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5 claves para aliviar los síntomas del Síndrome del Pánico con el Ho´oponopono
por WebMaster
Por Maria Silvia Orlovas
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Traducción de Teresa
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Hoy día, desgraciadamente, mucha gente sufre o ya sufrió con los síntomas del síndrome del pánico. Algunos buscan curación en la medicina tradicional y otros buscan todo tipo de ayuda, inclusive la espiritual, abriendo el abanico de esperanzas y aprendizajes, lo cual personalmente me parece estupendo, pues en toda dolencia existe un proceso de transformación que camina a la par. No hay ningún mal que no traiga una oportunidad de cambiar y de ver la vida de forma diferente.
En este artículo, aportaré consideraciones espirituales y emocionales sobre el síndrome del pánico y deseo de corazón poder ayudar a personas que padezcan con los síntomas incómodos de ese mal que muchas veces se infiltra de forma silenciosa aprovechando las brechas de la falta de amor propio o bajas en la autoestima.
En mis más de veinte años de consultorio como terapeuta, he atendido a mucha gente sufriendo con los síntomas y puedo decir, sin temor a equivocarme, que siempre existe un camino de curación y que todo comienza en el amor y en la auto aceptación.
No obstante, no dejes de consultar a un médico y de seguir las recomendaciones básicas, como tampoco de hacer todas las pruebas médicas, etc. A fin de cuentas, somos cuerpo, mente, espíritu, y hemos de estar en armonía para tener salud.
1. Acepta que tú no controlas la vida. El primer paso para mejorarte de los síntomas del síndrome del pánico es aceptar que tú no tienes el control de las cosas. Aceptar que tú tampoco controlas los síntomas. Puede parecer un poco absurdo, pero cuanto más nos resistamos a aceptar un sufrimiento, más fuerza y espacio adquirirá esa energía contraria en nuestra vida. Entonces, si percibes que estás teniendo una crisis, tus manos empiezan a sudar, el corazón se dispara, sientes nauseas, mareos, acepta tu momento. No luches, no te enojes, no te enfades por lo que estás sintiendo o por lo que estás pasando. Comprende que todo pasa y que eso que estás sintiendo también va a pasar. Si fuese preciso, siéntate, acuéstate, deja pasar la ola.
2. Encara la hora de la crisis con luz, y mentalmente di para ti mismo: Lo siento mucho, perdóname, te amo, gracias. Puede parecerte extraño pedirte disculpas a ti mismo por la situación desagradable que estás viviendo, pero funciona. Existe un Yo espiritual que "puede dialogar" con tu Yo humano. Piensa así: tu Yo espiritual pide perdón a tu Yo humano por tener que pasar por esta experiencia. Como si te miraras a un espejo. O viceversa. Lo importante es que entiendas, que sientas la fuerza que existe en ese diálogo interno.
3. Hazte preguntas a ti mismo. Pongo a continuación varias preguntas. Te sugiero que respondas por escrito, deja fluir libremente las respuestas, no racionalices. Simplemente responde sin formar juicios de valor, sin pensar si está bien o mal. Posteriormente puedes analizarte, pero sin maltratarte. Recuerda, el camino es aceptar lo que estás sintiendo. ¿Por qué estoy pasando por esto? ¿Qué tengo que aprender con este dolor? ¿Qué es lo que he guardado dentro de mí que ahora está surgiendo de forma dolorosa? ¿Estoy contrariado con la vida? Tengo miedo ¿de qué? ¿Alguien ha hecho algo que me ha dejado perturbado? ¿Tengo motivos para sentir esto?
4. Haz un ejercicio de empatía. Contempla la situación como un todo. Nunca estamos solos. Lo mismo en la hora de la alegría que en la del dolor estamos siempre con personas y situaciones en nuestra vida. Algunas personas manifiestan el síndrome del pánico por sentirse impotentes para resolver sus cuestiones, entonces, es preciso salir de tu pequeño mundo, salir de la situación de víctima, mirar desde otros ángulos aquello que acontece contigo. Sin embargo, no siempre conseguimos contemplar nuestra historia con exención, casi siempre estamos muy presos a nosotros mismos, estamos presos a aquello que consideramos ser lo correcto, o ser la verdad, o bien, ser aquello que queremos.
Entonces, si observas que no eres capaz de alejarte de tu punto de vista limitado, busca ayuda. Quién sabe un terapeuta podrá hacer ese papel, o un amigo, e incluso un conocido, pero sea como fuere, busca también un diálogo interno, busca a través del Ho'oponopono hacer las paces con el aprendizaje, y con las energías que están relacionadas con el síndrome del pánico. Haz esta breve oración en sintonía con el Ho'oponopono: Divino Creador, si yo, mi familia, mis amigos, o ancestros, ofendimos a alguien, hicimos daño, herimos, faltamos al respeto en esta o en otras vidas, hoy soy yo el que pide perdón, digo que siento mucho todo eso, ofrezco mi amor para la sanación, y doy las gracias por la oportunidad de reparación. Continúa, como un mantra, repitiendo muchas veces para ti mismo: Lo siento, perdóname, te amo, muchas gracias.
5. Créelo, esto también va a pasar. Trabaja en ti la comprensión de la no permanencia. El budismo utiliza muy sabiamente esa expresión que dice que todo pasa, y en el momento en que estés bajo los desagradables síntomas del síndrome del pánico, piensa: esto también va a pasar. Tu mente tiene un increíble poder, y pensar que va a pasar ayuda, da fuerza para que esto suceda.
El Ho'oponopono utiliza otra figura de lenguaje que es la ola, entonces tú también puedes imaginar un mar, una gran ola que pasa por ti llevándose los síntomas. Y a medida en que tú trabajas mental y espiritualmente la comprensión y el perdón de las causas, vas saliendo de la condición de víctima de la situación y vas asumiendo el poder. Como un surfista, vas aprendiendo a equilibrarte hasta que empiezas incluso a aprovechar el movimiento para tener una nueva perspectiva de la vida. Considera también que una experiencia que moviliza tanto tus creencias, ciertamente traerá una nueva forma de vivir y que será en la luz; así, cada vez que sientas miedo, angustia, opresión, repite para ti mismo: Lo siento mucho, perdóname, te amo, muchas gracias, y créelo: todo va a pasar.
Si deseas saber más sobre el tema, asiste al vídeo:
Cómo aliviar síntomas del Síndrome del Pánico
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