La última vivencia del Don en las montañas me ha mostrado muchas cosas encantadas y muchas sincronías… pero también me ha mostrado cómo mi Fe, que yo ya creía grande, podrá ser todavía mayor.
Muchas cosas que podemos llamar pequeños milagros, porque escapan a nuestra comprensión, ya me tenían encantada en los días precedentes al trabajo… y cuando aquel jueves arreglaba el salón, me sentía con una fuerza renovada… una alegría aún mayor de estar en mi Don con tanta simplicidad… Fue cuando ha tocado el teléfono… esa era la primera vez que mi teléfono móvil sonaba por allá.
Al otro lado estaba Patricia Regina, muy feliz con algo que tenía para contarme…
Ella me dice que el día anterior había pensado llevar unas flores para el trabajo… y entonces escuchó una voz que decía lo siguiente:
Los lirios de agua representan la pureza. El cáliz que está listo para recibir del Universo y llenarse, desbordar.
Bebe el néctar de los dioses a través de este recipiente.
Hay un femenino libre en esta forma de cáliz – el receptáculo.
Donde quiera que estén las luces y formas divinas, allí están las mil formas de flores sensibles y en conexión con la Divinidad, aportando pureza, purificación, ternura, movimiento (vida y muerte), apertura para dejar entrar el sol, lo sublime, el DON de quien sirve… de quien se alimenta de la gran luz divina, de quien se conforta en el agua abrigadora del gran cáliz.
Serenidad – foco, mucha abundancia – recibimiento profundo.
He aquí un modelo ya listo de receptáculo divino – este cáliz puro e inmaculado que trae Rita en sus manos.
¡¡Palmas!!
Ella recibe mensajes lindos, pero esa vez ha venido con un nombre… Rita.
Como ella estaba sin computador en casa, llamó por teléfono a una amiga y le pidió que mirase cuándo era el día de Santa Rita.
Cuando la amiga le dijo que el 22 de mayo era el día de Santa Rita de Casia, ella se puso muy feliz porque era el mismo día en que iba a empezar la vivencia.
También quedé encantada con ese mensaje lindo y como ya sabía que sería día de Santa Rita de Casia, le agradecí mucho ese obsequio para el grupo.
Al día siguiente, día 22, yo estaba arreglando los últimos detalles en el salón cuando alguien llama a la puerta… Era Patricia con un jarrón de las flores blancas más lindas que alguien pueda imaginar… No sé si porque nunca había visto aquellas flores, pero más parecían un milagro de tan lindas… Ella trajo además una imagen de Santa Rita…
Entonces me cuenta que fue a la feria de las flores, a buscar lirios de agua y palmas para llevar, pero no las encontró y que las únicas flores blancas parecidas a un cáliz que encontró, fueron aquellas… y que la Mujer de la Montaña le dijo que se trataba de la planta del corazón, la digitalis.
¡La dedalera!! Me quedé entusiasmada mirando la flor que me parecía una cosa de ensueño.
Ella no sabía… pero yo sabía que era, porque ya había buscado mucho esa planta, cuyo nombre científico es digitalis, desde que compré un libro y leí que ella tiene una larga y profunda conexión con las hadas… No sé por qué me encanté con ella e intenté plantarla algunas veces sin éxito, hasta ya lo he contado aquí la primera vez que lo intenté en el texto Las semillitas....
Entonces… para mí esa flor era muy encantada y misteriosa… y me parecía imposible tenerla en casa…
No sé por qué, pero… aun sin haberla visto, no siendo en la foto, yo sentía una conexión muy grande con esa flor… Y ahora… inesperadamente, ella me es ofrecida, con las bendiciones de Santa Rita de Casia.
Sé que se la emplea para hacer medicamentos para el corazón… y ese trabajo del Don habla justamente de seguir el camino del corazón… y releyendo el mensaje he visto que habla de vida y muerte, y me he dado cuenta de que la dedalera cura, pero también es venenosa.
Agradecí mucho a Santa Rita y a Patricia, por el regalo de la flor y del mensaje tan especial, y después que ella salió me quedé pensando para mis adentros cómo todo nos llega a las manos en el momento propicio… Coloqué el jarrón bien delante, cerca de un hada que siempre pongo en el altar de lo Femenino…
Terminado todo… lo último que hice fue colgar en las telas de la tienda que armé por el lado de fuera del salón, un estandarte con la imagen de un águila blanca, representando el Espíritu Santo chamánico…
En cuanto la coloqué, escuché una voz diciéndome:
- Tu parte termina aquí, ahora déjalo conmigo.
