Llega la Navidad... El final del año despunta en el horizonte... y, a pesar de la correría en que entramos durante esta época de fiestas, nuestras preguntas mentales se aceleran: ¿Qué he hecho de bueno en este año? ¿Qué es lo que pretendo para el próximo año? ¿Soy feliz con mi vida? ¿Qué realizaciones he logrado este año? ¿He cambiado como ser humano? ¿Me he hecho mejor como persona? ¿He crecido espiritualmente?
¡Caramba! Cuántas cosas difíciles de contestar, muchas y muchas veces ni siquiera damos atención a estas preguntillas, pero ellas martillean en nuestra cabeza y hunden nuestra energía, simplemente porque en general las contestamos siempre con una visión no muy positiva; no obstante, en esta andadura de la vida, cualquier mínimo progreso es una conquista, es el resumen que podemos decir: ¡estamos aprendiendo a vivir!
Si consideras que tu vida está enredada energéticamente es porque has tenido actitudes de resistencia durante mucho tiempo y aún te falta valor para romper con algunas situaciones que no te hacen bien. Y puedes confiar en que esta es la única salida. La estructura que hemos creado, a veces hay que romperla para dar lugar a una base mejor.
La Radiestesia nos ayuda a romper patrones energéticos y a crear estructuras de vida más sólidas y nos enseña también cómo desfragmentar todo cuanto ya existe para colocarlo en Orden Divino.
Muchas veces estamos convencidos de que solos no lograremos romper patrones y puedes estar absolutamente seguro de que cuanto más desarrollado es un ser humano, más pura es su energía, más elevada es su frecuencia y más radiante es él como persona.
Esta vibración que tanto anhelamos está a nuestro alcance. ¡El secreto de todo esto es saber conectarte con el Supra Consciente, con el Yo Soy, con al Presencia Divina que existe dentro de ti!
Esta conexión nos lleva a un sencillo aprendizaje. ¡Estamos hablando de una vibración de amor, de luz! Y para que nos sea posible entrar en sintonía con todo eso, una vez más está la necesidad de cuidar de nuestra energía.
Algunos pasos son básicos y fundamentales. Hemos de ser siempre éticos y verdaderos, hemos de pulsar en una frecuencia de amor puro, emanando eso a los que están a nuestro alrededor y admirar todo cuanto pueda ser bello; quien admira lo bello, lo atrae a su vida.
Otra cosa de la que mucho oímos hablar y poco practicamos es el perdón. Decimos muchas veces: “Ah, yo no lo consigo, eso no es para mí”. Pero, ¿cómo podemos desear el perdón de otra persona si nosotros tampoco perdonamos? La oración del perdón tiene que, de forma sincera, formar parte de nuestra vida, pues tiene un enorme poder de transformación. Y, por último y no menos importante, hemos de crear un manto de luz blanca protectora en torno a nosotros, que nos vuelva invencibles, invulnerables e intangibles a cualquier cosa que no sea Divina. Puedes tener la más absoluta seguridad de que estos cambios de patrón pueden formar parte de tu vida y están al alcance de todos nosotros.
Relato a continuación una historia de transformación que sucedió este año, un atendimiento que hice y que demuestra cómo todo eso es posible:
Una amiga de hace muchos años acudió a mí en busca de atendimiento. Cuando ella me telefoneó, me sorprendí, pues la conozco desde hace muchos años y ella es una entusiasta de mi jornada en la radiestesia desde el principio, hace 22 años, pero nunca había pedido ningún tipo de ayuda. Una de las premisas básicas de mi trabajo es siempre la de ayudar solamente a quien pida ayuda, esto significa no interferir en la vida de otra persona.
Bien, ella me telefoneó y dijo: hoy no quiero decirte un hola, o poner al día el cotilleo (ella suele emplear este término). Necesito ayuda y quiero cambiar mi vida... Como sabes ya me he dado muchos testarazos por ahí y nunca he tenido coraje para pedirte ayuda; quiero verificar si en mi vida, con el auxilio de la radiestesia, estas transformaciones son de veras posibles.
Me puse prontamente a su disposición, si bien establecí reglas, para que el atendimiento funcionase, pues atender a amigos es algo más complicado que a pacientes, ya que el amigo muchas veces no sigue todo lo que indicamos como necesario.
Ella era infeliz en su empleo, tenía problemas económicos, pues la empresa en que trabajaba no andaba boyante y el sueldo muchas veces se retrasaba y se acumulaba sin resolución, se lo pagaban poco a poco. Quién puede imaginar una situación así... tenía que atender al pago de sus compromisos y ¿cómo hacerlo?
