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Cómo lidiar con la ansiedad
por WebMaster
Autor Alex Fagundes
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Traducción de Teresa
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¿Te ha ocurrido sentir aquella sensación incómoda de la ansiedad? ¿Cuando el corazón se acelera y la respiración además de acelerada se hace entrecortada o breve? Parece que algo muy malo va a suceder en relación al futuro. ¿O incluso, que algún peligro no detectable está al acecho y tu cuerpo lo percibe, y aunque tu consciente no consigue percibirlo, tú ya lo sientes? A mí ya me ha pasado sentirme así y atiendo a diversas personas a quienes les pasa lo mismo, incluso de manera más fuerte a como yo lo experimenté. Quiero compartir un poco de lo que es eso.
Para comprender lo que ocurre, es preciso entender un poco la fisiología del estado de alerta de nuestro cuerpo. Cuando detectamos un estímulo amenazador, la parte más primitiva de nuestro cerebro se ve activada. ¡Esa parte primitiva, o cerebro reptiliano, es responsable por las acciones de lucha o fuga! Es decir, él actúa rápido para preservar nuestra vida. Esa reacción hace un trabajo coordinado de hormonas, preparándonos para luchar o correr, accionando nuestra mayor actividad (el famoso estrés) y posterior recuperación. Ese mecanismo es tan simple y ágil que se encuentra presente desde los reptiles hasta los mamíferos.
Y ¿qué tiene esto que ver con la ansiedad? Cuando tenemos situaciones continuas de estrés que nunca se acaban, como el exceso de informaciones y de preocupaciones, ocurre que algunas veces el cerebro percibe de forma incorrecta un estímulo como una amenaza. Como ejemplo ¿has visto a un gato asustarse con un movimiento repentino de su dueño? Él no piensa, sólo salta de aquella forma totalmente cómica.
Tú no eres un gato y te sientes ansioso. ¿Cuál es el motivo? Vamos juntos en el razonamiento paso a paso. Imagina que estás en el sofá de la sala de tu casa mirando una película. Cuando de repente, por nada, tu corazón se dispara y notas esa presión. ¿Qué es lo primero que se te pasa por la cabeza? Qué está pasando, seguramente no estoy bien. Como efecto colateral en esto, el corazón acelerándose pide más frecuentes cambios de oxígeno en el pulmón, originando una aceleración de la respiración. Aquella respiración acelerada y entrecortada.
En este punto, tenemos el corazón acelerado y la respiración acelerándose. Casi siempre el pensamiento siguiente es de temor a que algo esté ocurriendo, preocupación, y otros mil. la dichosa ansiedad. Y como el cerebro tiene influencia sobre el cuerpo, todo el ciclo vuelve a empezar. Tal como se ve en la ilustración siguiente. Y cuanto más fuertes sean las sensaciones, mayor será el miedo, hasta que llegamos a aquel estado denominado pánico.
¿Cómo escapar de este ciclo vicioso? Lo primero es pensar racionalmente. Y no, no restar importancia a la sensación que esas personas perciben. Sólo es el primer paso para resolver. Y digo esto, pues el ejemplo del sofá fue un momento que ya me ocurrió hace algunos años. Tan pronto me sorprendí con esa sensación, me observé para verificar otros síntomas de algún ataque cardíaco. Cuando advertí que no había cualquier otro síntoma fisiológico de amenaza, sólo acepté la existencia de aquella taquicardia y respiración difícil. Seguidamente, al no ser realimentada, pasó.
No obstante, no estoy diciendo que esto se resuelve siempre. Entonces, quiero presentarte una técnica que auxiliará a la razón. Se llama Coherencia Cardíaca y ya se la he enseñado a mucha gente. Al igual que la práctica de la meditación, la coherencia cardíaca hace una limpieza general interna en lo emocional.
¿Cuál es la lógica? A través de una respiración tranquila y ritmada, el corazón tiende a reducir el ritmo y entrar en un estado llamado Coherencia, en el cual pasa a tener un ritmo constante en sus pulsaciones. Al entrar en coherencia, el cerebro recibe la información sensorial de paz, seguridad y tranquilidad. Y se genera un ciclo virtuoso de paz y seguridad.
¿Cómo hacerla? Toma un reloj de pulsera o un cronómetro. E inspira por 5 segundos, a continuación espira por 5 segundos. Repite el ciclo durante 5 minutos. Las tres primeras veces te será algo incómodo hasta encontrar la velocidad adecuada para llenar y vaciar el pulmón en dicho espacio de tiempo. Pero enseguida empezarás a notar el efecto del ejercicio.
Te sugiero que hagas la prueba, percibas los resultados y después me envíes un correo diciendo cómo te ha ido y cuáles fueron los resultados.
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