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Cómo hablar en público
por WebMaster
Autor Tom Coelho
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Traducción de Teresa
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“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que tu silencio.”
(Proverbio indio)
Tratándose de comunicación, es imposible dejar de abordar la importancia de aprender a hablar en público.
Encuestas hechas en diversos países indican que el miedo a hablar en público es tan significativo ¡que llega incluso a superar el miedo a la muerte!
Independientemente de tu posición profesional o social, en algún momento te será necesario hablar a un auditorio. Puede ser durante una reunión en la empresa, en la presentación de un trabajo académico, en un evento social o incluso en ocasiones informales con los amigos.
La buena noticia es que todos nosotros podemos aprender técnicas para hablar en público, superando recelos y apocamientos y alcanzando el éxito en la transmisión del mensaje.
En 1998 yo no imaginaba siquiera que un día podría seguir una carrera como conferencista profesional. Por aquel entonces, por ser empresario, reconocí la necesidad de mejorar mi comunicación y acudí al Instituto Reinaldo Polito para seguir su “Curso de expresión verbal”. Muchas fueron las enseñanzas que guardo conmigo y aplico hasta hoy. Por ello me gustaría compartir algunas indicaciones prácticas que aprendí con mi maestro y amigo Reinaldo Polito, indiscutiblemente la mayor referencia en oratoria de nuestros tiempos.
1. Domina el tema. Procura hablar sobre temas que domines. Pueden ser fruto de tu experiencia personal, académica o profesional. El caso es que conocer el tema con cierta profundidad confiere a tu expresión más originalidad, espontaneidad y cadencia, dándole más tranquilidad y credibilidad. En 2005, tras presentar la conferencia “Siete Vidas”, en la Adidas del Brasil, el presidente de la empresa, Marcelo Ferreira, me solicitó dar una charla sobre administración del tiempo. En esa ocasión le expliqué que el tema no figuraba en mi portafolios y que necesitaría prepararlo. Durante seis meses leí variedad de libros sobre la cuestión hasta estar en condiciones de disertar sobre el tema. Hoy ese es uno de mis objetos de estudio favoritos y la conferencia “Construyendo un día de 30 horas” uno de los temas más solicitados.
2. Conoce a tus oyentes. Entérate previamente de a quién vas a hablar y busca informaciones sobre su perfil. Cada audiencia demanda un planteamiento distinto, porque tiene características y expectativas propias. Imagina cómo dirigirte a estudiantes y ejecutivos, jóvenes y ancianos, pos-graduados y personas con menos instrucción. El lenguaje y los ejemplos serán distintos en cada situación.
3. Conoce el espacio físico. Visita con antelación el ambiente en el cual vas a discursar. Evalúa sus dimensiones y el impacto sobre la acústica, la disposición de los asientos en relación al escenario o al lugar donde vas a situarte, el índice de luminosidad, las zonas de circulación. Más que todo eso, fíjate en el ambiente, a fin de sentirte cómodo en el momento de la exposición. En 2006, en la Celulose Nipo-Brasileira (Cenibra), fui invitado a impartir la charla de cierre de la Sipat. El local era improvisado, a fin de permitir la participación de un mayor número de colaboradores y la pantalla de proyección se hallaba directamente afectada por la luz del sol. Por conocer esa situación previamente, alteré el contenido de mi presentación excluyendo imágenes y vídeos, que no serían visibles en aquellas condiciones, sin que por ello se causase perjuicio alguno al mensaje final.
4. Lleva la ropa adecuada. Traje y corbata para hombres, traje de chaqueta para las mujeres, ¿cierto? No necesariamente. Dependiendo de las características del evento, un traje más informal puede ser recomendable y garantía de éxito. Ya he participado en convenciones de empresas en las cuales sustituí el conjunto camisa de ceremonia, corbata y chaqueta por una camiseta con el tema del evento. Eso propicia la cercanía y la sinergia con los participantes.
5. Da colorido a tu voz. Una charla tiene como característica el hecho de ser, en esencia, un monólogo, aunque el conferenciante utilice recursos variados, incluyendo la participación de la asistencia. Por ello, durante la exposición, alterna la entonación y la velocidad de la voz, ora hablando más alto, ora susurrando; ora disertando pausadamente, ora acelerando las frases.
6. Pronuncia bien las palabras. Además de pronunciar las vocales en los diptongos y las “r” y “s” en los finales de palabras, procura evitar el uso de cacofonías, como “¿no?”, “aaa...”, entre otras, visto que esto puede comprometer la calidad de la comunicación. Trata siempre de perfeccionar tu dicción, articulando con corrección palabras y sonidos.
