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La Fibromialgia ¿tiene cura?
por WebMaster
Autora Nadya Prado
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Traducción de Teresa
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La fibromialgia es una enfermedad cuyas causas todavía son desconocidas para la medicina. Se caracteriza como un síndrome, un conjunto de señales o síntomas y los principales son: dolores musculares, fatiga, múltiples puntos sensibles en el cuello, hombros, espalda, caderas y extremidades superiores e inferiores.
Según el Grupo de Apoyo a Pacientes con Fibromialgia de la UNIFESP, además del dolor y la fatiga, pueden surgir otros síntomas: perturbaciones del sueño, rigidez matinal, dolores de cabeza, síndrome de irritación intestinal, períodos menstruales dolorosos, adormecimiento u hormigueo de las extremidades, síndrome de las piernas inquietas, sensibilidad a la temperatura, problemas de memoria.
La variedad de síntomas asociados a la fibromialgia indica la falta de un diagnóstico más preciso. La medicina considera que una acción multidisciplinaria está recomendada en el tratamiento de la fibromialgia, y reconoce la dificultad para tratarla y la imposibilidad de curarla con los recursos de que dispone.
Evaluados por la terapéutica transpersonal, podemos relacionar los síntomas con las cuestiones emocionales, mentales, energéticas y espirituales.
La fibromialgia es el autoflagelo impuesto como castigo, movido por un sentimiento de culpa. La persona considera que no recibe el apoyo necesario y que los demás no comprenden sus necesidades. Ella se culpa por no haber realizado lo que le gustaría y por haber estancado su vida, dedicándose tan sólo a los demás.
No encuentra fuerzas para salir de donde se ha estacionado y se siente infeliz. Su cuerpo dolorido y rígido la coloca, cada vez más, en estado de postración. La persona con fibromialgia se siente aislada de sus deseos, de la vida y de las otras personas, como si estuviese encerrada en un cuarto, mirando por la ventana. Ella no consigue levantarse y abrir la puerta.
La fibromialgia tiene cura y demanda cuidados psicoterápicos, energéticos y físicos. Cuando miramos más allá de los síntomas y adentramos el ser psicobioenergético, tenemos un nuevo sentido para el desequilibrio. El cuerpo físico es la construcción materializada de nuestras aflicciones mentales y emocionales. Para transformar este estado de espíritu, en que el enfermo se siente frágil e inmovilizado, es necesario fortalecerlo y ayudarle a salir de esa postura, y disolver las corazas que han sido creadas por la sensación de estar separado y la culpa. Él es la única persona capaz de transformar su propia vida y no puede depender de otros para conquistar su felicidad.
Es preciso disolver los resentimientos del pasado y todo juzgamiento. Salir del cuarto en que se ha encarcelado a la expectativa de que alguien le abriese la puerta.
Levantarse, dar los pasos para, por sí mismo, dejarse envolver por el mundo, en busca de realización.
En la medicina, para que una persona sea diagnosticada de fibromialgia, ésta debe tener presentes en su cuerpo al menos 11 puntos sensibles al dolor, de 18 puntos considerados, y llevar en esta condición al menos 3 meses.
El diagnóstico sólo nos sirve de brújula, porque somos individuos diferentes unos de otros y reaccionamos, también, de maneras diferentes.
Energéticamente, quien padece fibromialgia presenta en su campo vital una serie de estancamientos que se instalan debido a los desequilibrios de los cuerpos mental y emocional. El enfermo no trabaja adecuadamente su ectoplasma para hacerlo fluir, sufriendo los dolores y otras reacciones provenientes de la rigidez de su postura. La morbidez medianímica, o sea, la falta de contacto con el sexto sentido mediúmnico y con la fluidez de sus chakras, también es un factor predominante en la fibromialgia.
La mediumnidad es un canal de tránsito energético, a través del cual intercambiamos energía. Si nos encerramos, taponamos el canal de la comunicación saludable.
La fibromialgia puede tener sus raíces en experiencias de vidas pasadas, de las cuales el espíritu trae la tendencia al sentimiento de culpa por su comportamiento anterior; y con ello, arrastra además consigo a los obsesores que están en su sintonía y se aprovechan para convertirlo en blanco de sus puniciones.
La falta de movimiento debe ser tratada. Hay que hacer fluir la energía para que se disuelvan los puntos de dolor. Destruir el capullo opresor que separa a la persona del medio en que vive. Hacer que su prana pueda ser asimilado y distribuido en la convivencia amorosa con el prójimo y con el planeta. La persona ha de hacerse más flexible, por medio de prácticas corporales, respiratorias y energéticas. Debe empezar a actuar y a creer en su capacidad de realización.
Para el cuerpo físico recomiendo al cliente con fibromialgia una serie de estiramientos que ayudan a desoxidar y a que la energía pueda fluir. Para la mente y el espíritu, le indico el cambio de los patrones rígidos mentales y emocionales mediante psicoterapia. Energéticamente es importante recobrar la armonía por medio de las técnicas transpersonales para los chakras y cuerpos sutiles.
Algunas indicaciones:
• Es preciso que te muevas. Sal de la rutina y encuentra un momentito para caminar.
• Haz las cosas de modo diferente a como tienes por costumbre. Ve a divertirte con algo placentero, y aunque todavía no sepas qué es lo que te hace bien, prueba, intenta.
• No esperes a que alguien o alguna situación vengan hasta ti. Ve tú al encuentro de lo que deseas, sin inmediaciones.
• Acepta la temporalidad de la vida y la inestabilidad como algo positivo. Las cosas suceden como tienen que suceder, todo tiene su tiempo.
• No esperes que alguien pueda cambiar de comportamiento si tú mismo no consigues cambiar tu modo de ver la vida.
• Nunca es tarde para recomenzar, cree en que tú puedes transformar tu vida.
¡Sé Amor!
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