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Los dolores del cuerpo y los sufrimientos del alma
por WebMaster
por Nadya Prado
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Traducción de Teresa
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El dolor es una advertencia emitida por el cuerpo físico e informa de que algo no anda bien en nosotros. Células nerviosas especializadas en el sentido del dolor, nociceptores, que tenemos a miles en cada milímetro de la piel, transmiten esos impulsos a nuestro Sistema Nervioso Central (SNC).
En cambio el sufrimiento es más abstracto y está directamente relacionado con los cuerpos sutiles, emocional y mental. Tiene grado de densidad, pero no es tan palpable como el dolor.
En la visión holística del ser, comprendemos que los dolores del cuerpo están causados por los sufrimientos del alma, e incluso los acontecimientos que no relacionamos con el plano energético tienen en su contraparte raíces sutiles. Pero ¿el dolor causa el sufrimiento, o el sufrimiento causa el dolor?
En mi caso, tengo una depleción energética evidente en el lado derecho de mi cuerpo energético. Por razones que desconozco pero que tienen como causa mis vidas pasadas, nací con esa complexión energética en mis cuerpos sutiles, que me hacen ser más vulnerable a los desequilibrios en esa zona.
Cuando alguien se cae de una escalera, llegó a ese suceso no por mera casualidad. Hay un tejido que une pasado, presente y futuro, y que se manifiesta en la rueda del Karma. La ley de causa y efecto está siempre presente en todas las manifestaciones. La caída de esa persona es un reflejo de su metafísica que la ha llevado a tal situación.
La casualidad no existe, lo que hay es el Karma que creamos mientras nos manifestamos.
La ciencia clasifica el dolor como una sensación, al igual que el gusto o el olfato, que se manifiesta a través de los receptores nociceptores. Éstos son activados por cuatro tipos de estímulos, básicamente: mecánico, eléctrico, térmico y químico. La activación, por lo regular, está asociada a una serie de reflejos, tales como el aumento del riego sanguíneo en la zona afectada, la contracción de los músculos cercanos, cambios en la tensión sanguínea y dilatación de la pupila.
Cuando un tejido sufre una lesión, por una infección o una quemadura solar, las células liberan prostaglandinas y leucotrienos, que aumentan la sensibilidad de los nociceptores, los cuales son capaces de convertir en dolor cualquier impulso, por mínimo que sea. Ese fenómeno es un mecanismo de defensa del organismo conocido como hiperalgesia.
Varios medicamentos interfieren en el ciclo de producción de las prostaglandinas y reducen la sensibilidad de los tejidos. El bloqueo de la acción de los leucotrienos también es objetivo de los analgésicos. Fíjate en que el dolor es un síntoma del cuerpo y no la causa de un desequilibrio.
Yendo más allá de la ciencia materialista, adentramos el universo holístico, que nos orienta sobre la interacción del cuerpo con la psique y las emociones. El sufrimiento como resultante de la condición energética de los cuerpos emocional y mental conduce al cuerpo su significado. El cuerpo físico, a su vez, traduce el sufrimiento en forma de desequilibrios, de orden físico, que se instalan por medio de los accidentes, dolencias y enfermedades.
Como escribe Amit Goswani en su libro "El Médico Cuántico", hay una "causación descendente" en la manifestación. El espíritu, o sea, la consciencia es la causa de la manifestación, creando la realidad, entre las diversas posibilidades, por medio del colapso cuántico. Entonces, el sufrimiento del alma, en aprendizaje evolutivo en la Tierra, da dirección a tu salud.
Decir que podemos sentir dolor sin que haya sufrimiento es una solemne bobada. Si tengo un dolor en mi cuerpo es imposible no sufrir. Él se hace emergente en mi ser, indicando que es una prioridad a ser atendida. Tuve una crisis renal hace tiempo y ya no era capaz de elaborar pensamiento alguno que no tuviese relación con ella. Sufrí mucho en aquellos momentos, y si alguien me hubiese dicho que sufrir era elección mía, creo que la cólera me haría saltar al cuello de esa persona.
El sufrimiento es tan real cuanto el dolor y lo que podemos elegir es buscar la causa que lo hizo emerger e intentar transformarla. Recordando que el sufrimiento está causado por mis patrones mentales y emocionales. Con mucha paciencia y cariño, puedo modificar mi estado espiritual, revertiendo la situación, encaminándome a la sanación.
El sufrimiento es un síntoma que lleva al dolor. Es la consecuencia de nuestras miserias interiores, que todavía tenemos que trabajar en nuestra transformación. La aceptación es el mejor remedio para que todo dolor y todo sufrimiento se calmen.
La fibromialgia es un buen ejemplo sobre dolor y sufrimiento. Considerada un síndrome y no una enfermedad, sus causas son desconocidas. Es el reflejo del sufrimiento que se incorpora, literalmente, con dolores musculares que se diseminan por el cuerpo como un castigo. Hablaremos más sobre la fibromialgia en un próximo artículo.
No huyas de las señales que te da tu cuerpo, porque son mensajes de tu alma. Habla con ella y pregúntale qué es lo que te está faltando en tu vida. No barras para debajo de la alfombra tus dolores y sufrimientos, no te niegues a ti mismo. Sal al encuentro de tu felicidad, consciente de que el sufrimiento y el dolor son como tu alma, llamando a la puerta de tu corazón para despertar tu ser.
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