La Radiestesia estudia todas las energías que componen nuestra vida. Esas energías son de suma importancia y pueden ser comparadas a los cuatro pies de una mesa; son: lo financiero, lo emocional, la salud y lo espiritual.
De qué sirve tener una parte mega exitosa y otra que no existe... la mesa no se parará de pie. Para que haya equilibrio en nuestra vida, todos los aspectos tienen que existir y estar en equilibrio.
La parte emocional desestructurada es algo que con mucha frecuencia encuentro en mis atendimientos.
Ser exitoso muchas y muchas veces depende de nosotros mismos; el empeño, la dedicación, el estudio y algo de suerte hacen que alcancemos nuestros objetivos, pero... Siempre hay un pero. En el campo afectivo dependemos también del otro. Una interacción perfecta necesita implicación y esto significa arriesgarse por entero. Este comprometimiento genera conflictos, pues los dos acaban por tener muchos problemas no resueltos. El mayor de ellos, el que desgasta una relación hasta el punto de ruptura, se produce cuando empezamos a intentar resolver las dificultades internas del otro; esto toma una vida entera y, en muchos casos, no lleva a lugar alguno. Permanecer patinando en una relación puede indicar que estás procediendo de forma equivocada.
La relación serena ocurre por sí sola. Son dos personas que interactúan entre sí, sin que una pretenda modificar a la otra, los dos se aceptan tal como son y así se aman.
La unión entre los sexos es satisfactoria en la proporción en que cada uno de los miembros de la pareja tiene armonía interna; de esta forma se instala la armonía en la pareja.
El deseo de descubrimiento del otro como un alma independiente, nos lleva a la fascinación que es la palabra amor. El amor nunca muere cuando estamos convictos de que el otro es un ser vivo y, como tal, es dinámico y siempre con nuevas perspectivas que observar.
Para que la elección de una pareja sea perfecta, la madurez emocional es el primer punto a observar y, entonces, el inicio de jornada será maravilloso.
La Radiestesia entiende que toda energía que permanece como sufrimiento es una energía estancada que nos hace mucho daño. Cuando se han formado nudos emocionales de pasado, sean cuantos fueren, las energías no se conectan a nada nuevo, no hay futuro.
Oigo en mi trayectoria de radiestesista muchas historias, del tipo de: no consigo encontrar a nadie, nada nuevo se produce en mi vida... Y después de algún tiempo conversando con la persona sobre su pasado, comprendo que existen energías antiguas que la inmovilizan allí.
Lo nuevo, el cambio, lo desconocido son mucho más difíciles de encarar para el ser humano. La energía que ya tenemos próxima a nosotros, por peor que sea, es una energía que ya conocemos y por eso tenemos siempre la idea de que un día se volverá de la forma como la deseamos. He aquí el mayor error que se puede cometer.
Los recuerdos malos y desgastadores tienen que ser arrojados lejos de nuestra vida, ya que nos traen negatividad para el presente.
La Radiestesia evalúa, inicialmente, en lugar donde vive la persona. Este siempre es el primer paso, como venimos diciendo desde hace algún tiempo. Y después de propuestas las curas, se pasa entonces a la evaluación personal, verificando los cuatro aspectos: salud, emocional, financiero y espiritual.
Hoy quiero contaros un caso de una muchacha que atendí hace poco, la cual me llamó por considerar que algo andaba equivocado en su casa.
Verifiqué todos los tipos de energía del local y le di el diagnóstico. Su casa es saludable, no hay presencia de ninguna energía mala aquí, incluso por tratarse de un apartamento nuevo y muy organizado, sin desorden ni suciedad.
Yo siempre me admiro cuando paso el diagnóstico de que todo está bien, pues las personas se asombran: ¿cómo puede ser? No siempre encontramos locales con energías nocivas, pero bloqueos en uno de los campos energéticos de las personas siempre los encontramos.
Pasé entonces a la parte personal; tras una evaluación completa en los tres campos, verifiqué que solamente en lo emocional había problemas. Le pregunté entonces cómo andaba su vida emocional y ella me respondió que estaba parada, a lo que yo cuestioné: ¿parada o liada?
Y el diagnóstico surgió, la historia vino seguidamente:
Tuve un matrimonio que duró 4 años. Fue una relación muy complicada de falta de respeto, de conflictos, de intrigas (en fin, toda suerte de desavenencias había entre la pareja...). Después de eso, tuve otra relación que duró 3 años, pero que tenía muchas características de la primera y hoy estoy con una persona que no me da valor, me dice que cuanto tenga tiempo nos vemos, pues anda en busca de alguien que lo colme como un todo.
Estoy oyendo las historias muchas veces y aprendiendo... ¿Cómo una persona puede amarse tan poco hasta el punto de estar con otra que declaradamente dice que no la quiere? ¡Qué falta de opción! Pensé yo, pero continué escuchando.
Ella me dijo: sufro mucho con todo eso, pero no logro salir, es lo mismo que me pasó en las relaciones anteriores... y me preguntó cómo la Radiestesia podría ayudarla.Le aclaré entonces que la Radiestesia identifica las energías presentes, los problemas, y la parte de cura se hace mediante la radiónica, que es la utilización de las energías de forma a alcanzar el objetivo propuesto.
Le agradó mucho la idea, pues percibí que había decisión para cambiar de vida. Le expliqué que montaríamos un gráfico radiónico que se llama “desenredador de relaciones” y lo que tendría que hacer ella todos los días. Estuvo conforme de inmediato. El tiempo necesario para que el gráfico quedase montado fue de dos meses.
Le dije que este sería un tiempo necesario para que toda la energía estancada y enredada quedase disuelta, pero eso no quiere decir que no puedan ocurrir cosas nuevas.
En el caso del montaje de este gráfico le hice la advertencia de que durante este período ella podría sentirse triste e intentar auto-sabotearse. Me preguntó qué significaba esto. Y le expliqué que podrían volver a su mente situaciones del pasado, para que se resolviesen y se disipasen esas energías. No obstante, en la tentativa de auto-sabotearse, procurando vivir esas energías con la otra persona, como si algo fuese a cambiar, el tiempo de desembarazar todo podría hacerse mayor...
Ella comprendió y aceptó de inmediato. Pasados algunos días, me telefoneó diciendo que estaba mal, y acordándose de muchas cosas; la coloqué en la pirámide, a fin de mejorar su equilibrio general y la estimulé recordándole que, a pasar esta fase, ella se sentiría otra persona. Esos procesos de caída de energía se produjeron unas tres veces, lo cual es bastante normal.
Cuando estábamos próximos al final, le di la mejor noticia; terminado ese período de limpieza montaremos un torbellino con Venus, que es un gráfico que abre la energía emocional, haciendo que energías similares a las tuyas se conecten; este proceso llevó otros dos meses.
En medio del tiempo de este torbellino, ella me llama por teléfono toda entusiasmada:
- “¡He conocido a una persona fantástica, tiene todo que ver conmigo, piensa como yo, tiene los mismos ideales de vida, estoy muy feliz!”
Le rogué que tuviese calma y se entregase con cautela, incluso porque las personas que pasan por un largo tiempo de sufrimiento, cuando encuentran algo diferente y muy bueno lo encaran como la tabla de salvación, apegándose de tal forma que dejan al otro agobiado. Ella me agradeció la aclaración.
Finalizo diciendo que hoy, después de 8 meses, tienen fecha fijada para la boda, y están felices como en el día en que se encontraron.
Digo todo esto para una vez más subrayar que el sufrimiento no debe, ni necesita, formar parte de tu vida ¡y la Radiestesia es, sí, un medio de cambiar tu energía y hacerte feliz!