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¿Tu Animalito se murió? ¡Vamos a superar la culpa!
por WebMaster
por Íris Regina Fernandes Poffo
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Traducción de Teresa
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Muchos pueden ser los motivos que se llevaron a tu mascota: enfermedades, accidentes, vejez, complicaciones en el parto.
Muchas personas sufren por la pérdida de su animal estimado. ¡Es perfectamente normal echar de menos a quien ha estado con nosotros tanto tiempo, compartiendo alegrías y tristezas! Queda una sensación de vacío en el pecho, la vida pierde la gracia, la casa se hace extraña, la rutina queda alterada.
Muchas personas sufren todavía más por sentirse culpables. Se culpan por haber autorizado la eutanasia, se culpan por considerar que no hicieron todo lo que debían para salvarlo, se culpan por no haber sido más amorosas o más cuidadosas.
¡Respetamos tu dolor! Comprendemos que tienes motivos para sentirte así. Pero.culparte ¿traerá al animalito de vuelta?
¿Vamos a mirar la vida con otros ojos? ¿Con los ojos del discernimiento? Los animales enferman y envejecen. Están sujetos a picaduras de animales ponzoñosos, pueden intoxicarse con una planta venenosa, pueden desarrollar enfermedades propias de animales como la de la garrapata, o enfermedades típicas de humanos, como diabetes, cáncer, problemas renales y respiratorios. Forma parte del ciclo de la vida: nacer, crecer y morir.
¡Cuando amamos, queremos tener siempre al ser amado a nuestro lado! ¿No es cierto? Pero qué cosa es "para siempre" si nuestra vida terrena es pasajera? El poetita Vinicius de Moraes (1913-1980), quien escribió mucho sobre el amor, bien dijo ¡"que sea infinito mientras dure"! El cariño que tenemos por el ser amado no desaparece, tiene un rinconcito secreto en el corazón.
Tu animalito te enseñó muchas cosas sobre la vida ¿no? ¿Por qué llorar la muerte, entonces, si nadie muere? El cuerpo desfallece, pero no somos sólo un cuerpo. Somos seres de luz en evolución, humanos y animales, viviendo y aprendiendo a vivir, sea aquí, sea allá. En el plano espiritual, tal como existen amparadores o mentores o auxiliares invisibles para humanos, también los hay para animales. Tal como hay ciudades espirituales como la famosa colonia Nuestro Hogar, descrita en el libro Nosso Lar, de André Luiz, también existen colonias espirituales que cuidan especialmente de animales, como describe Marcelo Benedeti en el libro "Todos os animais merecem o céu".
Mientras tú sigues alimentando el dolor de la pérdida, cerrándote al mundo, indignada con Dios o con la vida, tu animalito ya se recuperó y debe estar corriendo por los jardines, jugando con otros animalitos. Para los animales, la recuperación es mucho más rápida que para los humanos, porque ellos no permanecen presos a sentimientos de culpa, enojos, remordimientos y cosas así, que nosotros generamos y acumulamos. Tenemos mucho que aprender con ellos, ¿no es cierto?
¡Personas y animales entran y salen de nuestras vidas! No debemos iludirnos con sentimientos de posesión. Nada ni nadie nos pertenece. Ni siquiera este cuerpo físico que nos fue prestado para vivir esta presente encarnación en la vida terrena.
Sufrimos porque las cosas no son como nos gustaría que fuesen. ¿no es cierto? ¡Sufrimos porque no tenemos el control de todo! ¿Sirve de algo estar así? Culparse, indignarse o deprimirse ¿hace que algo cambie? ¡No, sólo empeora la situación! Y además podemos generar enfermedades en nosotros mismos. Y sin salud (física, emocional y espiritual) ¿quiénes somos nosotros?
Mientras tú estás así, triste y deprimida, detenida en el tiempo, aquel animalito ya debe tener otro cuerpo y estar viviendo en otra casa. ¡Sí, eso es posible, sí!
Los animales pueden reencarnarse después de algunos meses de su tránsito, mucho más rápidamente que los humanos.
Entonces, ¿vamos a dejar de agredirnos viviendo el pasado, pensando en lo que podríamos haber hecho o lo que no deberíamos haber hecho? ¿Vamos a cuidar más nuestro jardín interior, regándolo con los buenos fluidos de la alegría y de la gratitud, en lugar de lágrimas de amargura y resentimiento? No podemos volver atrás el reloj del tiempo, pero podemos hacer algo diferente de ahora en adelante. ¡Basta querer! ¡Y es preciso querer! "¡Ayúdate y el Cielo te ayudará!"
Y cuando te sientas más fuerte, cuando notes que has superado el duelo, cuando sientas el corazón más limpio, piensa en adoptar a un cachorrillo huérfano o a un adulto abandonado. Y sigue adelante, ¡siempre en el bien, siempre en la luz!
¡Por Iris R. Fernandes Poffo y auxiliares invisibles!
Octubre de 2017
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