Una infinidad de cosas pueden afectar a tu brillo personal, pero entre todas, la peor es el sufrimiento anticipado por cosas que la mayoría de las veces ni siquiera se concretizan; esto agota tu energía, modifica tus pensamientos y acaba con tus proyectos futuros.
Toda esa definición puede resumirse en una única palabra: miedo; el miedo a lo que pueda llegar a ocurrir, el miedo al futuro, el miedo a la soledad, en fin, podemos enumerar los más diversos tipos de miedos.
Si observamos a las personas que han triunfado, podremos verificar que es gente que tiene el coraje de levantarse frente a cualquiera y decir lo que piensan, son dueños de su poder personal y brillo propio.
Muchas veces, ante los acontecimientos de la vida que se nos presentan, nuestro mayor error no es el no saber cómo actuar, sino simplemente el no actuar, el permanecer en el estado en que nos encontramos y quejándonos.
Los acontecimientos vividos y las circunstancias aprendidas son tesoros que permanecen para siempre en nuestra mente y nos llevan al gran discernimiento, o como dicen muchos: ¡aprendizaje de vida!
El equilibrio energético en nuestra vida, logrado por la elevación de las frecuencias vibratorias, proporcionado por la mesa radiónica, hace que dejemos de preocuparnos por lo que se encuentra distante de nosotros, sea en el pasado o en el futuro y hace que pasemos a actuar en el presente, que es lo que realmente está a nuestro alcance.
El peso de lo que será el mañana, sumado a lo que ha ocurrido ayer, potenciado en el día de hoy hace que muchas personas queden energéticamente destruidas.
Este equilibrio energético proporcionado por la radiestesia, a través del empleo de la mesa radiónica, hace que el futuro quede aislado, al igual que el pasado, haciendo que el hoy sea vivido intensamente; esto supone el estar presente al 100% en cada momento de la vida.
¡Cuánto más fácil y maravilloso es vivir así!
El equilibrio energético hace que, por la elevación de las frecuencias vibratorias, podamos analizar las causas y efectos de nuestra vida, conduciéndonos a estrategias definitivas y planes constructivos. El desequilibrio energético nos lleva a una elevación de frecuencia mental y emocional; esto significa que todo lo que haces o planificas sale mal o no se concretiza.
Muchos afirman que gran parte de los pacientes ingresados en hospitales padecen el mal del ayer, o de lo que será el mañana.
Una persona cuando restablece su equilibrio energético, consigue analizar las situaciones imaginando lo que de peor podría suceder y, entonces, traza un plan completo y estratégico sobre este peor; perdona a cada persona implicada y acepta el aprendizaje, caso sea necesario.
Hecho esto, aunque ese acontecimiento negativo nunca llegue a concretarse, la estrategia está montada, y es posible, entonces, vivir el día de hoy.
El desequilibrio energético acaba con nuestra capacidad de concentración, nuestra mente pasa de una cosa a otra, sin definición alguna.
Lo más importante en todo esto es decir: ¡haz algo para modificar lo que no te está haciendo bien! Te has parado a contar las horas que gastas en pensamientos del tipo de: qué he conquistado hasta ahora en la vida; si tu jefe ha querido decir algo más con aquella frase suelta; si nuestra apariencia está agradando a todos. Son innumerables las horas gastadas, por no decir desperdiciadas, pues son horas sin propósito definido de resolución.
Qué tal en este momento, pensar diferentemente: voy a emplear este tiempo buscando y comprendiendo lo que puede ser positivo y constructivo para mi vida…
Y, para ello, tenemos el auxilio de la radiónica, que mediante sus gráficos nos enseña que la vida tiene otros caminos para recorrer. ¡Ella enseña a cambiar tu manera de ver la vida!
Si no procuramos ocupar nuestro tiempo con cosas buenas, dejaremos espacio libre para que nuestras inseguridades fluyan y se adueñen de nuestra vida.
La falta de equilibrio personal es un hábito y mucha gente lo adquiere para toda la vida, ¡pero hay instrumentos, como la mesa radiónica, que los eliminan!