La acumulación de deudas empezó a formar parte de su vida también. En la parte emocional había una relación ya de muchos años, fuera de su ciudad natal, que existía de vez en cuando y que la hacía infeliz, porque pese a la distancia y al poco contacto, ejercía un control, y de manera enfermiza. Era un control del tipo de: “¡tú eres mía y no debes salir de casa!”
Me asusté al ver aquello, pero también noté cuánto a ella le gustaba aquella situación; con aquel tratamiento se sentía importante y amada. Obsérvese bien, he puesto que amaba la situación y no a la persona, esto ya era un punto a favor del cambio.
Tras el análisis general de la situación, le dije que teníamos que tratar una cuestión de cada vez, o sea, debíamos empezar por lo material o por lo emocional. Ella prontamente me contestó que prefería lo emocional. Vaya, pensé conmigo, no era por ahí por donde quería empezar... Le expliqué entonces: tenemos que elegir una área de cada vez, pues en otro caso la energía se divide y no se concretiza en ningún campo y, en este momento, creo yo, por lo que me has contado, tu supervivencia está de veras comprometida y en ese caso ¿cómo quieres sentirte emocionalmente bien y tranquila? Siento decírtelo, pero hemos de comenzar por la parte material. Ella estuvo conforme, pues se veía en una situación en que ya no encontraba salida.
Hicimos, para empezar, una mesa radiónica para que sus frecuencias pudiesen mantenerse elevadas y ella estuviese bien durante todos los cambios que iban a producirse.
Montamos un desenredador material, de inmediato, a fin de deshacer los cordones energéticos que la prendían a la falta de dinero. Este fue un período sufrido, volvieron cosas de su infancia de patrones de comportamiento, incluso de los padres, que cada día la hacían comprender mejor por qué su vida se encontraba de aquella forma.Bueno, la limpieza energética se fue desarrollando y empezaron a producirse novedades. La empresa en que trabajaba fue vendida a un importante grupo y las cosas pasaron a una mejor situación. Ella permaneció en la empresa, pues capacidad no le faltaba; sus deudas y compromisos empezaron a ser saldados y nuevas oportunidades de trabajo empezaron a surgir.
Un día ella me dijo algo que me pareció gracioso: caramba, hasta la empresa está mejorando a cuenta de la Radiestesia... Me reí y le dije: la Radiestesia está trabajando tu energía... El hecho de que la empresa vaya bien en este momento no tiene nada que ver con el tratamiento. Lo que te digo es que si la empresa continuase tal como estaba, en tu vida surgiría otra oportunidad. Aproveché para exponerle un concepto muy importante en Radiestesia: esto se llama sintonía energética, siempre nos sintonizamos con energías similares a las nuestras.
Algo me intrigaba durante este proceso, pese a que las cosas iban sucediendo de forma positiva; siempre que yo iba a medirla, su energía emocional estaba alta y tenía que cuidar de ella con constancia, o sea, ella todavía estaba haciendo algo que desencadenaba esta frecuencia emocional, que era muy mala, pues representaba un exceso de emociones y pensamientos negativos. Hubimos de tener una conversación en serio y le dije: tienes algún vicio o comportamiento que constantemente eleva tu energía emocional de forma negativa, o sea, pese a las correcciones energéticas que hacemos, tu energía vuelve a ser como era, ¿qué me dices de eso?
Ella, prontamente, contestó: he de contarte una cosa... tengo un diario... en verdad, son muchos, que escribo a lo largo del tiempo... solamente las cosas malas que me pasan... y como hoy mi vida emocional aún tiene problemas... es sobre ella que escribo.
Me asusté... ¿cómo puede alguien escribir solamente sobre lo que es malo? Le rogué que de forma desprendida y con base en los resultados positivos que estaba alcanzando en su vida, se deshiciese de sus diarios quemándolos uno a uno y dejase de escribir cosas malas, a fin de eliminar esa vibración de su vida.
En resumen, os cuento que hoy, con el tratamiento en la parte material y emocional, ella está viviendo en otro país con su marido y es la responsable de la parte de negocios con América del Sur; tiene una agencia de viajes y desarrolló el mercado en esa área. Está feliz con su vida, positiva y radiante.
Ha sido un largo camino pero ha valido la pena y ¿sabes por qué? Simplemente porque ella cambió su sintonía energética...