Cuando nos damos cuenta de que nuestra Vida tiene una estrecha relación con la Causa y el Efecto de nuestras actitudes y pensamientos, empezamos a comprender que muchas cosas han dejado de ser coincidencias y nada de lo que pasa con nosotros sucede por casualidad.
Todo tiene origen en nosotros y a nosotros retorna. Obviamente, algunas religiones condenan esto por la estrecha necesidad de supervivencia. Nadie enseña al otro a solo Ser, si desea mantenerlo sujeto a sus pretendidas verdades.
Dicho esto, empezamos a comprender que el acto de perdonar tiene como primer beneficiado a nosotros mismos, mira...
PER, primera sílaba de perdonar, puede parecer el inicio de pérdida, pero no lo es. En este caso es PER en el sentido de permitir e incluso de parar, en la acepción latina de la palabra. Parar de veras.
DONAR es permitirse entregar lo que ya no nos sirve. Por tanto, el acto del perdón, además de noble, es una actitud de bloqueo de una pérdida.
Jamás una persona que se siente lastimada ha logrado herir a otra por albergar este sentimiento. Por el contrario, si permanece mucho tiempo en esta postura de amargura llegará a enfermar de manera muy seria.
Una amiga me preguntó un día: ¿Cuántas veces debemos perdonar a nuestros semejantes? Me pregunto – completó - ¿será que perdonar demasiado no nos convierte en necios?
No contesté de inmediato porque, aunque parece una pregunta sencilla, no lo es. Me quedé pensando en los textos que escribí en 2005. El primero fue Perdón y el segundo Perdón de alma.
En el primer texto, dejo claro que hay una estrecha relación entre nuestra salud y el acto de Perdonar. En el segundo, resalto que él, el Perdón, debe ser de alma y no falso. Perdonar de alma es olvidar el hecho y JAMÁS recordarlo. Es nunca realizar el perdón social, aquel que sale de boca para fuera.
Es obvio que las dos preguntas, en una, demuestran que la persona no acepta y no comprende que la vida es Causa y Efecto. Esta comprensión viene en primer lugar, en la cadena de importancia de nuestras comprensiones.
A continuación, se hace fácil comprender que no somos necios, sino sabios, y que nadie pierde nada por ser sabio y astuto. Debemos perdonar a nuestros semejantes tantas veces cuantas lo exija el retorno de nuestras actitudes imbéciles del pasado.
Cuando alguien nos lastima, eso es retorno, para que sepamos comprender que así hemos procedido para con alguien anteriormente. Nada de lo que recogemos viene sin una finalidad. Todo forma parte de nuestra necesidad de comprender la vida tal como ella se presenta. Ser lastimado hoy ocurre porque hemos lastimado ayer. La huida al resentimiento, la mayor parte de las veces, es la comida. El resentido tiene ausencia de placer.
He dado demasiada libertad a otras personas, ¿sabéis lo que he cosechado?
Falta de respeto.
He jugado demasiado con otras personas, ¿sabéis lo que he cosechado?
Descrédito.
Me he enfadado mucho por estar desacreditado y falto de respeto. Protesté a mi Maestro por parecerme injusto lo que me estaba pasando. Él dijo: Observa tu pasado y comprenderás que lo que estás recibiendo hoy es el retorno de tus negligencias... Lo menos que puedes hacer es agradecer porque el mal es pequeño. Perdonarse a sí mismo y a los profesores es un acto de grandeza.
Saul Brandalise Jr. é colaborador do Site, autor do livro: O Despertar da Consciência da editora Theus, onde mostra através das narrativas de suas experiências como extrair lições de vida e entusiasmo de cada obstáculo que se encontra ao longo de uma vida. Email: [email protected] Visite o Site do Autor