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Cuatro cosas que no hay que decir a una persona deprimida
por WebMaster
Autor ROBERTO DANTAS -
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Traducción de Teresa
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Si convives con alguien que padece depresión, es importante que comprendas que ella mira el mundo de forma alterada, diferente de cómo lo ves tú, la enfermedad le hace ver su realidad de forma negativa y eso cambia toda su comprensión y su percepción, inclusive en las relaciones, por eso, quien quiera ayudar a una persona en estado depresivo, ha de tener ciertos cuidados en la comunicación.
Vamos a presentar cuatro cosas que dicen los familiares y personas cercanas y que sólo tienden a "hundir" más aún a la persona en estado depresivo. Son cosas corrientes del día a día, que no se deben decir a una persona con depresión.
Las frases y situaciones que a continuación relatamos, siempre se dicen con el propósito de ayudar, pero el fallo está en hacerlo partiendo de nuestra propia visión y experiencia del mundo, lo cual no funciona.
La persona deprimida, como hemos dicho, tiene su visión del mundo alterada y es preciso que los familiares y personas que conviven con ella sean conscientes de eso y conozcan más la enfermedad, para no incurrir en los errores que citaremos. Reflexiona sobre cada situación y procura incorporar estas reglas en tu relación con ella:
1. ¡Haz algo por superar eso!
Toda persona deprimida, no raramente, se culpa por la enfermedad, por la falta de ánimo, se siente insegura, y pese a desear salir de esa situación, no tiene energía psíquica ni física para hacerlo, como haría una persona que no padece ese mal.
Cuando el individuo oye hablar así a las personas cercanas, se siente peor aún, se culpa más aún, se siente también más incomprendido (y por alguien cercano, lo cual es mucho peor) y todo esto es nefasto, pudiendo llevar a la persona depresiva a hundirse más todavía en la depresión, y en algunos casos incluso al riesgo de llegar al suicidio. Es comprensible que las personas cercanas quieran ayudar e intentan hacerlo partiendo de lo que entienden como adecuado; sin embargo, se basan en sus propios parámetros, o sea, en las referencias de una persona que no padece la enfermedad y por ello entiende que la depresión en que el individuo está inmerso es simplemente un estado de ánimo.
La depresión no es una simple manifestación de tristeza, de la cual actuando se puede cambiar el estado, sonriendo, levantando la cabeza, saliendo, comprando una ropa nueva, etc. Si nunca has tenido la experiencia de vivir una depresión, no puedes comprender la vivencia de una persona deprimida.
Así, piensas poder ayudar y ofreces una solución para la depresión del otro:
"Haz como yo, cuando me pongo triste yo hago esto o aquello..."
Lo cierto es que el estado de ánimo de la persona que padece depresión está fuera de su control, al revés, ella desea mucho salir de eso, pero no encuentra el camino, no ve salida, no tiene fuerzas para superarla.
2. ¡Sé más positivo!
"Hay mucha gente sufriendo mucho más que tú por ahí, tú no estás así tan mal, tú lo tienes todo".
Una vez más, cuando oye una frase de estas, la persona deprimida se siente incomprendida y se hunde todavía más en la depresión. La auto-punición es potencial y constante en el estado deprimido.
Quienes no padecen este mal, cuando se sienten tristes por algún motivo, tienen energía y potencia psíquica para superar la situación, ya actuando, comportándose positivamente, cambiando pensamientos, en fin, perseverando en un modo positivo de vivir, que poco a poco puede ir modificando la situación y superando el plano negativo. En cambio, el individuo deprimido no es capaz de realizar este proceso y de nada sirve que le digas cómo puede hacer, no lo va a conseguir y se sentirá peor.
3. Tú estás aumentando los problemas.
Algunas veces la persona deprimida tiene la posibilidad de abrirse con alguien, y lo hace generalmente con personas muy cercanas, a quienes se confía.
Ocurre que estas personas la escuchan una vez, dos, después ya empiezan a sentirse molestas por el hecho de que la persona deprimida no sea capaz de salir de la "tristeza" como lo hace, y basándose en sí mismas acaban, bien diciéndole a la persona que ella está equivocada, que pude cambiar la situación, insinuando que son "mariconadas", o también simplemente alejándose, lo cual hace sentir a la persona deprimida más incomprendida aún y más sola, reforzando los sentimientos de rechazo que forman parte del cuadro depresivo.
Quien padece depresión realmente ve el mundo de forma negativa, sin color, sin motivación ni perspectiva alguna, por eso, frases como esta desvalorizan lo que la persona deprimida está sintiendo.
4. La culpa de esto es toda tuya.
La rigidez de ciertas personas las lleva a culpar al otro, lo cual ya es malo para una persona cualquiera, pero más aún para una persona deprimida.
La persona deprimida está envuelta en un estado en el cual ve el mundo con una mirada toda propia, así, cuando ella se queja a alguien de que nada le sale bien en la vida, la tendencia de ciertas personas "críticas" es a culparla:
"También, tú obras así, después no quieres que pase aquello..."
Esta frase refuerza los sentimientos de incomprensión, culpa y fracaso, hundiéndola más todavía en el estado depresivo.
Es difícil, pero importante, que el familiar haga un ejercicio de no juzgamiento y de más aceptación hacia todo cuanto le dice la persona deprimida. Haciendo así, tú demuestras que estás allí para apoyarla, que ella puede confiar en ti, lo cual hace que la persona se sienta acogida, aceptada y respetada, lo que denominamos apoyo social, uno de los pilares del tratamiento de la Depresión.
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