¡Ah, la música!
Puede hablar de amor.
O de dolor.
Pero siempre viene del corazón.
El tiempo no para…
Así como el músico;
Que continúa componiendo, más allá…
¡Día sí, día no, hay son!
Nada es como antes…
¡Nunca lo es!
Porque el tiempo no para…
Y yo me marcho juntamente con él.
El sol se levanta, lindo.
Pero ¿quién aprecia el milagro?
Parece solamente un día más…
Pero es la vida que estalla en luz.
Ah, la luna ha ascendido en el firmamento.
Pero ¿quién aprecia a la bella?
Parece solamente una noche más…
Pero los poetas y los músicos la conocen.
Ellos sí sienten algo,
Dentro del corazón.
Y pocos comprenden esto.
Ellos están grávidos de poemas y músicas.
El tiempo no para…
Y todo sucede.
A veces llueve; otras veces, no.
Y todo es milagro de la vida.
Ah ¿quién sabe amar?
No quien solamente dice que ama.
Sino quien ve el milagro del amor,
Haciendo que el propio pecho se convierta en sol.
¿Quién muere de veras?
Quizá los que no se realizan.
Los mismos que no ven milagros
En las cosas sencillas de la vida.
Quizá haya vida en esa vida…
Porque, más allá de ella, eso es cierto.
Así como era antes.
Pues el tiempo no para…
Y ¿quién puede demostrar esto?
Quien no aprecia la vida, aquí y ahora,
Tampoco no lo hará después de la muerte.
Sin ver el milagro, el espíritu se empobrece.
Y ¿qué milagro es ese?
¿El de transformar el agua en vino?
O aquel de conocerse a sí mismo,
Para, así, reconocer la vida?
¡Ah, la música!
Puede incluso hablar de vida más allá de la vida…
De vida antes de la vida…
Y de vida, en la vida misma…
El tiempo no para…
Los poetas y músicos lo saben.
Y siempre buscan la lección de cada día.
Que siempre se vuelve poema o canción.
Para registrar el milagro de la vida.
Y despertar a los que no viven.
Para mirar las flores y los amores
Floreciendo en los jardines y en los corazones.
Ah, quien no sabe reír, se pone enfermo.
Y, así, no ve milagro en nada.
Quien no sabe amar, pierde la luz.
Y la vida se acaba antes de la muerte.
¡Y no es después cuando se arregla esto!
Es ahora mismo, en una simple canción.
Pues el tiempo no para…
Y todo es lección… Las flores, los amores y la vida.
Ah, ni siquiera los poetas y músicos
Saben bien lo que rula…
Ellos son médiums de algo más…
Que entrega el mensaje en sus corazones.
Que les inspira a hablar de milagros
En las cosas simples de la vida.
Que les habla de bellezas más allá…
Para quienes ya ven bellezas en el aquí y ahora.
¡Ah, la música!
Puede hablar de amor.
E incluso de vida, antes, ahora, y después…
Siempre vida.
El tiempo no para…
Y todo es lección;
Para quienes ven milagros en su propio corazón.
Y admiran la vida, antes, ahora y siempre…
Ah ¿quién sabe lo que rula?...
Los poetas y los músicos solo escriben, y se encantan
¡Con el mensaje que desciende a sus corazones,
Y que dice que todo tiempo es tiempo de crecer!
P.D.:
El tiempo no para…
Y quien ama, lo sabe.
Y, amando, vive.
Y viviendo, comprende…
Que aquí y ahora, o después,
La vida sigue…
Y, allá arriba, el Papá del Cielo continúa sonriendo, y diciendo:
¡Todo tiempo es tiempo de crecer!
(Dedicado a mi amigo ((Pierre Weil (1924-2008) fue un gran educador y psicólogo francés que vivió la mayor parte de su vida en el Brasil. Fundador de la UNIPAZ – Universidad Holística Internacional – es autor de cerca de 40 libros. Fue uno de los responsables por la reglamentación de la profesión de psicólogo en el Brasil. Asumió en la Universidad Federal de Belo Horizonte la cátedra de Psicología Social, posteriormente ocupando la primera cátedra de Psicología Transpersonal, disciplina en la cual es uno de los pioneros. – Obs.: En el año 2000, cuando Pierre aún estaba aquí en el plano físico, escribí un texto en homenaje a él, después de habernos encontrado, una vez más, en Salvador, capital de Bahía y tierra de los orixás. Allí él y yo (juntamente con el abogado Sérgio Nogueira Reis, amigo nuestro que nos llevaba a almorzar en la ciudad) contábamos diversos casos, desde fenómenos paranormales y enseñanzas espirituales y budistas, hasta un montón de chistes)) Pierre Weil(*), gran humanista y profesor de la consciencia; al gran ((Cazuza (seudónimo de Agenor de Miranda Araújo Neto; 1958-1990) – fue un famoso cantante, compositor y poeta brasileño)) Cazuza(*), genial poeta urbano y músico; y a los poetas de la Compañía del Amor, la Pandilla de los ((La Compañía del Amor es un grupo de cronistas, poetas y escritores brasileños desencarnados que me transmiten textos y mensajes espirituales desde hace varios años. En su gran mayoría, son poetas, y con muy buen humor. Según ellos, sus escritos son para demostrar que los espíritus no son nubecitas o lucecitas parpadeando en un plano espiritual inefable. Quieren demostrar que siguen siendo personas comunes, solo que viviendo en otros planos, sin ir cargados con el cuerpo denso. Quieren que las personas encarnadas sepan que no solo existe vida después de la muerte, sino que además, hay mucha alegría y amor. Sus textos son sencillos y directos, buscando el corazón del lector. Para más detalles sobre el trabajo de esa pandilla maravillosa, ver los libros “Companhia do Amor – A turma dos Poetas em Flor – Volúmenes 1 y 2” – Edición independiente – Wagner Borges, y su columna en el Website del IPPB (que es una de las secciones más visitadas en el Website): link Poetas en Flor(*)).
¡Axé!
¡OM!
Paz y Luz.
- Wagner Borges – sujeto con cualidades y defectos, 47 años de encuadernación, admirado, igual que un crío, al mirar los milagros de la vida, como la Luz los mira.
Publicado dia 7/1/2009 11:15:36 AM em STUM WORLD
