Ahora que ya consigues hacer que tu péndulo diga SÍ y NO es hora de adquirir confianza en sus respuestas. Con independencia de que él esté respondiendo a alguna cosa importante, ya está en principio entrenado para responder a lo que tú quieres. SÍ y NO son polaridades. Cosas opuestas. Puedes por lo tanto utilizar el péndulo para elegir entre cualesquiera pares opuestos – sí o no, positivo o negativo, masculino o femenino, yin y yang, negro o blanco. Basta que indiques por sustitución a SÍ y NO, cuál es la respuesta que se encaja a cada movimiento.
Vayamos ahora a un ejercicio que pueda ser comprobado. El ejercicio de la pila sirve para adquirir confianza en lo que estamos midiendo. Una pila tiene un extremo que representa el polo positivo, y otro que representa el polo negativo. Toma una pila, envuélvela en un papel, de modo que no sepas para qué lado está cada polo. Sujeta ahora el péndulo y pregunta para qué lado está el positivo y para qué lado está el negativo. Pon atención a la forma de hacer la pregunta, pues el péndulo solo te contestará SÍ o NO. Sé lo más objetivo posible, por ejemplo, pregunta: el polo positivo de la pila ¿está vuelto en dirección a la puerta? Intenta varias maneras muy específicas de formular la pregunta y notarás una sensible diferencia en la respuesta obtenida. No olvides anotar las respuestas obtenidas.
Repite este ejercicio varias veces. Percibe que con el paso del tiempo el péndulo se va convirtiendo en una extensión de ti mismo. Todo llega a su tiempo y con la práctica.
Otra variación de este ejercicio es hacerlo con los ojos cerrados, de modo que puedas sentir el péndulo pero no verlo. Trabaja con tu “feeling”, con las sensaciones, de la misma forma en que trabajas con lo que te muestran tus ojos. Concluido el trabajo de la pila, vamos a trabajar con la baraja. En las cartas también tenemos polaridades opuestas, los naipes negros y los rojos. Determina qué es lo que corresponderá al movimiento de SÍ y qué va a corresponder a NO. Verifica, antes de empezar de verdad, con las cartas vueltas hacia arriba si el lenguaje establecido con el péndulo está correcto. Insiste hasta sentir firmeza en el péndulo.
Baraja las cartas y vuélvelas hacia abajo. Ve tomando una por una, sin volverla, y pregunta al péndulo si pertenece al grupo rojo o negro. Ve separando en dos montoncitos y verifica los resultados. Ve entrenando con confianza, en este momento no tienes que demostrar nada a nadie, solo es un juego para adquirir confianza en tu péndulo. Es obvio que en este momento no estarás acertando al cien por cien, lo cual es perfectamente normal. ¡No te dejes abatir con tanta facilidad!
A estas alturas si logras un veinte por ciento de aciertos, considérate victorioso. Como cualquier otro ejercicio, la radiestesia exige entrenamiento, al objeto de adquirir habilidad, y entonces súbitamente encontrarás la manera perfecta. Repite este ejercicio varias veces de forma relajada y persistente.
Vamos a otro ejercicio, el del sexo, que también corresponde a polaridades, el masculino y el femenino. Define qué movimiento del péndulo corresponde al masculino y cuál corresponde al femenino. Haz este ejercicio con las personas de tu entorno y prepárate para divertirte.
Uno de los ejercicios más antiguos del péndulo es intentar saber el sexo de una criatura que va a nacer. Los antiguos solían emplear un anillo atado a un hilo, que se colocaba delante de la barriga de la futura madre; a continuación se interpretaban los movimientos del péndulo para conocer el sexo del bebé. En Japón se usa hoy día este método para separar embriones en incubadoras. Los japoneses separan de esta forma a los machos de las hembras, que son más valiosas. Está claro que esto exige una eximia habilidad, que se adquiere con el entrenamiento.
Vamos entonces a otro ejercicio. El grano de fríjol. Dispón tres tazas. El grano de fríjol deberá quedar oculto bajo una de ellas. Es preciso que alguien lo oculte por ti. Sostén el péndulo sobre cada taza y pregunta: el grano de fríjol ¿está oculto bajo esta taza? Repítelo varias veces, rogando a alguien que cambie la ubicación del grano de fríjol.
Ahora intentemos una variación sobre el mismo tema. Dispón tres bolsitas de té de tipos diferentes colocándolas dentro de tres tazas. Toma una muestra de uno de ellos en la mano y el péndulo en la otra mano. Sostén el péndulo sobre cada una, concentrando una parte de tu mente en el péndulo, otra en el contenido de la taza y una tercera en la muestra que tienes en la otra mano.
La idea es que el péndulo establezca una “empatía” entre la muestra que sostienes y acierte la taza en que está su similar.
Intenta un truco semejante usando la baraja: buscar el rey. Consiste en tomar cinco cartas, tres con números, una reina y un rey. Vuelve el naipe hacia abajo. En este caso tienes dos formas de encontrar el rey. Puedes preguntar sobre cada una de las cartas si esta es el rey o bien sostener un rey en la mano y preguntar sobre cada una de ellas si es similar a la que tienes en la mano.