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EL ÁNGEL DE LA GUARDA
por WebMaster
Autor Paula Sousa -
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Traducción de Teresa
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Todos tenemos un Ángel de la Guarda personal. Él es un compañero inseparable y el servicio que presta es espontáneo y sincero.
Sin embargo, no todos permiten que Él esté a su lado, entonces el Guardián espera la oportunidad para poder acercarse más y ayudar a su protegido.
Según nos enseñan los Seres de Luz, después del tránsito de los seres humanos al otro plano de existencia (muerte) se le permite al Ángel frecuentar un Templo de Luz para que pueda recuperarse del desgaste del trabajo y prepararse para una próxima tarea junto a la misma alma cuando ésta vuelva a reencarnarse en la Tierra. De esta forma siempre es el mismo Ángel el que nos acompaña. Pero con nuestro libre albedrío podemos aceptar o no su ayuda y protección.
Su instrucción y preparación en los Templos Internos versa sobre las mismas cualidades que tendrán que desarrollar en su protegido: paciencia, comprensión y paz. Aprenden a atraer y sostener la Energía Divina de Amor para que la persona aprenda a relacionarse con todos con sabiduría.
Según discursos de los propios Ángeles de la Guarda, muchas veces a ellos les gustaría cuidar de otras personas que les fuesen más agradables, pero saben que esto es imposible, ya que su misión es permanecer al lado de la misma alma hasta que esta encuentre su evolución. Su responsabilidad es darle asistencia y transmitirle buenas enseñanzas.
A veces el discípulo es tan rebelde que el único medio de ayudarle es cuando duerme; en ese momento su Ángel le transmite fuerzas y decisión para enfrentarse al día a día. Mientras dormimos, el aura continúa en movimiento en torno al cuerpo físico; en ese momento el Ángel de la Guarda irradia rayos de Luz sobre la conciencia del ser para que él se vuelva hacia lo Divino en busca de la Verdad y el Amor.
En estado consciente el hombre se empeña en mantener la mente apartada de la tranquilidad, con lo cual dificulta mucho el trabajo del Ángel.
Ante una situación extrema de gran necesidad de su trabajo, el Ángel de la Guarda puede solicitar ayuda para sí mismo en las esfera superiores que lo atienden.
En caso de grave peligro el Ángel puede reducir su vibración energética, para poder tomar una forma terrena y hacerse visible a los ojos humanos, y una vez finalizada su tarea vuelve a elevarse y a hacerse invisible.
Tengamos siempre gratitud hacia este Ser de Luz que está siempre dispuesto a cuidarnos, protegernos y orientarnos.
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