Las crisis, por más dolorosas que nos parezcan al principio, traen en sí la semilla de un renacimiento.
Solo cuando algo llega a un punto insostenible, es cuando nos movilizamos para salir de aquella circunstancia y buscar otra alternativa.
El ser humano tiende habitualmente a querer mantener a toda costa la seguridad, aquello que es conocido, donde él se sienta absolutamente confortable. No obstante, en la seguridad, en el confort, reside igualmente el estancamiento.
La seguridad absoluta es una ilusión, pues es contraria a la esencia de la vida, que consiste en cambios permanentes. Pese a ello, preferimos continuar agarrándonos a la creencia de que todo es sólido e indestructible.
Entonces, cuando lo inesperado se presenta, perdemos el suelo, pues nunca estamos preparados para vivir sin aquello que hemos construido. En los momentos de pérdida, cuando tomamos conciencia de que nuestro mundo se ha venido abajo, nada de lo que hemos aprendido, ningún conocimiento intelectual que hayamos adquirido, será capaz de servirnos de apoyo.
Es en la seguridad interior, en la convicción de que la realidad material no constituye la verdadera esencia de la vida, donde podemos encontrar la base, el cimiento que nos mantendrá de pie, pese a todo. Solo este convencimiento podrá traernos serenidad para buscar una salida.
Y ésta llegará cuando más capaces seamos de mirar a nuestro lado y buscar en nuestros semejantes el apoyo y la fuerza de que necesitamos. El amor y la solidariedad son las únicas herramientas capaces de reunir nuestros pedazos y hacernos creer que lo nuevo siempre podrá surgir.
"Esta es una crisis muy grande. Si admitimos el desafío, esta es una oportunidad para crear lo nuevo... vosotros estáis viviendo en una de las más bellas eras, porque lo viejo está desapareciendo y se está creando un caos. Y el nacimiento de grandes estrellas solamente se verifica a partir del caos.
Vosotros tenéis la oportunidad de crear un nuevo Cosmos. Esta es una oportunidad que solo se produce de vez en cuando: muy rara. Tenéis la suerte de estar vivos en estos momentos críticos. Aprovechad la oportunidad de crear el nuevo hombre. Y para crear el nuevo hombre, tenéis que empezar por vosotros mismos.
El nuevo hombre será un místico, un poeta, un científico; todos juntos. No va a contemplar la vida a través de fraccionamientos podridos. Será un místico, porque va a sentir la presencia de Dios. Será un poeta, porque va a conmemorar la presencia de Dios.
Y será un científico, porque buscará esa presencia a través de metodología científica. Cuando un hombre es esos tres juntos, él es un todo. Ese es mi concepto de un hombre santo.
El viejo hombre era represivo, agresivo. El viejo estaba condenado a ser agresivo porque la represión siempre trae la agresión. El nuevo hombre será espontáneo, creativo. El viejo hombre vivió ideologías; el nuevo hombre no vivirá a través de ideologías, no vivirá a través de moralidades, sino a través de la consciencia.
...El nuevo hombre será responsable; responsable por sí mismo y por la existencia. El nuevo hombre no será moral, en el viejo sentido, él será amoral.
El nuevo hombre trae un mundo nuevo consigo.
Ahora el nuevo hombre se ve obligado a ser una minoría mutante, pero él es el portador de una nueva cultura, la semilla. ¡Ayúdale! Anuncia su llegada sobre los tejados: este es mi mensaje para ti.
El nuevo hombre es abierto y honesto. Es transparente, verdadero, auténtico y auto-revelado. Él no será un hipócrita. No vivirá a través de metas, vivirá aquí y ahora. Él conocerá tan solo un tiempo, el ahora, y solo un espacio, el aquí. Y a través de esa presencia, sabrá lo que es Dios.
¡Alegraos! El nuevo hombre está llegando, el viejo se va marchando. El viejo ya está en la cruz y el nuevo ya está en el horizonte. ¡Alegraos! Lo digo otra y otra vez más, ¡Alegraos!"
Publicado dia 1/21/2010 3:09:18 PM em STUM WORLD
