Muchos son los que se entristecen, y sufren, y lloran con el corazón roto por la partida de un ser querido, ya sea humano o animal de compañía. ¿Fue por enfermedad, por accidente o algo peor? Entendemos y respetamos el dolor de cada cual. Abrazamos, confortamos y consolamos a esos corazones afligidos. Esclarecemos también, con la advertencia de que sufrir demasiado hace daño, principalmente al que se queda, y puede incluso perjudicar al que se fue.
Pensamientos egocéntricos, arrepentimientos, resentimientos, culpas y demás, son como láminas cortantes que dilaceran el alma. Comprensión, entendimiento, aceptación, resignación y cosas así, expanden el alma.
¿Cuántos no desearían volver en el tiempo, para que todo fuese de otra manera? Pero no hay cómo volver al pasado. ¡Lo pasado, pasado está! Hay que aceptarlo, ya que no se le puede cambiar. Sigue adelante. ¡Recíclate!
¡Tienes que comprender que no estás solo! Y que el mundo no va a parar de girar sólo para que tú te bajes. ¡Anímate!
¡Hay amigos visibles a tu lado que desean ayudarte, y además aquellos que no se ven, sólo se sienten! Abrázate!
Hay conciencias libres y leves, y hay conciencias pesadas y apegadas a condicionamientos antiguos. ¡El sufrimiento no es eterno! Éste sigue junto a la persona, allí donde ella vaya, hasta que de él quiera liberarse. ¡Desapégate!
¡No podemos ayudar a quien no quiere ser ayudado, ni traer mensajes para quien no está abierto a recibirlas! ¡Abre la ventana y recibe en ti el calor del sol! ¡Permítete eso!
¡Podemos, sí, llenar de color el camino de aquellos que quieren unirse a la energía divina, al ser mayor del universo! ¡Elévate!
¡Podemos y queremos fortalecer a aquellos que siembran amor y luz en sus propios corazones y en el de los demás, todos los días, cada día! ¡Sonríe! ¡Alégrate!
Observación: Este texto, inspirado por los auxiliares invisibles consagrados a animar la vida de las personas, va dedicado a todos cuantos padecen la ausencia de un ser querido, sea humano o aquel ser especial de cuatro patas, con un especial cariño a las personas que han acudido a nosotros para contar sus historias y compartir su dolor y su superación. ¡Abrazo fraterno lleno de amor y luz!
Iris R. Fernandes Poffo y Auxiliares Invisibles - Grandes Amigos del Sol Mayor
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