Enfrentamos todos los lances de la vida siguiendo las reglas y creencias que nos han sido inculcadas a lo largo de nuestra propia historia. Muchas son las influencias que determinan nuestro comportamiento.
Y son tantas, que en un dado momento dejamos de saber a ciencia cierta si las ideas que defendemos son fruto de nuestras propias convicciones o si continuamos, a pesar de ser adultos, basándonos en la experiencia y en las voces ajenas.
No es fácil percibir y distinguir esta diferencia, visto que la mayoría de nosotros vivimos en un estado de total inconsciencia, tanto acerca de nuestros propios sentimientos, como de los condicionamientos a que hemos sido y seguimos siendo sometidos.
Estos condicionamientos constituyen una de las principales fuentes de sufrimiento para los seres humanos, que se angustian por tener que adaptarse a modelos predeterminados y encajarse en patrones que no siempre corresponden a lo que anhela su alma.
Cuanto más distantes permanecen de aquello a que aspira su esencia interior, más angustia e insatisfacción experimentan. Sin embargo, de nada sirve buscar en el mundo la solución para esta discrepancia.
La única forma de saber sin duda alguna qué es lo que necesitamos para ser felices, es zambullirnos profundamente en nuestra interioridad y descubrir allí la verdad que se oculta tras las voces exteriores que predominan en nuestra mente. Solamente en el silencio podremos escuchar las respuestas que tanto anhelamos.
No sigas a nadie, de otro modo serás infeliz...
Si no escuchas a nadie más, si solamente oyes tu propia voz – incluso aunque te equivoques algunas veces, incluso si estás equivocado algunas veces, no importa. Te equivocarás, porque has sido acostumbrado a seguir tanto a otros, que has perdido tu voz interior...
Tú no sabes qué cosa es la voz interior. Hay muchas voces y éstas son todas de otros.
Algunas veces tu madre dice, haz esto. Algunas veces tu padre dice, no hagas esto. Algunas veces alguien más, Buda, Jesús, Chuang Tzu; abandona todas estas voces. ¡Oye!
La meditación es un oír profundo, oír tu voz interior. Como te vuelves silencioso, las voces cesan... Todos se van, solamente te quedas tú en tu vacío. Entonces tu naturaleza se expresa a sí misma – y esto es un florecimiento.
Tal como irrumpe y brota la semilla, así tu voz interior irrumpe, brota. Y entonces síguela, a donde quiera que ella te conduzca, síguela. No oigas a nadie. Este es tu camino hacia Dios. Y todo cuanto puede hacer un Maestro es llevarte a tu voz interior. El Maestro no se convierte en el sustituto, caso contrario te quedarás más abarrotado de lo que estabas antes.
No me hagas voz tuya, yo no soy tu enemigo. No me oigas. Solamente esto es suficiente: que vayas hondo dentro de ti mismo y oigas tu propia voz. Si yo puedo ayudarte a alcanzarla, entonces yo soy un Maestro para ti; caso contrario, yo soy tu enemigo.
Y una vez hayas empezado a escuchar tu propia voz, yo no soy necesario, puedes descartarme. Oye... tal como hay un tercer ojo hay un tercer oído, esto no se dice en las escrituras. Hay un tercer oído, y al igual que el tercer ojo te dará vislumbres de tu verdadero ser, así el tercer oído te dará vislumbres de tu voz interior.
Cuando estos dos oídos externos cesen de funcionar – cuando no estás escuchando a nadie, te vuelves completamente sordo, ninguna voz penetra y echas fuera todas las voces, cuando echas fuera toda la basura, y no hay más que vacío, acomodado dentro – tú sentirás la voz. Ella siempre está allí.
...Una vez que puedas sentir tu voz entonces ya no hacen falta reglas, tú te has convertido en una regla para ti mismo. Y cuanto más clara sea la voz, más acertada será la dirección que sigan tus pasos. Ella se convierte en una fuerza progresivamente mayor.
Sentirás un profundo contentamiento, que nada está equivocado y puedes bendecir y ser bendecido por todo.
...Religión es rebelión... Es la mayor rebelión – porque estás solo, nadie más está ahí y tienes que atravesar el camino a solas. Es la rebelión del individuo contra la multitud.
La multitud es muy poderosa. Ella puede cargarte, siempre ha venido cargándote...
Dejarte vivo es peligroso para la multitud – porque entonces seguirás tu propio camino.
Y la multitud tiene su propio camino – ella quiere que tú lo sigas...
Tu voz interior puede estar moviéndote para que te conviertas en un Buda o en un Chuang Tzu, pero la sociedad no necesita de un Buda – ella necesita de un perfecto ejecutivo.
¿De qué sirve un Buda? Es inservible económicamente, una carga.
...Todo el mundo está en una mala condición porque nadie ha venido escuchando a su ser auténtico. ¡Óyelo! Y no oigas a nadie más. Será arduo, tendrás que perder mucho, muchas inversiones serán perdidas... es renuncia a falsas inversiones, es renunciar a los otros y a sus deseos y expectativas, y es una decisión el ser auténticamente tú mismo.
OSHO – When the Shoe Fits