¿Sabes aquella frase: ‘Haz lo que te digo y no lo que yo hago’? ¿Cuántas personas se autodenominan buenos ciudadanos y después arrojan basura por la ventanilla del coche? Esto lo vemos todos los días. ¿Y los padres que dicen a los hijos que no se debe robar, al mismo tiempo en que defraudan impuestos o roban a su socio y aun se alaban por el hecho? Pues esta semana quería reflexionar sobre nuestros actos reales. ¿Cuántos de nosotros se levantan por la mañana piensan realmente que su proceder marcará la diferencia? Y tú, que te encuentras en el camino de la espiritualidad, ¿te levantas cada mañana y piensas que lo que haces hoy, la forma como piensas o tratas a las otras personas, tu ejemplo de comportamiento tendrá un impacto en el mundo entero? Caramba, cuantas preguntas. El Sol está entrando en el signo de Géminis que es un signo relacionado con la razón, la forma de pensar y de comunicar. Tercer signo del Zodíaco, Géminis está regido por el planeta Mercurio, el Dios griego que tenía alas en los pies y una impar habilidad. Se le retrata con un caduceo en las manos, aquel bastón con una culebra enrollada que en el Arcano nº 1 del Tarot se relaciona con el Mago, con el Conocimiento. El Mago representa el conocimiento, pero además principalmente la curiosidad y el deseo de aprender. Una mente ágil y receptiva consigue hacer uso rápidamente del conocimiento teórico para ponerlo en práctica en los actos diarios. El niño, en su tercera fase de vida tras el nacimiento (Aries) y nutrición (Tauro), empieza a interactuar con el mundo a su alrededor. Esta es la fase Géminis que coincide con el aprendizaje de las primeras palabras, con la movilidad de los ojos atraídos por el objeto brillante y móvil que gira sobre la cuna. Solamente las criaturas autistas tienen una ruptura en esta fase del desarrollo: ellos no interactúan con el mundo exterior y tienen dificultades para hacer efectiva esa conexión física con el mundo exterior. Probablemente un Mercurio sin aspectos o en posición difícil en su mapa podría explicar ese defecto, pero sería necesaria una investigación seria para hacer tal afirmación, pues muchos serían los componentes que habría que examinar, incluso el karma particular.
Pero volviendo a nuestra cuestión. ¿De qué sirve el conocimiento si no tenemos la sabiduría y no ponemos en práctica nuestro conocimiento en nuestros actos? Estoy hablando del conocimiento espiritual, del conocimiento que procuramos compartir con vosotros aquí en el STUM. ¡Yo imagino cómo sería si un día nos levantásemos por la mañana y empezásemos, desde el primer buenos días, a desparramar simpatía, amor, cariño, sonrisas hacia todas partes! Imagino que esto sería capaz de contagiar poco a poco a otras personas de mi entorno y que esas actitudes se diseminarían cada vez más, lo mismo que el viento. En poco tiempo, otras personas seguirían tu ejemplo, esparciendo buen humor, alegría, sonrisa y simpatía y esto marcaría una gran diferencia, ¿no te parece? Pues es una buena idea, pero difícil de poner en práctica. Acostumbramos a ponernos de mal humor si el agua de la ducha no está caliente como nos gustaría, si la tostada está demasiado pasada, y despotricamos contra nuestro vecino que aparcó su coche en la plaza de al lado y nos impide salir tan rápidamente como nos gustaría, ya que siempre vamos retrasados. ¡Insultamos al que nos corta el camino y no respetamos ni las plazas reservadas si vamos al centro comercial (considerándonos muy listos) y somos capaces de perder la paciencia con la chica de la caja, que está tardando en atendernos! Cuando procedemos así estamos bajo el dominio de nuestros impulsos más primitivos, exhibimos nuestro peor lado. No el de la sabiduría de Hermes (nombre griego de Mercurio), sino el del animal que vive dentro de nosotros. De este modo contribuimos a hacer de nuestro planeta un lugar de salvajes y no un lugar agradable para vivir.
Mercurio, según la astrología, indica qué tipo de inteligencia y de discernimiento tenemos, cómo pensamos, cómo razonamos. Sin embargo podemos ser inteligentes y emplear ese potencial para el bien o para el mal. La misma inteligencia puede ser empleada para timar, engañar, calumniar, chismorrear e incluso robar. El astrólogo que ve a Mercurio retrogrado o en mal aspecto en un mapa de una persona, percibirá enseguida que quien está ante él es susceptible de tener problemas de razonamiento, de no conseguir expresar claramente sus pensamientos, teniendo dificultades para comunicarse de forma clara. La persona puede ser lista para engañar a otra persona, o puede ser lista para sobrevivir. Las personas listas e inteligentes no son necesariamente cultas e instruidas, pero sobreviven. Los animales también poseen una inteligencia rudimentaria capaz de hacerles encontrar los medios de sobrevivir. Incluso se comunican, con sonidos o gestos, para hacerse comprender. Pero nosotros no podemos emplear nuestra capacidad intelectual solamente para sobrevivir. Por eso, y aprovechando las energías del mes de Géminis, hemos de procurar ser buenos ejemplos, con un modo de proceder que marque la diferencia. Teniendo en mente que nosotros, pequeños seres pensantes, somos parte de la gran mente del Creador, tomamos conciencia de que nuestro comportamiento puede contagiar a quienes encontramos por el camino. Recuerda la Primera Ley Hermética: Dios es mente, el universo es mental. Dios, el Creador, el Todo, es mente y nosotros somos mente, hechos a Su imagen y semejanza. Debemos, por lo tanto, no solamente elegir cada pensamiento y cada palabra, sino también cada uno de los actos que llevaremos a cabo en nuestro día. Controlar los instintos y actuar con cariño y compasión en cada instante del día es difícil, ciertamente, pero es posible, ¿no es cierto?
¿Lo intentamos, entonces? ¡Si no hacemos un esfuerzo no lo conseguiremos y de nada servirá estudiar, leer e inclinarse sobre tantos artículos y libros esotéricos! De nada servirá estar en busca de la espiritualidad: Saber no es hacer.
Esta semana y las próximas, podemos procurar practicar buenas acciones, observar buen comportamiento, proceder con compasión, sirviendo de ejemplo a aquellos que nos rodean. ¡Que sepas proporcionar un buen ejemplo con tus propios actos, y deja que el cosmos haga lo restante! Una energía que puede ayudarnos a practicar es la energía del Genio Cabalístico (Ángel) nº 37, ANIEL, cuyo salmo de oración es el 79. Él estimula la sabiduría y nos integra al Todo.
Las letras que componen el nombre de ANIEL son estas. Pueden ser escaneadas con los ojos e integradas a nuestra meditación.
YUD NUN ALEPH
37. La visión del conjunto
Leer de derecha a izquierda
¡Que la Sabiduría guíe vuestros actos esta semana y siempre!
Publicado dia 5/28/2009 12:30:04 PM em STUM WORLD
