(Toques Serenos Besando las Playas Secretas del Corazón)
Ah, bien pocos escuchan la canción del espíritu en su propio corazón.
Y, por eso, se ven tantas personas perdidas en sí mismas.
Olvidadas de su esencia espiritual, se dejan llevar por ahí...
Y siguen dando en su cabeza, sin noción de algo mayor en la vida.
Sin embargo, todo tiene un precio. Y ese es el más caro de todos.
Sí, cuesta muy caro vivir anestesiado frente a uno mismo.
Porque el vacío de consciencia duele mucho más de lo que se cree.
Y nada del mundo puede completar un corazón sin luz.
Ni hombre o mujer. Ni dinero, bebidas o posesiones.
Porque nadie compra amor real o conciencia serena.
Y no hay medicamento alguno que cure las heridas del corazón.
Y alguien que siquiera se conoce a sí mismo, fácilmente pierde el rumbo.
Con todo, la canción del espíritu lo permea todo y a todos.
Y, quien la escucha, siente algo más, aunque nada pueda demostrar.
Sí, algo más... Una Luz; un Amor; y algunos toques secretos.
Ah, quien siente el Soplo Vital del Eterno en su corazón, reconoce esto.
Y, aun frente a las pruebas del mundo, permanece fiel al espíritu que es.
Y ni siquiera la inminencia de la muerte puede arrebatarle el Amor que está en su corazón.
Porque la canción del espíritu habla de cosas que están más allá...
Y de otras, que están dentro del propio Ser... En su esencia.
Y más: habla de conciencia. Y de estrellas que brillan en los ojos.
Ah, vivir no es solo comer, beber, dormir, copular, y un dia morir.
No es solo eso, no. También es pensar, sentir y hacer lo mejor posible.
Porque hay algo más, dentro y fuera de cada Ser... Una Luz, un Amor...
Y no es posible pesarlo o medirlo, pero sí sentirlo y tocarlo.
¡Eso sí! Y nadie tiene que verlo o saberlo. Si el propio corazón lo sabe...
Entonces la canción es escuchada, en espíritu... Juntamente con la Luz y el Amor.
Y no hay dinero en el mundo que pague eso. Ni nadie que lo explique.
Porque la canción del espíritu habla del despertar de la conciencia.
Ah, esto no se explica, solo se siente... Una Luz, un Amor y toques sutiles.
Sí, algo más... que transforma los ojos en estrellas y el corazón en sol.
Y que es capaz de ver al Divino en las cosas sencillas, y al Eterno en lo transitorio.
Hay algo más, dentro y fuera, y más allá... Una Luz, un Amor.
Y, quien ama, lo sabe. Y sigue escuchando la canción del espíritu...
Y ella habla de consciencia y de que vale la pena vivir, aquí y más allá... ¡Siempre!
P.S.:
Yo nada sé de los misterios del universo.
Solo sé de mí mismo, ¡y ya va bien!
No obstante, a veces, escucho una canción espiritual.
Y ella habla de algo más...
Y yo la escucho en mi corazón.
Y, juntamente con ella, viene una Luz y un Amor.
Y algunos toques secretos.
Y yo me siento tan pequeño.
Porque sé que el Infinito canta...
Y cuando lo escucho, escribo lo que siento.
Hay algo más... ¡Siempre!
Y ya no sé qué más decir.
Porque hay una Luz aquí, y un Amor.
Y una sabiduría interior, que me dice:
Vive, ama, ríe, estudia, trabaja, crece y sigue...
(No se puede demostrar, pero que hay algo más, eso sí...)
¡Ah, Gran Arquitecto Del Universo, valió, por todo!
(Dedicado a ti, seas quien fueres, que me has acompañado por estos renglones y has sentido, junto conmigo, el corazón vibrando en las ondas del espíritu... Mucho más allá, algo más, dentro y fuera... Ah, tú lo sabes. Una Luz, un Amor.)
Con Gratitud.
Paz y Luz.
-Wagner Borges – maestro de nada y discípulo de cosa alguna, cada vez menor ante un Gran Amor...