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STUM WORLD
Ella despertó. Creció. Maduró.
por WebMaster
Autora Íris Regina Fernandes Poffo
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Traducción de Teresa
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En un pasado no muy lejano, allí estaba ella, llorando después que la ola del mar deshizo su castillo de arena, más que eso, deshizo sus sueños. Mar malvado, vida malvada, todos contra ella. Él se fue. Los recuerdos volvieron. Ella lo culpaba por haber deshecho sus sueños de niña-mujer. Él la dejó sola, en la soledad de una relación que tanto había soñado vivir en la realidad, en vivo y en colores y despierta. Ella pensó que él era el compañero ideal, que tendrían una gran familia, muchos amigos, casa llena, muchos paseos divertidos, aventureros y románticos, muchas alegrías. ¡Todo ilusión! La ola del mar se llevó su castillo de arena. Y ella miraba el mar, con la mirada perdida en el infinito. Durante mucho tiempo sufrió. Oró y no obtuvo respuesta, ¡ni ayuda! Tenía lástima de sí misma. Había rabia, rebelión, frustración, decepción. ¡Vida, amarga vida!
El tiempo pasó. Sol y luna se alternaban. Las cuatro estaciones se sucedían. Hasta que un día el viento sopló fuerte y llevó lejos el velo del egocentrismo. La angustia triste también se la llevó. Un sol más grande tocó su corazón y una nueva melodía se hizo oír. Una nueva banda sonora la invitaba a navegar sobre las ondas. Las lágrimas secaron. Sus ojos brillaron en medio de la frente. Ella despertó. Creció. Maduró.
Donde había depresión, hoy ella ve evolución. Donde había incomprensión, hoy ella ve "acción y reacción". Ya no más rebelión, hoy hay gratitud. ¡No más soledad! ¡Ella se dio cuenta de que no estaba sola, estaba alejada de sí misma! ¡Ella se encontró! ¡Y se hizo la luz en su corazón! ¡Despertó de la pesadilla que ella misma había creado y donde se había enclaustrado! Hoy ella es capaz de sonreír, de cantar, de jugar, de nadar en el fondo del mar, de volar en alas de la imaginación, de proyectarse en el plano astral, de bogar apreciando el atardecer sólo por ver nacer la luna y después, energizarse en el amanecer. ¡Es capaz de soñar nuevos sueños! Ver la vida con otros ojos.
Nuevos amores llegaron y se fueron. ¡Nuevas frustraciones también! Como varias ondas en el mar, que vienen y que van, algunas suaves, otras que derriban. ¡Todo bien! Forma parte el saber dejar que el mar nos lleve, pero es preciso saber respirar y tranquilizarse para no ahogarnos. ¡No más depresión eterna, sólo durante algunas horas, sólo ascensión! ¡Recuperación! Nacer de nuevo. Ella despertó. Creció. Maduró. Y ahora está aprendiendo una nueva manera de amar y ser amada, una manera más altruista benévola, libre de condicionantes sociales, alejada de los modelos de las pantallas de cine o de los romances de los libros de la adolescencia. ¡Está enamorada del Creador de la Vida! Su corazón late firme y fuerte, ya no por una persona únicamente, sino por toda la humanidad.
Mar azul, dorado mar -canturreaba ella- qué bueno es en tus aguas aprender a navegar, ajustando las velas según el viento, superando tempestades, siempre en dirección a la luz, sin dejar de amar la vida y por ella ser amada, todo a su tiempo, sabiendo que hay momentos en que el timón lo llevamos nosotros, y que hay otros en que Alguien Más Grande es quien nos conduce.
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