Fue al comienzo de 2008 cuando escribí el primer texto sobre velocidad y en él procuré dejar claro que el conocimiento no lo es todo en la vida. En realidad, lo importante es cómo yo hago uso de mi conocimiento y cómo aplico mis valores.
No sirve de nada saber mucho si no sé qué hacer con el conocimiento que poseo. Puedo volverme crítico y pesado, nada más que eso. Pero igualmente importante es la conciencia de la velocidad a la que anda el mundo.
Hoy queremos hacer otro comentario sobre la palabra VELOCIDAD.
Si fijamos nuestra atención en cómo está formada, percibiremos que empieza de manera VELOZ y, seguidamente, significa, además de lo que hemos subrayado en el texto anterior, una relación con mi edad: VELOZ+EDAD. En otras palabras, ¿cómo soy a la edad que tengo?
Primero, hemos de dejar claro que existe una diferencia muy grande entre correr y ser veloz. Yo siempre procuro asociar una carrera a la ausencia de otro propósito que no el de mejorar la salud.
Correr, normalmente, se hace por pavura, falta de planificación o susto.
En contrario, velocidad, para mí, es cómo camino en dirección a mi objetivo, más los obstáculos que tengo que salvar frente a la meta estipulada. Así, solo tengo velocidad de manera consciente y práctica cuando sé el qué, cómo y cuándo tendré que realizar alguna cosa.
Muchas personas son viejos precoces y se empeñan en proceder así porque no se preocupan con lo que en la realidad hacen con sus vidas. Consideran que la vida es una consecuencia de coincidencias y de acontecimientos ya determinados. No comprenden ni aceptan que la vida que llevo ahora es la vida que he plantado ayer con mis pensamientos y actitudes. No saben valorar el REGALO que es la vida en cada segundo vivido. Si nada está bien hay que revisar y modificar los valores que tenemos por base de nuestras actitudes.
Ya no hay asociación entre edad física y mental. Hoy somos lo que queremos ser.
En octubre cumpliré 60 años, pero me siento como un chaval de 30. ¿Por qué?
Porque primero, me niego a tener la edad que tengo. Segundo, porque me cuido físicamente. Tercero, porque procuro comer alimentos más naturales, y hace años que he eliminado la carne de mi menú. Cuarto, porque sé que energía es vida y jamás que vida es energía. Quinto, vivo en pleno estado de perdón. Sexto, estoy vigilante de mis valores y pensamientos, pues sé que la vida es Causa y Efecto. Y, finalmente, séptimo, porque soy lo que admito ser.
Si la vida es comparable a una carrera de obstáculos, hemos de estar preparados para la velocidad que tenemos que aplicar en esta jornada.
Si cada ser humano es dueño de su freno, a nosotros corresponde decidir cómo aplicar el freno en nuestras actitudes. Esta es la diferencia entre la velocidad y una carrera.
Saul Brandalise Jr. é colaborador do Site, autor do livro: O Despertar da Consciência da editora Theus, onde mostra através das narrativas de suas experiências como extrair lições de vida e entusiasmo de cada obstáculo que se encontra ao longo de uma vida. Email: [email protected] Visite o Site do Autor