que da muchos frutos en un año, ¡al siguiente no dará ninguno! La Ley de Ritmo siempre va seguida por la Ley de Compensación.
Podemos también continuar nuestra reflexión hablando de la cadena de las encarnaciones. Los hermetistas consideran que una encarnación de sufrimiento va seguida de una encarnación de felicidades, o sea, el grado de sufrimiento precedentemente experimentado será compensado por el grado de alegrías de la encarnación subsiguiente. Y viceversa. Podemos así comprender mejor muchos acontecimientos que serían de otra forma difíciles de explicar y aceptar. Pero al elevarnos espiritualmente en el Plano Superior, comprendiendo espiritualmente los efectos de la Ley, podemos nosotros mismos neutralizar su acción, con la Ley de Compensación. La Ley de Compensación está siempre en acción, esforzándose por balancear y contrabalancear el efecto del Ritmo y siempre vendrá en el tiempo oportuno, aunque sean necesarias varias vidas para accionar el movimiento de vuelta del Péndulo.
El astrólogo hermetista puede aplicar la Ley de Ritmo para explicar los ciclos planetarios (por ejemplo), el ciclo de siete años del planeta Saturno) y también puede orientar a su cliente para que haga uso de la Ley de Compensación asimilando los principios correspondientes al signo opuesto al suyo, de forma a neutralizar los aspectos más difíciles de su propio signo. Alcanzar el TAO, o la energía del Camino de en Medio es la meta principal.
Observa cómo actúa esa Ley en tu día a día y remite tu comentario.