Era un Maestro de mucha Luz que habla conmigo desde hace ya un buen tiempo…
Y el trabajo fue fluyendo suave y profundo; las cosas fueron sucediendo mostrándonos la acción preciosa de la Divinidad…
Cuando me acosté… después de haber ya comenzado la vivencia de la noche… de repente me doy cuenta de que se me olvidó poner la música que había elegido con tanto cuidado.
Me parecía imposible que hubiese ocurrido eso, ya que nunca me olvido de poner la música… Esa vez entonces, encontré un Ave María maravillosa y diferente que de tan linda se la había puesto unas 3 veces a la Mujer de la Montaña la noche anterior…
Parece que a algún nivel ya sabía que eso podía ocurrir…
Recuerdo que, pocas horas antes de comenzar el trabajo, ya con el salón todo arreglado… yo escuché la música otras cuatro veces. Empezaba a oírla y me distraía y tenía la sensación de que no tocaba entera, y volvía a ponerla para estar segura de que estaba todo bien… y nuevamente me distraía.
Ahora que he visto que no puse lo que había preparado tanto… telefoneé a la Mujer de la Montaña que me dijo entonces que después del tambor la energía había cambiado y que todo estaba bien aunque me hubiese olvidado de la música.
Entonces tuve la certidumbre de que, a cierto nivel, mi parte había de veras terminado cuando acabé de adornar el salón… Ahora solo me cabía dar paso al Gran Misterio…
Y la mañana siguiente pusimos la música y comprendí que esa era ciertamente la hora oportuna para ella…
A la hora del almuerzo, antes de salir del salón, apagué una vela blanca con el dedo… empujando el pabilo en la cera caliente y salí habiendo visto el pabilo apagado… pero más adelante recordé que había dejado puesto el sonido y volví.
Me sorprendió ver que la vela seguía encendida…
Hasta que por la noche… cuando era la hora de apagar la luz para encender la hoguera, todos listos… la luz se apagó sola en el Cortijo… Y a partir de ahí otras cosas muy especiales y encantadas fueron sucediendo de forma precisa y muy fuerte, mostrando que estábamos en la hora propicia… en el lugar adecuado… y el control estaba de veras en las Manos del Gran Misterio…Hemos sabido que la luz solo se apagó allá en la montaña y que los vecinos tenían luz, pero… como el fuego era el elemento predominante, hemos entendido que sería para quedarnos solo con la luz de las velas.
A la mañana siguiente fui despertada por la campana y lo primero que hice fue encender la luz para ver si había vuelto.
Nada todavía…
Fue entonces cuando me preocupé… y no confié…
Es que a las once teníamos preparada una sorpresa para el grupo… Janaína y Aline harían una presentación encantadora… Es indescriptible el Don de esas dos mujeres y sería una bendición para el primer grupo del Don la presencia de ellas.
Janaína danza, Aline canta y lo hacen con la fuerza del Alma.
Pensaba si la luz volvería… cuando recordé que podría pedir que se comprasen pilas para el equipo de sonido.
Respiré aliviada… mientras recordaba la voz que me dijo
- Tu parte termina aquí… ahora es por cuenta mía.
¿Las compro o no… y si vuelve la luz… pero, y si no vuelve?
Mi duda fue interrumpida por la Voz.
- Aún no confías, mujer de poca fe.
Ese Maestro es muy sencillo y conversa conmigo con mucho humor, a veces… esa vez era así, en tono medio en broma, pero hablando en serio.
Dios mío… respiré hondo.
Pensé en las mujeres que se habían preparado y vendrían desde Belo Horizonte con tanta disponibilidad y Amor.
Y si la Luz no volviese.
Opté por comprar las pilas…
Cuando ellas llegaron y se dirigieron al salón según habíamos combinado, a las once… la Luz también llegó a la misma hora.
Y Ellas han tocado tanto nuestros corazones con la fuerza del Don que casi todos hemos llorado…
Y comprendí que… cuando Él dice que ahora le concierne a Él, yo puedo confiar… aunque note un fresquillo en la barriga… y he decidido que voy a alimentar aún más mi Fe.