Estar vibrando en sintonía con el universo representa la expansión de nuestra verdadera esencia. Cuando tenemos nuestra energía en perfecto equilibrio significa que hemos logrado la conexión inmediata con lo que realmente deseamos para nuestra vida, es la sensación de plenitud absoluta.
Quién no ha tenido algún día la sensación de estar en el lugar equivocado, con personas que nada tienen que ver con nosotros y de estar en la peor de las fases, del tipo de nada me sale bien... Esto significa estar fuera de sintonía con el universo.
Los pensamientos y actitudes han de vigilarse siempre, pues somos reflejo de la energía que emanamos por la forma-pensamiento.
La forma-pensamiento es una de las energías a que más atención hemos de prestar, puesto que es la que nos remite a las peores situaciones.
Los pensamientos muchas veces vienen a nuestra mente con independencia de nuestra voluntad; esta es la mayor prueba de que ellos tienen vida propia. Ese es, por tanto, el mundo de las causas; el mundo en que vivimos es el mundo de las consecuencias.
Es importante conocer las energías que nos rodean, para poder crear defensas que nos ayudan a cambiar, cara a lo que deseamos.
Hemos de eliminar poco a poco las interferencias que nos impiden encontrar la sintonía perfecta que nos permite atinar con la gran realidad de la vida.
El pensamiento negativo enraizado en nuestra mente ejerce fuerte presión sobre nuestra voluntad.
La vida cambia cuando dominamos la propia mente, cuando conocemos los pensamientos y sabemos usarlos de forma correcta.
Todas estas explicaciones están directamente relacionadas con el ambiente en que vivimos. Un lugar repleto de energías nocivas nos remite a estados depresivos y a conexiones negativas.
Hace algunos meses me han llamado para hacer un atendimiento de Radiestesia en casa de una señora abogada, muy simpática, muy habladora, atenta y a bien con la vida, como suelo decir.
Hice la verificación completa del ambiente y habiendo constatado algunas energías nocivas le propuse las curas.
Verifiqué entonces a la señora, y en un primer momento estaba todo tan tranquilo, no había bloqueos presentes.
Cuando terminé ella me rogó que verificase el despacho de su marido, situado en un ala al fondo de la casa. Le dije que ni siquiera había imaginado que hubiese más departamentos. Fuimos allí. De inmediato me propuse medir el local, porque la energía de cualquier lugar puede interferir en el todo y, hasta aquel momento, todo estaba muy tranquilo.
Cuando llegamos al despacho, pronto noté la presencia de un tipo de energía densa, que nosotros, los radiestesistas, llamamos energía roja, que representa odio, rabia, envidia y pensamientos negativos. Este tipo de energía es fácilmente percibido por cualquiera. ¿Sabes aquel dolor intenso que sentimos en la espalda a nuestro lado derecho cuando entramos en un local pesado? Pues eso fue lo que he sentido, antes de ya de tomar los instrumentos de Radiestesia y empezar la medición.
Le dije entonces, con todo cuidado, que la energía del local estaba algo pesada y había que hacer una verificación bastante detallada.
Al término de la medición, había encontrado un punto de energía súper nociva situada bajo la mesa de trabajo de su marido, que permanecía allí durante todo el día.
Encontré en el local un cruce de líneas Hartmann junto a la presencia de una vena de agua. Esta es una de las formas de maleficio más intensas.
Pregunté a la señora si su marido era una persona depresiva. Ella me respondió que ese era su segundo matrimonio, que llevaban casados seis meses y que antes de mudarse a casa de ella y empezar a trabajar allí, su marido era alguien muy animado, valeroso y decidido.
Le expliqué que su marido estaba bajo la emisión de un punto de energía que estaba acabando con él. Este tipo de energía hace que la persona se auto-sabotee, le hace crear un tipo de forma-pensamiento que vibre contra él, haciendo que nada le salga bien, llevándole a estados depresivos. Y completé: todo esto lo derrumba energéticamente ¿tiene sentido? Ella de inmediato estuvo conforme: es así ciertamente como él se encuentra.
Lo peor de todo es que esta situación estaba interfiriendo en la relación de ambos, pues mientras que la señora brillaba en su profesión, él iba de mal en peor.
La orienté en lo que debía hacerse: una limpieza energética en el local y una cura, eliminando el punto de energía nociva. Después le expliqué que había que hacer un tratamiento energético a su marido a fin de eliminar esta energía que había absorbido durante el tiempo de permanencia en aquel punto.
El tratamiento duró 3 meses y hoy, pasado casi un año, he tenido las noticias: el marido había iniciado una pequeña empresa de transporte de coches nuevos a concesionarios y el negocio le iba tan bien que se disponía a abrir una sucursal en otra provincia.
¿Sabes qué significa todo esto? Simplemente un cambio de patrón de vibración. Significa entrar en sintonía con el universo y todo esto mediante la detección de la presencia de energías nocivas que alteran nuestro patrón de vibración.
Nuestra energía es como el mando de una radio, sintonizándolo mal habrá interferencias y ruidos o incluso conexión con energías que nada tienen que ver con nosotros.
La sintonía perfecta, o sea, el equilibrio de nuestra energía nos hace vibrar en sintonía plena con el todo.