Quien estudia temas espirituales de forma seria, naturalmente se considera ciudadano del universo y, por eso, sabe que todo ser vivo es su hermano de jornada.
¡Y todo lugar es su hogar, porque sabe que el Todo está en todo!**
Y que la senda está en la vida y el templo verdadero está en su corazón.
Ah, quien es iniciado en las artes espirituales, valora principalmente la Luz.
Sabe que, sin Ella, quedaría en gran peligro, perdido en sí mismo.
Entonces, jamás olvida elevar sus pensamientos al Eterno.
Sabe que el mundo material desdeñará sus momentos de conexión espiritual.
Pero no le importa; su convicción íntima le da fuerzas para proseguir en la jornada.
Y sabe que está en la Tierra temporalmente y que, más adelante, la verdad surgirá naturalmente, más allá del velo de la muerte...
Ah, el iniciado percibe una brisa espiritual soplando en su vida, de formas secretas y admirables... ¡Lo siente en su corazón!
Y da las gracias a la Luz, por todo. Por la riqueza que guía sus rumbos, en la Tierra y más allá...
Sabe que hay un Gran Amor Universal, y procura armonizarse con Él.
Comprende que hay cosas que los sentidos del cuerpo no captan y, por eso, escruta otros planos de manifestación con sus sentidos espirituales.
Para ello medita y pondera sobre las cosas del espíritu; y lo hace en silencio.
Sabe que todas las cosas y seres tienen un doble; ¡y que todo es energía!
Ah, él escucha una canción sin sonido, y está feliz por oírla, en espíritu y verdad.
Y también sabe que, desde otras esferas, consciencias serenas y luminosas velan invisiblemente por su andadura, sus estudios y sus trabajos en la corteza terrestre.
Y nuevamente agradece. Por los ojos llenos de amor que lo contemplan serenamente.
Él sabe que es pequeño ante la Grandeza Universal; pero también sabe que forma parte de Ella, y que la luz de las estrellas es la misma de su corazón.
Él sabe que es iniciado en las artes espirituales, pero que, en verdad, no pasa de eterno neófito de la Vida. ¡Y su hierofante*** real es el Gran Arquitecto Del Universo!
Él ora y agradece y piensa en la humanidad entera siendo abrazada por la Luz.
En muchas ocasiones, llora a solas, al sentir el dolor del mundo en sí mismo.
Y esto abre su Ser a las vibraciones de la compasión silenciosa, haciéndole vehículo de celestes númenes...
Ah, él sabe que su corazón ya no es solo suyo, pues un Gran Amor está allí.
Y, ante eso, acepta su pequeño papel dentro de la existencia; porque sabe que es una pieza mínima dentro del vasto Engranaje Universal...
El iniciado sabe que ha recibido una gran oportunidad y, por eso, trabaja dignamente para ser merecedor de ella.
Sabe que ha de caminar con honor y lucidez, incluso bajo dificultades variadas.
Él sabe que las tinieblas pretenderán cercenar su jornada empleando diversos artificios y armadillas; muchas veces, tentándolo con pactos y ventajas psíquicas y materiales.
No obstante, su fiadora es la Luz. Y es en Ella donde se apoya y recobra fuerzas.
Ah, él jamás renegaría de su Espiritualidad, por nada, de este mundo o del otro.
¡Porque Ella y él son uno solo! Y, sin Ella, ¡él no es nada!
El iniciado sabe que Espiritualidad no es una doctrina, ni un lugar, sino un estado de consciencia.
Entonces, ¿cómo podría renegar de ella, si forma parte de su Ser?
Y sabe que muchos olvidan esto y se dejan llevar por las ilusiones del mundo y de la mente, saboteándose a sí mismos y hasta desdeñando la senda que antes los sostenía espiritualmente.
Y él sabe también que algunos incluso han pasado a ser vehículo de las tinieblas, sea por ventajas o por pura maldad; y algunos, por arrogancia, y sin siquiera darse cuenta, se han vuelto esclavos espirituales de grupos extra-físicos deletéreos.
Ah, él sabe que vivir con la Luz en el corazón no es tarea fácil. Por eso ora también por los que se han perdido, para que se reencuentren en la jornada.
Porque él sabe que el oleaje de la existencia va y viene; y, más adelante, todo habrá de esclarecerse, sea en este plano o en otro...
El iniciado sabe de aquella riqueza que la polilla no carcome – y que, en la Casa del Padre hay muchas moradas. Y sabe que, tanto la riqueza como las moradas, están en el Cielo de su propio corazón.
