Esta semana he pasado muchas horas en un gran hospital de São Paulo, asistiendo a mi hermana que fue operada de urgencia. En las horas más tranquilas (¡no fueron muchas!) he tenido tiempo de recogerme con mis pensamientos y meditar.
Se me ocurrió observar a las personas que encontraba por los pasillos, fuesen pacientes o visitantes. La tensión y el miedo aparecían en mayor o menor grado en todos los rostros. Era el miedo lo que yo veía estampado en el rostro de la mayoría de las personas: miedo a morir, a sufrir, a sentir dolor. Muy natural, pensé. Lo primero – el miedo a morir – desgraciadamente es algo muy enraizado en nuestra sociedad occidental materialista que no consigue encarar la muerte como un rito de paso, como simplemente una liberación. De cualquier manera, lo ‘desconocido’ siempre causa aprensión y este miedo es bastante natural en todos nosotros. Solamente el bicho hombre tiene noción de la muerte y las religiones monoteístas se sirven del miedo a la muerte para manipularnos. ¡Desde pequeños tenemos miedo a la oscuridad, al hombre del saco, a quedar desamparados, a sufrir, y más tarde nos da miedo quedarnos sin dinero, sin casa, tememos a la soledad, al abandono! ¡En fin, la lista es interminable! Sé lo difícil que es estar enfermo y no tener a nadie que esté a nuestro lado, nos dé consuelo, nos anime con un cariño y un mimo, ayudándonos a superar los momentos de sufrimiento y dolor. Por eso es tan importante tener amigos verdaderos, especialmente si todos se conectan a una cadena espiritual de oraciones y energías positivas.
En un artículo reciente, comenté algo sobre la llamada Inteligencia Espiritual (SQ en inglés) que se localiza en nuestro cerebro cerca de las témporas. Algunos la tienen más desarrollada, otros menos, otros ni siquiera la tienen. Son aquellos más materialistas. ¡La IE es algo inexplicable, pero que ciertamente existe y se puede sentir! Es esa Inteligencia Espiritual lo que nos conecta con el Todo, nos integra con el Universo y nos sostiene en los momentos de dificultad, lo que nos hace sentir compasión por nuestro semejante que sufre, lo que nos une de forma inexplicable a otro ser humano.
A mi modo de ver, las personas espiritualizadas, esas que tienen a la fe para ampararlas, superan mucho mejor los momentos difíciles. Las que no tienen espiritualidad, en caso de una enfermedad, depositan todas las fichas solo en manos de los médicos, ¡sin pensar que quien guía la mano de esos médicos es ciertamente una fuerza mayor, llamada Dios! Conectados con esa energía superamos cualquier dificultad, creedme. Y la energía de Dios está en todas partes, pues Dios es Mente y el Universo es Mental. Esto es lo que nos enseña la primera Ley Hermética, (Leyes de Hermes Trismegisto), sobre la cual se basa el pensamiento de la astrología que yo practico.
En mi trabajo como terapeuta holística, analizo el mapa de mis clientes procurando orientarlos sobre el sentido de su existencia en este planeta y aconsejándoles vivir plenamente todas sus potencialidades, aceptando aquello que fue estipulado por su espíritu ‘antes de encarnar’. Una de las definiciones más importantes contenidas en esta Primera Ley Hermética enseña:
Observaremos que, si el Universo es Mental y nosotros existimos en la Mente del Todo, como tales, somos seres mentales y creamos con nuestra mente, a imagen y semejanza del Todo, según explica el Segundo Principio. La mente no es más que un complejo aglomerado de impulsos energéticos, capaces de enviar mensajes, no solo a nuestro propio cuerpo, sino también fuera de él.
Así podemos concluir que aquellos que tienen fe, aquellos que emanan de su mente los pensamientos positivos conectándose con su Yo Interior y alejando el miedo de su pensamiento (¡éste es un gran saboteador!), se acoplan con la energía del universo (la Mente de Dios) atrayendo más energías positivas. ¡Las energías positivas emanadas de su mente logran alejar el dolor, el miedo, la ansiedad, eliminar traumas y alejar enfermedades! ¡Y muchas mentes juntas pueden revertir dolencias y curar! ¡Así es como ocurren los ‘milagros’! Mirad lo que sucede en los lugares sagrados como Lourdes o Fátima, por ejemplo: ¡muchas mentes juntas, conectándose con el Todo hacen producirse el milagro! Nosotros hacemos nuestros propios milagros, creedme.
