Hemos vivido, en los últimos días, bajo el impacto de los innumerables acontecimientos que comportan fenómenos naturales, como las lluvias – con sus consiguientes inundaciones – y las intensas nevascas, que han traído tantos trastornos a los seres humanos. Ninguna región del planeta está inmune a los efectos de estos sucesos.
Todos ya sabemos que son consecuencia de los cambios climáticos, generados por los contaminantes, cuyos números vienen alcanzando índices alarmantes desde hace mucho tiempo, y por el descaso con que venimos tratando las inmensas riquezas naturales del planeta. Sin embargo, ningún argumento de los hasta ahora presentados por todos cuantos ya han despertado para este hecho ha sido capaz de sensibilizar a los países que más contribuyen para su agravamiento.
Tendremos que ampliar todavía más, a partir de ahora, nuestras advertencias y movilizaciones, para que el problema sea encarado con la urgencia que se hace necesaria. Disminuir la contaminación es uno de los frentes de esta lucha, pero no el único.
Es preciso además una nueva actitud en cada ser, individualmente, en el sentido de revisar sus costumbres, ya que el consumismo exacerbado genera una cantidad enorme de basura y bienes descartados, cuyo destino debe igualmente ser objeto de nuestra preocupación.
Tenemos que contribuir para que la vida en el planeta pueda continuar existiendo en niveles dignos, para las próximas generaciones. La consciencia es la única forma de conseguir que demos cuenta de esta gigantesca tarea.
"Al primer hombre que caminó en la Luna – cuando volvió se le preguntó cuál había sido su primera idea. De pie sobre la Luna, mirando al cielo, mirando a la Tierra, ¿cuál ha sido tu primera idea? Y lo que él dijo es muy significativo.
Dijo: “Mi primera idea era, ¡Mi amada TIERRA! Por primera vez había comprendido que no hay América, no hay Rusia, no hay China, no hay India. ¡Es una TIERRA, MI TIERRA! No existen líneas, ni divisiones – todas son fabricadas por el hombre.
‘Y la cosa más extraña que vi fue que la Tierra era vista como la LUNA, irradiando luz’. Y es ocho veces mayor que la Luna, entonces, solo la Luna ocho veces mayor, con ocho veces más luz... Y la Luna en sí era vista como solamente un desierto seco, ni siquiera una única gota de agua cayó sobre ella, nunca cualquier hierba ha crecido sobre ella – no hay vida en lugar alguno, silencio absoluto. Y ese silencio yo lo llamaré el silencio de muerte’.
Nuestra Tierra es igualmente silenciosa, pero el viento pasa por entre los árboles... y hay vida... y los pájaros cantan y hay luz. Y profundo en medio de la noche, cuando todo es silencio, un cuco empieza a cantar – ¿te parece que perturba el silencio? No, él lo hace más profundo, él lo vuelve más musical.
Y cuando el cuco se hace silencioso, la noche es más profundamente silenciosa de lo que era antes. Este es un silencio vivo. Recuerda siempre, cualquier cualidad que no tenga vida, no vale la pena tenerla. A no ser que un santo pueda también bailar, él no es un santo, él es tan solo un fósil muerto.
Cuando empiezas a ver que incluso la verdad, la meditación, la belleza o la virtud – todas tienen sus propias canciones, cantadas o no cantadas, tú estarás moviéndote hacia dentro de los misterios. La muerte no tiene misterio, la muerte es un callejón sin salida, la vida es un proceso continuo, siempre y siempre. Basta despertar tu consciencia, y tu entendimiento se hará más amplio y mayor. Cuando tu consciencia llega al punto más alto, todo está por debajo de ella. Este es exactamente el significado de entendimiento"...
OSHO – EL ESPÍRITU REBELDE
Publicado dia 1/12/2010 9:15:13 AM em STUM WORLD