Por eso camina fuerte y lúcido por la senda. Y la Luz es su Fiadora, en todos los planos de manifestación.
Por donde vaya él, Ella también irá...
¡Porque Ella y él son uno solo!
P.D.:
Escribí estos renglones inspirado por el sabio espiritual Sanat Khum Maat****, que está aquí a mi lado. Al mirar para él, que es un mentor espiritual egreso de las antiguas iniciaciones de la India y de Egipto, recuerdo una enseñanza del gran maestro Hermes Trismegisto, que decía: “Lo Inefable es invisible para los ojos de la carne, pero es visible para la inteligencia y el corazón.” – Y también recuerdo las enseñanzas de Krishna a su discípulo Arjuna. Allá en las tierras cálidas del Ganges, le decía: “No te lamentes, amigo mío. Todo pasa. El espíritu es imperecedero; jamás fenece, solo entra y sale de los cuerpos perecederos. El fuego no puede quemarlo, ni el agua puede mojarlo; por cierto ¿qué arma material podría herir el principio espiritual, que es eterno? No te lamentes. Mírame a los ojos y entrégame a Mí el fruto de tu labor. Todos tus seres queridos y amigos que se han ido están vivos, te lo aseguro. Y habrán de retornar a este mundo, muchas y muchas veces... Entonces, amigo mío, no te lamentes”.
Aquí y ahora, rindo un homenaje a los iniciados espirituales de todas las eras y tradiciones, principalmente a aquellos desencarnados en las hogueras perpetradas por la ignorancia de la inquisición, en Europa y en las Américas. Ellos han partido del plano físico sin traicionar los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y han sido abrazados por la Luz, su Fiadora.
Sí, aquí y ahora, yo me inclino ante la misma Fuerza que orientó a esos iniciados, hombres y mujeres valerosos, en sus jornadas hacia lo Alto, donde han sido dignificados por su labor y dedicación.
Ojalá yo también sea digno como ellos, en la Tierra y más allá, en esta jornada que es infinita...
(Dedicado a los estudiantes espirituales de todas las líneas, que, aun bajo pesadas pruebas e incomprensiones variadas, todavía perseveran en las lides de la consciencia y lo consideran un honor; y que saben que la Luz es Su Fiadora Perenne...)
Paz y Luz.
- Wagner Borges – maestro de nada y discípulo de cosa alguna; ¡y eterno neófito de la Vida, siempre agradecido al Todo que está en todo!
(Mientras pasaba a limpio estos renglones, rodaba en el equipo de sonido la bella canción “Geweint Vor Gluck” (Orchesterversion) – 15º corte del CD “Müchtig Viel Theater” – de la banda de pop-rock alemana Pur – Importado – Alemania).- Notas:
**EL TODO – expresión hermética para designar al Poder Absoluto que está en todo. El Supremo, El Gran Arquitecto Del Universo, Dios, El Amor Mayor Que Genera la Vida. En verdad, El Supremo no es hombre o mujer, sino pura consciencia más allá de toda forma. Por eso, da lo mismo llamarle Padre Celestial o Madre Divina. Él es Padre-Madre de todos.
Cuando se afirma que el Todo – Dios, el Supremo, El Absoluto, El Gran Arquitecto Del Universo – es el Gran Hierofante, se dice en el sentido de que Él es el Supremo iniciador de todos los seres, ¡pues está en todo!
***Hierofante – dentro del contexto de las iniciaciones esotéricas de la antigüedad, era el maestro que ponía a prueba a los neófitos (aspirantes) en las pruebas iniciáticas.
**** Para saber más acerca del amparador extra-físico Sanat Khum Maat, ver el texto 139, publicado por el Website del IPPB en 1999, donde revelo algunos detalles sobre su presencia espiritual –, en la siguiente dirección específica link Hay otros textos suyos publicados en la sección de textos periódicos del Web, enviados semanalmente - link Debido a la profundidad de sus apuntes, es uno de los mentores más queridos de los lectores, que, frecuentemente, envían e-mails pidiendo más textos de su autoría espiritual.
Obs.: La recopilación de textos espirituales de Sanat Khum Maat está publicada en mi octavo libro: “Ensinamentos Extrafísicos e Projetivos” (Enseñanzas Extra-físicas y Proyectivas), lanzado por la Editora Madras en 2005 – el libro puede ser encontrado en las librerías y asimismo puede ser adquirido directamente en el IPPB – o por teléfono – y enviarse por correo.