Sin transferencia e intercambio de energía entre las personas y las cosas en general es imposible que sea creada la materia. No se puede crear algo a partir de la nada.
Nuestro Creador hace brillar el sol para todos, tanto para los justos como para los injustos. Pero jamás debemos olvidar que un día ajustaremos cuentas por el uso indebido de las energías que están a nuestra disposición. La ley del retorno está cada día más rápida en nuestra vida. Lo que realizamos de forma positiva y con buena intención retornará a nosotros de la misma forma. Lo que se propaga con intención negativa vuelve a nuestras manos siempre como una respuesta negativa asociada a acontecimientos o personas de nuestra convivencia.
En realidad es de suma importancia la forma en que cuidamos de nuestra energía, nuestras formas-pensamiento y nuestras actitudes con relación a la vida en general. Actuar siempre por el camino de tu corazón y de forma incondicional, nunca esperando nada de vuelta, hará que te conviertas en una persona completamente equilibrada, atrayendo siempre a tu vida las circunstancias y personas de que necesitas para convertirte en un ser pleno y absoluto, uno con el Creador.
Durante mucho y mucho tiempo se tuvo la noción de que los primeros alquimistas eran aquellos que se preocupaban solamente por transformar todo en riquezas, a partir de sustancias universales, convirtiendo por ejemplo metales viles en oro.
El verdadero alquimista, o sea, aquel que verdaderamente se preocupa y cuida de su energía, establece en primer lugar una comunión consigo mismo, a fin de tener una conexión plena y poder percibir los pensamientos inspirados de la mente radiosa del Creador.
Es sumamente importante que prestemos atención a nuestra energía, manteniéndola siempre equilibrada, pues solamente así podremos comprender y entender nuestra verdadera misión de vida.
Se hace imposible ver el mundo, o la realidad que nos rodea, con nuestras lentes para la vida completamente embazadas. Lo que en realidad queremos decir con lentes es nuestro campo áurico, este campo de energía que circunda nuestro cuerpo haciendo que sea a través de él como vemos el mundo; aquello que en él proyectemos como energía, es lo que habrá de retornar a nuestra vida.
La serenidad, la paz, la confianza y la tranquilidad pueden pasar a formar parte de tu vida también, basta que para esto entiendas cómo está tu energía y la energía del ambiente de tu casa y de tu empresa.
Es posible con la radiestesia y mediante el empleo de aparatos, hacer una medición completa de todas las energías que nos rodean, y a partir de este diagnóstico proporcionar la cura para tales ambientes – o personas – a través de la radiónica.
Transforma tu vida en aquello que deseas, viviendo siempre solamente tu energía sin interferencias, o sea, sin la presencia de energías que no forman parte de tu ser interior. Procura siempre actuar de forma desprendida con relación a la vida, teniendo la seguridad de que si te mantienes en equilibrio, todo lo que deba formar parte de tu vida vendrá hasta ti.