Solo Brahmán conoce el corazón de cada Ser...
Y la cuota de luz correspondiente a cada uno. Darma es acción saludable y se basa en la Luz.
Es la realización de lo mejor del Ser, siempre anclado en la Consciencia Cósmica.
El Supremo sabe de todas las formas condensadas en los planos fenoménicos, pero es en la esencia espiritual donde Él lee las cosas que están en el corazón de la humanidad.
Y, así, también, el estudiante espiritual observa el juego ilusorio de las formas y procura descubrir la esencia imperecedera que anima los actos de los hombres.
Ah, quien está lúcido ve el velo de maya sobre las cosas, pero también ve más allá...
Ve la Luz que no tiene edad o apariencia brillando bien en el centro de los corazones.
Y sabe que allí está la verdad de cada uno.
Aquel que es consciente del propio espíritu sabe que las apariencias engañan mucho y que lo real solo es percibido cuando se siente el corazón de alguien.
Y sabe que, dentro del Corazón del Eterno, no hay nada que ocultar.
A veces, los hombres superponen capas y más capas de emociones oscuras sobre sus propios centros vitales. Y el resultado de eso aparece como franjas tenebrosas bloqueando y oprimiendo el centro cardíaco. Entonces surge el dolor que proviene de dentro, hijo directa de la asfixia y del embotamiento del propio espíritu.
La cura está en la Luz, ¡siempre en Ella! Y quien está lúcido sabe que Ella es su Gran Fiadora. Porque, ante la Luz, no hay qué ocultar.
Y solo Brahmán conoce la cuota de luz de cada ser... Y a cada cual incumbe la responsabilidad de dar lo mejor de sí...
Darma es acción saludable. ¡Por tanto, que cada cual haga lo suyo! Y que la Luz sea la Fiadora de esa jornada.
La cuota de luz es cosa de Brahman. A los hombres, incumbe la acción saludable. Y cosa de la Luz, su protección.
P.D.:
Quien es de la Luz, busca la Luz.
Ni más ni menos.
Y quien quiere más Luz,
Que sea Luz.
(Dedicado al maestro Sanat Khum Maat y al grupo de amparadores extra físicos de los Iniciados)
Paz y Luz.
- Wagner Borges – aprendiz del Todo.
São Paulo, 13 de abril de 2010.
Obs.: Mientras pasaba a limpio estos renglones, me acordé de un texto muy guay y sencillo, pero de gran profundidad práctica. Es el que sigue:
AUTOBIOGRAFÍA EN CINCO CAPÍTULOS
1. Voy por la calle.
Hay un bache profundo en la acera.
Caigo en él...
Estoy perdido... Sin esperanza.
No es culpa mía.
Me lleva una eternidad encontrar la salida.
2. Voy por la misma calle.
Hay un bache profundo en la acera.
Pero hago como que no lo veo.
Caigo en él nuevamente.
No puedo creer que estoy en el mismo lugar.
Pero no es culpa mía.
Aun así me lleva muchísimo tiempo salir.
3. Voy por la misma calle.
Hay un bache profundo en la acera.
Veo que él allí está.
Aun así caigo... Es una costumbre.
Mis ojos se abren.
Sé donde estoy.
La culpa es mía.
Salgo inmediatamente.
4. Voy por la misma calle.
Hay un bache profundo en la acera.
Doy la vuelta.
5. Voy por otra calle.
(Texto extraído de “El Libro Tibetano del Vivir y del Morir” - Sogyal Rinpoche – Editora Talento/Palas Athena).