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Los hijos de Narcisistas Perversos pueden despertar
por Silvia Malamud
Traducción de Teresa
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Abandono, desconexión y aislamiento, uno de los dolores emocionales más lancinantes que se pueden experimentar, principalmente cuando sobreviene ya al comienzo de la vida.
La historia entera atañe a la falta de conexión afectiva y al inmenso pavor a ser abandonado. Un pánico silencioso por la posibilidad de volver a experimentar algo extremadamente vivido y que con el paso de los años se ha venido encubriendo.
Ya al comienzo de la vida, cuando no se produce la conexión afectiva entre madre e hijos, el sentimiento que queda es un miedo real acerca de la sobrevivencia. Cuando no se produce legitimidad de amor en nuestra llegada al mundo, cuando la información afectiva que debería decir algo como: ¡Qué bueno que has llegado, estamos felices de que estés entre nosotros!, y cuando nadie efectivamente nos espera de modo amoroso y cálido, el proceso de vivir se inicia de modo bastante perturbador. Como posibles consecuencias, inseguridades diversas, sensaciones, sentimientos y pensamientos de que tanto da, de no ser importante y de ser indeseado, suelen formar parte del delicado escenario de esos hijos.
¿Quiénes son esas madres que no se vinculan?
Son personas funcionales a ojos de la mayoría, pero que se encuentran desconectadas de sí mismas y como consecuencia, desconectadas de cualquiera, incluso de los hijos, cuando los tienen. Son madres que no tienen la capacidad de hacer conexión con nada, con ninguna situación y con nadie. Es importante saber que esa desconexión es la reverberación del tema del dolor emocional de ellas mismas.
En la patología de la desconexión afectiva, la percepción del self, o sea, del yo propiamente dicho, se hace prácticamente inviable, debido a que no hubo nadie que pudiese ofrecer una mirada con tales significados. Como consecuencia, la víctima de una situación de ese tipo crea una imagen externa idealizada de sí misma, que a todo momento necesita ser dinamizada. Una tarea frenética que busca verse a sí misma, aunque no sea más que en la apariencia.
Esos personajes, cuando tienen hijos, debido a severa e inconsciente angustia del sentimiento de vacío interior sumado a sentimientos de abandono, acaban por desarrollar mecanismos perversos también inconscientes hacia ellos, a fin de invalidar cualquier cosa que intentasen hacer para recibir amor o algo que les pudiese servir de evidencia de que existen.
El mecanismo es perverso también porque, como no existe conexión y sí un enorme dolor por la falta de ésta, la madre, también víctima, hará de todo para que esos hijos queden conectados a ella por la angustia de la falta y por el miedo al abandono total. Entonces ofrecerá migajas de pseudo afecto para que ellos crean que existe la conexión, y seguidamente las retirará, dejándolos literalmente en quiebra. De este modo los mantendrá conectados con la posibilidad de tener lo que jamás lograrán obtener de ella, que es el amor legítimo.
El miedo a la falta de amor y al desamparo es lo que les mantiene atados y también la ilusión de que ese hueco afectivo podrá ser sanado. Mientras no despierten de esa terrible trama/cárcel, los hijos permanecerán atados en esa y en otras posibles conexiones perversas de la misma clase.
La madre proyecta en esos hijos su magnanimidad abusando de la dependencia de ellos. En el fondo, tales hijos son los aspectos más carentes de amor de esa propia madre, pero que ella rechaza y quiere destruir. Proyecta en los hijos y hace que éstos vivan su propio miedo mayor, que es el del abandono y el desamor. Con ese mecanismo ella se deja exenta de su propio dolor, siendo que los hijos pasan a vivirlo por ella.
Esa madre, por tanto, seguidamente hará de todo para destruir la formación de un self total en sus hijos, abriendo en ellos severos traumas de apego en la medida en que ejerce su poder de autoridad materna.
Lealtad familiar:
Aún en esa dinámica, y por amor, puede existir una suerte de pacto silencioso en que los hijos arrastran ese fardo de modo ciego para proteger una madre frágil que no ha sido capaz de entrar en contacto con el terrible dolor emocional provocado por los sentimientos de abandono y desamparo. Un proceso subterráneo que mientras no sea revelado y debidamente tratado, mantendrá a todos inmersos en un sufrimiento velado y sin fin.
Es importante saber que esta es una dolencia disociadora del psiquismo, por tanto, totalmente inconsciente, y por devastadora que pueda ser, todos son víctimas.
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Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos
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