Para un gran número de seres humanos, el desarrollo de una autoestima sólida no viene fácilmente. Son, por lo regular, personas que han tenido una historia de vida en que el estímulo a sus cualidades y la comprensión para con sus fallos y limitaciones, han estado ausentes durante la mayor parte del tiempo.
Muchos padres creen, de hecho, estar haciendo lo mejor por sus hijos cuando esperan de ellos un comportamiento perfecto, exento de errores y consideran que, de ese modo, los están preparando para enfrentarse a la competitividad del mundo y salir vencedores, obteniendo reconocimiento y destaque.
Ocurre que cada persona tiene características únicas que han de ser percibidas y respetadas desde muy pronto, para que se eviten las comparaciones y, por consiguiente, el desarrollo del sentimiento de inadecuación e inferioridad.
Creer que no se tienen cualidades suficientes para ser amado y aceptado por los demás es el peor sentimiento que un ser humano puede experimentar. Esta creencia, al convertirse en verdad, muchas veces inconsciente, mina la confianza en uno mismo e impide colocarse ante el mundo con la seguridad de quien tiene algo de valioso que aportar.
Todos poseemos cualidades que pueden marcar la diferencia en la vida de alguien, si bien, antes de eso, es preciso que las reconozcamos para nosotros y marquemos la diferencia en nuestra propia vida.
Sin esta convicción nos convertiremos en esclavos del miedo y escaparemos ante cualquier situación o circunstancia en que nuestros talentos sean puestos a prueba. Una de las manifestaciones más comunes de la inseguridad, que alcanza a un gran número de personas, es el miedo a conducir.
Para aquellos que sufren con esta incapacidad sucede como si, al asumir la conducción de un automóvil, el mundo se convirtiese en un gigantesco escenario en el cual habrán de ser observados y desaprobados, puesto que no creen tener el nivel de calidad que les será exigido.
Este sentimiento – el miedo al juicio ajeno – se repetirá indefinidamente, en cualquier situación en que se sientan sometidas a prueba. Deshacer las creencias que minan nuestra autoestima es un trabajo arduo, que exige paciencia y voluntad.
No obstante, poco a poco, el amor propio acabará por prevalecer y, aunque seamos criticados y no siempre aprobados por el resto del mundo, nada será capaz de resquebrajar nuestra confianza en nosotros mismos.
...por siglos tus raíces han sido cortadas, envenenadas. Has sido hecho de miedo a estar siempre enamorado de ti mismo, que es el primer paso del amor y la primera experiencia. Un hombre que se ama, se respeta a sí mismo.
Y un hombre que a sí mismo ama y respeta, también respeta a los demás – porque sabe “Igual que soy yo, son los otros. Tal como a mí me gusta el amor, el respeto, la dignidad, a los demás también les gusta”. Él se vuelve consciente de que no somos diferentes – en la medida en que los principios están relacionados, nosotros somos uno. Estamos bajo la misma ley: ((Del idioma Pali: ‘Esta es la ley eterna’, frecuentemente citada por Gautama Buda)) aes dhammo sanantano(*).
Buda dice: nosotros vivimos bajo la misma ley eterna. En los detalles, podemos ser un poco diferentes entre nosotros, lo cual aporta gran variedad, y eso es bello. Pero, en los fundamentos, somos parte de una sola naturaleza.
El hombre que ama a sí mismo disfruta tanto del amor, se hace tan feliz, que el amor empieza a desbordarse, empieza a alcanzar a los demás. ¡Tiene que alcanzarlos! Si tú vives el amor, tienes que compartirlo. No puedes seguir amándote a ti mismo para siempre – porque una cosa se te hará absolutamente clara: si amar a una persona, a ti mismo, es tan tremendamente extático y bello, cuánto más éxtasis está esperando por ti, si empiezas a compartir tu amor con muchas personas!
Lentamente las ondas empiezan a alcanzar cada vez más lejos. Tú amas a otras personas, entonces empiezas a amar a los animales, a los pájaros, a los árboles, a las rocas. Puedes colmar el universo entero con tu amor. Una sola persona es suficiente para colmar todo el universo con amor, lo mismo que un simple guijarro puede llenar todo el lago con ondulaciones – un pequeño guijarro.
OSHO – Dhammapada: The Way of the Buddha
Publicado dia 12/9/2009 12:52:03 PM em STUM WORLD
