Es increíble como un día puede parecer triste y sin esperanzas... y otro radiante y lleno de Luz y Vida... sin que nada fuera parezca haber cambiado.
Durante unos dos o tres días he estado así... triste... Me deparé con memorias de dolor, en sueños y en sentimientos que, aparentemente, no se encajaban en mi realidad, pero ciertamente estaban dentro de mí... contemplaba la vida arrastrándose sin esperanza alguna de nuevas posibilidades.
Hacía el Ho’oponopono... soñaba con cosas que me dejaban hundida... aunque no reconociese nada de aquello que se me mostraba... no intentaba comprender y continuaba haciéndolo... El día transcurría pesado y yo continuaba limpiando las memorias. Cuando estamos pasando por cosas así, hasta la esperanza se vuelve más tenue y amenaza abandonarnos.
Cuando tenemos un motivo aparente quizá se haga más fácil... pero, en este caso, nada fuera se presentaba como efecto... es decir... mi estado de ánimo era ciertamente el efecto de algo que actuaba en mí y que yo no percibía...
Y confieso que a veces pensaba que ni siquiera el Ho’oponopono estaba funcionando...
Sin embargo, tal como había ocurrido otras veces, de parecerme que no estaba funcionando y, después, percibir claramente cómo iban cambiando las cosas y yo más todavía ante ellas... esto me hace persistir, incluso en aquellos momentos más sombríos, cuando nada parecía funcionar...
Mientras tanto... me observaba pasando por todo aquello... me observaba sin sentir perspectiva... observaba lo que sentía bajo el efecto de las memorias limitándome... Y de qué manera limitaban... Todo el Universo no parecía mayor que mi cuarto e incluso allí me sentía oprimida...
Aunque nada fuera pudiese indicar el motivo de aquel estado de ánimo... seguramente, muchas memorias dolorosas se presentaban para ser limpiadas y... Te Amo... Te Amo... Te Amo... hasta que por la noche, ya acostada, empecé a sentir un ligero aliento... y un bienestar fue llegando suavemente... parece que encontré una postura que me hizo sentir bien... y adormecí.
Y hoy... como por un pase de magia, desperté sintiéndome muy bien.
¡Libre!
El sonido del canto de los pájaros... el cielo de un azul encantador... mezclado al brillo vibrante que daba el sol a todo con su luz esplendorosa... las hojas de los árboles que se movían al viento... con un ruido que me parecía oído por primera vez... todo me hacía amar el estar viva... y podía sentir la vida pulsar en posibilidades.
Yo parecía otra persona que nada tenía que ver con aquella de los dos o tres días anteriores.
Salí para hacer algunas cosas que había aplazado... y pensaba en qué bonito estaba todo... radiante, y en lo bien que me sentía... y al mismo tiempo observaba que me sentía bien... y me acordaba de lo mal que se pasa al no estar bien...
Al observar la configuración de mi momento, en esos días, podía percibir que exteriormente nada había cambiado significativamente. Nada fuera podría justificar esa gran diferencia interior que yo sentía y que se reflejaba en el mundo en torno a mí.
Pero había sucedido... solo quien pasa por el desánimo de un día triste sabe evaluar la alegría de un día leve y lleno de Luz...
Por esa experiencia he podido observar que, cuando cambiamos, cambia toda la vida a nuestro alrededor... aunque todo siga igual...
El Ho’oponoppono me ha dado muchos regalos y especialmente el reconocimiento de la posibilidad real de la transformación de cualquier situación...
Publicado dia 11/20/2009 7:51:34 PM em STUM WORLD
