Cuando la mirada se hace dorada,
Es porque el corazón está desbordando de amor.
La luz sube del pecho a los ojos,
Que se transforman en sol.
Y la luz mira las cosas como a sí misma,
Porque la luz busca la luz…
Así como el amor busca el amor…
Y eso no se explica, solo se siente…
La luz también danza, en la mirada.
Y en las pistas secretas del corazón.
Ella escucha una canción perenne,
Que está en todas las cosas.
La que crea las estrellas y los orbes, en lo infinito de la vida…
Esa es la luz que vive en el corazón.
No es posible verla por dentro.
Pero sí sentirla en espíritu y verdad…
Está más allá de las emociones y del análisis de la mente.
Más allá de la ilusión de las formas y posesiones físicas.
El amor real no mata la vida ni nubla la visión.
Busca la luz, para aumentar su brillo.
Y la luz busca el amor, para clarear su jornada.
Y todo sucede… Iluminando, iluminando, iluminando…
Esto no tiene momento, solo sucede, como debe ser...
Quien ama, lo sabe.
Pues, si el amor busca el amor,
Es porque la luz también busca la luz.
Y, cuando se encuentran, ¡todo se vuelve sol!
Y aquí me callo, pues ¿qué palabras podrían ajustarse a algo así?
No, no es posible decir más.
Esto solo se siente…
P.D.: Hay una luz que brilla más
Que billones de soles juntos.
Es la esencia del alma.
Esa es la luz que vive en el corazón.
(Dedicado a los mentores extra-físicos, de todas las líneas espirituales vueltas hacia el bien de la humanidad; por su paciencia, amor y dedicación secreta y serena).
Con Gratitud y Respeto.
Servicio y Alegría.
Paz y Luz.
São Paulo, 20 de febrero de 2009.
- Wagner Borges – desbordándose... Y mirando la vida, tal como la mira la luz...