Como tantas otras veces en que arreglé mi armario, nuevamente me deparé con algunas piezas que no me he puesto desde la última vez, pero que tampoco he tenido valor para deshacerme de ellas. Pocas piezas… pero las suficientes para ocupar el lugar de otras que podrían estar siendo usadas…
Tomé un vestido que me encantaba y que ya ni siquiera me sirve… y pensé en el motivo de estar tan apegada a él… por qué tantas veces he intentado retirarlo y lo guardaba nuevamente con la esperanza de un día volver a ponerlo.
Hasta que una noche… después de mucho Ho’oponopono, sentí que liberaba algo muy profundo… y esa liberación me hizo percibir claramente que… aquel vestido y aquellas otras piezas de las cuales no lograba deshacerme… representaban algo más… Recuerdo que me encantaba ponerlo y evoqué nítidamente una ocasión especial en que llevándolo me sentía muy bien conmigo misma… una época de mucha esperanza… y aquel vestido me quedaba tan bien y yo me sentía tan feliz como si él me completase… como si fuese parte de mí.
¿Sabes aquella ropa que más te gusta y notas que te viste mejor? Pues así era con él.
Pero… al día siguiente, por la mañana, cuando nuevamente lo vi e iba a guardarlo para otra temporada más en el armario, sin uso… una ficha cayó inesperadamente…
Comprendí que lo guardaba porque, de alguna forma, no creía que podría encontrar otra ropa que me quedase tan bien como aquella… en que me sintiese tan bien como me sentía con él… otra ropa… otra situación…
Aquello me afectó tanto que en el mismo momento me deshice de él y de las otras piezas que guardaba, me deshice con todo amor… porque estaba segura de que ahora podría abrir espacio para otra ropa… que podría hacerme sentir todavía mejor.
Comprendí que para mí… aquel vestido tenía que ver con algo muy bueno que viví en el pasado… y que de alguna forma, por memorias equivocadas, no creía poder vivir en el presente… Pero después de la liberación del Ho’oponopono, fue con sorpresa y alegría como me he visto colocándolo a él y a otras piezas en una bolsa, sin ninguna duda y con todo amor… porque, dentro de mí, sé que necesito dejar el espacio vacío para que lo nuevo pueda llegar con la fuerza a que solo en el presente podemos acceder…
Comprendí claramente que mi apego y dificultad para liberar no era solo en cuanto al vestido… sino a las cosas a que él me remitía… que fueron muy buenas cuando fueron vividas plenamente en el presente…
Intentar retener lo que pasó, por no creer que la vida tiene siempre mucho más para ofrecernos, es el papel de nuestras memorias… pero no el nuestro…
Como seres de Luz y plenos de posibilidades… cuando dejamos ir el pasado y nos arriesgamos a zambullirnos, sin garantías, en el presente… encontraremos mucho más que solo recuerdos guardados en un armario o revividos en la memoria… encontraremos la plena libertad y la posibilidad de acceder a lo nunca imaginado…
Fue con gran alivio y alegría como me he visto abriendo mano de muchas cosas… sin apego alguno y sin esperar a que un día surgiese una oportunidad en que yo pudiese usarlas. Al percibir que, cuando confiamos en el presente… siempre podemos recibir todas las bendiciones, he comprendido que no necesito garantizar nada de lo ya pasado solo porque ha sido muy bueno… o muy bonito…
Aquel vestido que he guardado durante tanto tiempo, que ha resistido a tantos arreglos en mi armario… no era solo un vestido…
Publicado dia 5/23/2010 9:35:36 AM em STUM WORLD
