Estamos pasando por un período de muchas turbulencias… debido a los eclipses… pero el caso es que en los últimos días muchas personas me han contado cosas difíciles por las cuales han pasado…
Tantas que no podía ser solamente coincidencia…
Malentendidos que han originado resentimientos y dolores muestran claramente que estamos siendo probados al límite… para que tengamos acceso a nuestra Luz.
Sin embargo, pienso que cuando las cosas más difíciles nos suceden, es debido a que ya estamos fuertes lo bastante como para mirarlas frente a frente… y liberarlas, accediendo a nuevos niveles que nos permiten atisbar más allá…
Y en estos tiempos de eclipses parece que se nos llama a una inmersión más profunda para buscar lo que estaba bien escondido, lo que no queríamos ver en modo alguno…
Esa inmersión en el mundo de las sombras… para traer a luz lo que estaba oculto, puede ser caótico y doloroso, pero siempre nos da oportunidades únicas para un salto evolutivo.
Yo tampoco he escapado al eclipse… y me he visto accediendo a zonas profundas dentro de mí… un punto doloroso allá en el fondo que se ha manifestado inesperadamente… cuando todo parecía muy calmo…
Fui pillada de sorpresa y sentí un dolor profundo… que ha durado dos o tres días sin alivio… hacía el Ho’oponopono y sabía que allí había algo muy antiguo… y afuera, los signos me lo confirmaban con mucha sincronía.
Incluso un país me fue indicado… Irlanda… cuando recibí un film que tenía todo que ver con un sueño que tuve y sucedía en Irlanda… no logré ver la película entera porque lloré mucho… Y haya Ho’oponopono…
Y de seguido, exactamente el día del eclipse, cuando estaba en medio de esa crisis… recibí por primera vez un e-mail de una lectora que vive en Irlanda.
Para el año que viene ya había programado un viaje allá… algo ya me llamaba… además de las bellezas naturales…
Allá por el tercer día fue cuando he logrado sentir la oportunidad de liberación que había en esa situación… y es que cuando estamos bajo los efectos de las memorias que traen mucho dolor, se hace verdaderamente difícil aceptar que allí no hay un otro que nos hiere, sino un otro que está dentro de nosotros y nos muestra que hemos de liberar algo para que dejemos de atraer aquel tipo de situaciones.
Pero siempre haciendo el Ho’oponopono, día y noche, todo se ha ido suavizando… suavizando… hasta que ha dejado de existir… como si hubiese sido borrado.
Y recordando cuando estaba bajo el efecto de aquel dolor… en el cual, por más que mi razón supiese todo cuanto sé sobre esos dolores… y que es una oportunidad… que está dentro y el afuera no es más que un espejo… parece que, quien estaba allí era otra persona… aquella que en algún tiempo ha estado herida y no tenía conciencia de ese camino…
Pero yo sabía que estaba liberando porque tengo cada vez más Fe en el Ho’oponopono… y, así, el dolor se ha ido sin dejar vestigios, dando lugar a un ensanchamiento del corazón… Un día, después de la liberación, bajé al garaje para recoger mi coche y cuando fui tocada por el sol noté una cosa que no sentía desde hacía mucho tiempo, de esa forma…
Una vitalidad y una sensación que sentía cuando era muy joven… he podido percibir en mí algo completamente nuevo… como si mi realidad se hubiese ensanchado para dejar caber mucha más esperanza y coraje.
¡Por eso amo el Ho’oponopono y le estoy muy agradecida!
Publicado dia 7/2/2010 11:57:02 AM em STUM WORLD