A mi modo de ver es muy importante también aprender con los mensajes contenidos por detrás de cada dolor, de cada enfermedad, de cada dificultad. Al traer a la superficie de la conciencia aquello que está guardado en eso que los taoístas llaman Cielo Anterior, podemos liberarnos. La concepción taoísta enseña que el nacimiento de la persona marca el umbral entre el Cielo Anterior y el Cielo Posterior, este último representa todo lo que ‘está’ o sucede desde el nacimiento hasta la muerte, o sea, la encarnación. El Cielo Anterior representa por tanto, todo lo que ‘está’ o sucede antes de nuestro nacimiento. Por eso nuestro Mapa del Nacimiento es tan importante y, lo afirmo nuevamente, debería ser ofrecido a cada madre que recibe a una criatura en este mundo. El Mapa de ese niño sería entonces una ‘receta’ para ayudar a la madre a comprender mejor a su criatura. Si bien el mapa natal puede hacerse en cualquier momento, al igual que las previsiones para el futuro. Un buen astrólogo siempre tendrá algo que añadir a su conocimiento. Una buena interpretación podrá dar las indicaciones sobre la elección hecha por nuestro espíritu y cuál camino recorrer; ¡ayudará a superar las dificultades, a ver ‘la luz al final del túnel’!
El taoísta llama Shen a nuestro Espíritu, y ¡sorprendentemente esa palabra tiene el mismo sonido del Shin hebraico que significa el Espíritu Divino! El Shen prenatal de un individuo pertenece al Todo como la gota de agua pertenece al océano, y posee la ‘in-formación’ de su misión. ¡La Conciencia del Shen es holográfica y en cada pequeña partícula reproduce el Todo! El objetivo de cada espíritu, de cada Shen personal es realizar su Leyenda Personal, citando a Paulo Coelho. Y cuando nos desviamos de nuestra Leyenda, enfermamos, sufrimos, tenemos miedo a enfrentar las piedras del camino, ¡andamos ‘a ciegas’!
¡Unidos al Todo, lo podemos todo! Yo repito y afirmo que nuestra mente es capaz de curarnos de nuestros dolores, de nuestros males, de nuestros miedos, ¡cualesquiera que sean! Nuestra mente, que es una infinita parcela de mente del Todo, SABE cómo canalizar las energías en nuestro favor para recuperar nuestro equilibrio. Y el Conocimiento de nuestra Leyenda personal puede proporcionarnos la clave para recorrer nuestro camino con más seguridad, orientando nuestras elecciones.Pero, diréis, ¿qué hacer con los miedos ‘ya instalados’ en nuestra mente? ¿Cómo eliminar esas emociones negativas enraizadas en nuestros pensamientos, y que son la causa de nuestro sufrimiento? Suelo recetar remedios florales de Bach juntamente con la lectura del Mapa Personal, y además enseño la técnica de EFT, llamada Técnica de Liberación Emocional. Ya he escrito varios artículos respecto de esa técnica en este Web y hay dos vídeos en Youtube donde podéis obtener una noción más clara todavía. La EFT es una herramienta poderosísima al alcance de nuestras manos. Con ella podemos eliminar las emociones negativas, acabar con nuestros miedos, con nuestras fobias, y, aún más importante, ¡atraer hacia nosotros aquello que deseamos! Felicidad, amor, prosperidad, armonía, o sea, todo aquello que nuestro Shen ha elegido para nosotros en esta encarnación y que es nuestro por derecho está a nuestro alcance.
Concertaré charlas en São Paulo, Campinas y en otras ciudades. ¡Podéis escribirme manifestando vuestro interés y procuraré llegar hasta vosotros!
¡Para verificar la posibilidad de otras consultas, entrad en mi Web personal que forma parte del STUM!
Para terminar, una observación: El taller de Astromedicina y EFT* en Londrina tendrá lugar el día 27 de marzo, pues ha tenido que ser aplazado. ¡Haced vuestra inscripción, todavía quedan plazas!
“Los Labios de la Sabiduría están cerrados, excepto a los oídos del Entendimiento”
¡Una semana llena de Luz!
São Paulo, 17 de Marzo de 2010