7. Cuidado con el vocabulario. El lenguaje utilizado en la comunicación debe adecuarse al perfil de los participantes. Así, jergas profesionales y términos técnicos pueden ser utilizados con tus pares, pero son inadecuados para una audiencia heterogénea. Además, pon una atención especial respecto de las reglas gramaticales, conjugación de verbos, concordancia, cohesión y coherencia textual.
8. Utiliza la expresión corporal. Albert Mehrabian, profesor emérito de psicología de la Universidad de California (UCLA), condujo a partir de 1967 estudios que originaron la Teoría 7-38-55, publicada en el Journal of Consulting Psychology con el título “Inference of attitudes from nonverbal communication in two channels”. El estudio indica que en el proceso de comunicación solamente el 7% del impacto del mensaje resulta de su contenido, un 38% de la comunicación verbal (intensidad y velocidad de la voz) y un 55% del lenguaje no verbal (gestos, postura, contacto visual). Por tanto, el éxito de la comunicación interpersonal no está en aquello que dices, sino en cómo lo dices.
9. Conquista la atención de los oyentes. Mira con atención a la asistencia, recorriendo todo el ambiente. Muévete para alterar el campo visual de atención. Acércate a las personas y procura interaccionar con ellas. Percibe las señales emitidas, de interés o dispersión en tu mensaje, alterando así el abordaje, ya por medio de la inflexión de voz o de cambio en el foco temático. La orden es persuadir y cautivar al público. Y recuerda: los primeros minutos de tu exposición son fundamentales. Es el momento en que las personas están más desarmadas y susceptibles de dejarse conquistar por ti. En mis charlas suelo aliar recursos audiovisuales a fin de ganar la atención de los participantes con sonidos e imágenes que se integren a mi voz y al contenido transmitido.
10. Cultiva el buen humor. Conduce tu presentación de forma natural y distendida, transmitiendo el mensaje deseado de forma agradable, con tranquilidad y toques de buen humor. Un semblante sereno y una sonrisa auténtica son capaces de quebrar resistencias, cambiar opiniones y romper barreras aparentemente infranqueables.
11. Cuidado con chistes y disculpas. El buen humor no remite necesariamente a contar chistes. No obstante, si deseas hacerlo, evita chistes de tipo político y religioso, ya que es grande el riesgo de agradar a algunos y herir a otros tantos. También es aconsejable evitar disculparse con motivo de problemas físicos, por ejemplo. Si estás resfriado, al disculparte por tu estado al comienzo de la presentación, esto hará que la audiencia se fije todavía más en tu problema, que de otro modo hubiera podido incluso pasar desapercibido.
12. Planifica el discurso. Principio, medio y final. Definir una estructura lógica para tu presentación te ayudará a concatenar tus ideas, facilitando la comprensión a la audiencia. Haz la apertura informando de qué vas a hablar, desarrolla el razonamiento y concluye, aportando un pequeño resumen antes del cierre. Si pretendes presentar una solución para un problema, explica antes cuál es el problema.
13. Improvisa. Este es un refuerzo de la recomendación inicial de dominar el asunto que vas a abordar. Es importante llevar una estructura de discurso mentalmente definida, según lo mencionado, pero no te apegues a ello como cartilla, sino como guía. Siéntete libre para cambiar el contenido y el orden de tu presentación. Recuerda que a veces suceden imprevistos, como algún problema técnico en los equipos, que puede interferir en tu desempeño.
14. Contesta a preguntas. Has de estar siempre disponible para responder a los cuestionamientos de los participantes. Es evidente que para hacerlo deberás dominar el tema, mostrándote preparado para un eventual debate, incluso el proveniente de una audiencia hostil. Mantén la serenidad y no te acobardes en declinar preguntas cuya respuesta desconozcas. Muestra seguridad en tu postura. Puedo vivir momentos preciosos al término de mis conferencias cuando hay oportunidad de interaccionar de cerca con los presentes. Mi experiencia ha venido demostrando que el cuestionamiento de uno corresponde a la duda de otros, permitiéndome, inclusive, escribir posteriormente sobre el asunto en pauta.
15. Esmérate en el cierre. Un mensaje poderoso y consistente al término de tu presentación podrá granjear la simpatía de los oyentes, incluso de aquellos que han estado reticentes a lo largo de toda la explanación. Siempre finalizo mis charlas recitando un poema cuyo texto tenga que ver con el tema presentado.
Como dije al principio, mi propósito era únicamente compartir algunas sugerencias. Esas claves y otras muchas pueden ser encontradas con mayor detalle y riqueza de ejemplos en las obras del profesor Reinaldo Polito.
* Tom Coelho es educador, conferencista en gestión de personas y negocios, escritor con artículos publicados en 17 países y autor de nueve libros. E-mail:
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