Seguidamente os cuento la historia de una muchacha de fuera de São Paulo, a quien atendí en mi consultorio:
Ella acudió a mí porque sentía inseguridad respecto del futuro; todo parecía inestable, tenía miedo a ponerse enferma, a que le sobrevinieran pérdidas bruscas, en fin, una enorme incertidumbre frente al futuro; todo ello le acarreaba serios problemas de salud. Consideraba que esa somatización en su físico tenía relación directa con el miedo que sentía a encararse al futuro.
Hicimos, entonces, un primer atendimiento de mesa radiónica y logré identificar un hecho muy negativo del pasado de esta muchacha, de aproximadamente 5 años atrás, que era el origen de todo este sentimiento de inseguridad y pérdida.
Debido a la fragilidad en que se encontraba la joven, decidí inicialmente proceder al equilibrado de todas las frecuencias y marcar una nueva sesión para dentro de un mes, a fin de poder tocar aquel punto que había sido identificado.
Tras un mes, muchas cosas se habían alterado, solamente con el equilibrado de frecuencia; su vida emocional había empezado a tomar rumbo, pues ella había pasado a posicionarse mejor y a hacerse ver por la otra persona. Hasta entonces, su postura era solamente la de estar de acuerdo con todo, por miedo a perder a dicha persona y quedarse sola.
En la parte financiera, había tomado la decisión de abrir su propia empresa de representación comercial, aumentando significativamente las posibilidades de apertura de nuevos negocios.
Cuando ella me dio todas esas noticias, me puse muy contenta, pero al mismo tiempo, pensativa y decidida a trabajar aquel bloqueo que había encontrado en el pasado, pues tal estorbo la remitía constantemente al pasado, desencadenando todo ese sentimiento de miedo, inseguridad e incertidumbre en cuanto al futuro.
Esto hacía que en poco tiempo todos los nuevos planes trazados se hiciesen añicos.
Ella me había revelado una serie de fracasos continuos en estos últimos años, y yo, al haber identificado el origen, no quería que tales cosas se repitiesen; al mismo tiempo, tenía la más absoluta seguridad de que ella estaba preparada para eliminar este aspecto negativo del pasado.Empecé entonces el segundo atendimiento, y noté que las frecuencias se habían mantenido, que los vicios de comportamiento estaban vigilados, o sea, había preparación para tocar aquel punto.
Verifiqué un bloqueo energético registrado hacía 5 años y le rogué que me identificase qué tipo de pérdida muy grande había ocurrido en tal fecha. Ella empezó a llorar, a sentirse mal; esperé hasta que se restableciese y dije: es preciso que verbalices y traigas a la consciencia ese acontecimiento.
Empezó, entonces, a contarme sobre un aborto espontáneo e inexplicable que había tenido en el quinto mes de gestación; esto había marcado significativamente su vida, no solo por la pérdida del hijo, sino porque en este punto había comenzado a desintegrarse su relación.
Tenía miedo al futuro, se veía incapaz de generar cosas buenas, se sentía desamparada, abandonada, ¡todos sus proyectos se rompían!
Hicimos, de este modo, la limpieza energética en la mesa radiónica, eliminando lo que de negativo había sido generado en aquel exacto momento.
El resultado de este trabajo de desbloqueo se concretizó en pocas semanas; ella me decía: me libré de todo el sufrimiento que soportaba desde hace años, cuyo origen desconocía.
¡Quiero vivir el hoy y ser muy feliz! Ya no tengo recelos por el ayer, ni por el mañana que vendrá.
Acompañé su historia durante algunos años, comprobando siempre que aquella sintonía de interrupciones continuas había desaparecido.
Todo esto sucedió en la vida de esta muchacha porque ella decidió tomar la iniciativa de cambiar lo que no estaba bien. Las herramientas están disponibles. Lo que muchas veces nos falta es decidir: ¡basta de vivir así!
Publicado dia 2/26/2010 2:28:38 PM em STUM WORLD
