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La Liberación espiritual y los ciclos de la vida
por WebMaster
Autor JOÃO LUIZ SPOSITO
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Traducción de Teresa
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Estimados lectores, una vez más os invito a penetrar los misterios de la vida fuera de la materia, a reflexionar sobre los efectos de los reajustes kármicos en nuestras vidas y cómo alcanzar la tan soñada liberación espiritual.
La inmensa mayoría de la población encarnada en el planeta hoy está cumpliendo karma, sí, los reajustes kármicos, que son como herramientas que la espiritualidad mayor, siguiendo los designios de Dios, nos concede para que podamos evolucionar en este entonces planeta-escuela.
Porque todo cuanto hacemos tiene efectos, efectos buenos y malos según nuestro juicio; pero el caso es que la mayoría de nosotros ya hemos vivido muchas vidas y el espíritu inmortal que ha incorporado estas vidas a través de personalidades almas a lo largo de milenios, ha cometido deslices, fallos que dañaron principios espirituales universales.
Esos fallos o deslices, causados por el bajo grado de perfeccionamiento y evolución espiritual, en muchas oportunidades terrenas han causado efectos en las encarnaciones posteriores, implicando a nuestras víctimas del pasado; a eso se denomina desquite espiritual.
Por tanto es muy común que muchos de nosotros lleguemos a sufrir aquello que llamamos "injusticias", si observadas exclusivamente desde el ángulo de la visión física, material; pero si buscamos las motivaciones espirituales anteriores encontraremos respuestas muy convincentes.
La historia humana revela el mundo bárbaro del pasado, la ley del más fuerte, el ojo por ojo, y aún hoy verificamos muchos de esos vestigios de inhumanidad en nuestra sociedad actual.
Nuestras vidas son organizadas espiritualmente por ciclos, a partir de nuestra llegada a la Tierra, nuestro nacimiento, hasta el momento de nuestra partida o desencarnación.
A partir de ese mecanismo cíclico es cuando empezamos a reajustar nuestro karma, nuestros débitos con otros espíritus, con los cuales fracasamos por no saber amar; muchos de ellos están en nuestra familia de hoy: hijos, hermanos, padres, cónyuges, en nuestro trabajo material y en muchos acontecimientos de nuestras vidas.
Es preciso aclarar que lo que originamos o causamos, siempre va a retornar a nosotros, lo bueno y lo malo, en esta experiencia o en otra, pero siempre volviendo a nosotros.
Por tanto, esos desquites espirituales no son injustos desde el punto de vista cósmico, sino únicamente la justicia universal cumpliéndose para la evolución de los espíritus.
Entonces ¿cómo podemos liberarnos de un desquite espiritual?
Un desquite espiritual por lo regular sólo termina por motivos bien claros, por ejemplo, cuando aquel que lo sufre consigue convencer al vengador de que ha cambiado en su esencia, sus actitudes, su conducta, siendo perdonado, o incluso cuando el vengador está exagerando en la cobranza hasta el punto de perjudicar el propósito de vida o la misión espiritual que aquel que sufre el desquite tiene para cumplir.
Así, la espiritualidad mayor interfiere en el proceso y providencia aquella liberación antes de lo programado, teniendo siempre el bien mayor como objetivo.
Por tanto, todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, estaremos pasando por algún tipo de desquite espiritual, unos más, otros menos, pero ese desquite está permitido, con la bendición de Dios, que muchas veces nos lleva a sentir en propia carne el mal que hicimos a otros en existencias pasadas o incluso en esta actual.
Entonces, la propuesta es reflexionar antes de reaccionar cuando estemos bajo ataque, procurar ejercitar lo mejor de nosotros, espiritualizándonos; si se te pone muy difícil, pide ayuda espiritual, haz tus plegarias, una petición sincera de ayuda hecha de corazón no pasará desapercibida para los planos espirituales de luz que gobiernan nuestras vidas.
Nadie, sin excepción, está desamparado del poder y protección de Dios; existen incontables legiones de seres de luz asistiéndonos continuamente, ellos no descansan, no duermen, sólo sirven amorosamente al plano de Dios, en el cual estamos incluidos.
Aunque estés sufriendo mucho, y este autor bien sabe que hay grados de sufrimientos físicos, psíquicos, mentales y emocionales que podemos considerar casi insoportables, aún así reitero que nadie está desamparado del poder y de la protección de Dios.
Pide con todas las fuerzas de tu corazón, pues sabes que tu petición será registrada, evaluada y providenciada.
A partir de este punto, sólo confía y aguarda, la respuesta llegará.
Sed felices, la liberación es para aquellos espíritus fuertes, fuertes en la fe, en el amor, en el perdón, en la humildad de corazón y en la transformación positiva que consiguen proporcionar a sí mismo y a los demás.
João Sposito - Brasilia-DF
Diciembre 2018
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