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Entrelazamiento cuántico del alma

por Acid
por Acid

Traducción de Teresa
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Un experimento realizado en 2016 por David Coles, de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) puede haber sido exitoso en el entrelazamiento de bacterias con partículas de luz (fotones).

Coles y sus colegas sujetaron cientos de bacterias fotosintéticas entre dos espejos, reduciendo progresivamente la distancia entre éstos, hasta algunos cientos de nanómetros - menos del ancho de un cabello humano. Realzando la luz blanca entre los espejos, los investigadores esperaban hacer que las moléculas fotosintéticas dentro de las bacterias absorbiesen, emitiesen y reabsorbiesen continuamente los fotones rebotantes. El experimento tuvo éxito; hasta seis bacterias parecieron hacer eso. En esencia, parece que ciertos fotones estaban simultáneamente alcanzando y perdiendo moléculas fotosintéticas dentro de la bacteria - una marca registrada del entrelazamiento/enmarañamiento.

Ese fenómeno, conocido como superposición o entrelazamiento en física cuántica, postula que una partícula pueda parecer estar en dos lugares al mismo tiempo y que dos partículas puedan tornarse "entrelazadas", compartiendo informaciones más rápido que la luz a través de distancias arbitrariamente grandes, por medio de un mecanismo desconocido. Por extraño que parezca, el concepto fue experimentalmente validado innumerables veces en escalas cuánticas. En cambio, en nuestro mundo macroscópico, las cosas son bastante diferentes. Nadie jamás ha sido testigo de una estrella, un planeta o un gato en superposición o un estado de entrelazamiento cuántico (el gato de Schrödinger, por ejemplo, es un experimento del pensamiento, o sea, teórico). Desde la formulación inicial de la teoría cuántica, a principios del siglo XX, los científicos se preguntan dónde, exactamente, los mundos microscópicos y macroscópicos pueden cruzarse. ¿Cuán grande puede ser el reino cuántico? ¿Lo suficientemente grande para que sus aspectos más extraños ejerzan influencia íntimamente sobre los seres vivos?

A principios de este año, por ejemplo, investigadores han demostrado que el proceso de fotosíntesis - por medio del cual los organismos producen alimentos sirviéndose de la luz - puede implicar algunos efectos cuánticos. La forma en cómo los pájaros navegan o cómo nosotros olemos también sugieren efectos cuánticos que pueden ocurrir de modos poco comunes en los seres vivos. Hasta entonces nadie había logrado persuadir a todo un organismo vivo - si siquiera a una bacteria unicelular - a exhibir efectos cuánticos tales como el enmarañamiento o la superposición.

Analizando el experimento de 2016, los científicos ahora argumentan que las bacterias se tornaron "enmarañadas" con la luz dentro de la cavidad. "Nuestros modelos muestran que el fenómeno que se está registrando es una firma del entrelazamiento entre la luz y ciertos grados de libertad dentro de las bacterias", dijo la física cuántica Chiara Marletto, de la Universidad de Oxford. Según otro autor del estudio, Tristan Farrow, esta es la primera vez que tal efecto fue vislumbrado en un organismo vivo. "Ciertamente es fundamental para demostrar que estamos en el buen camino para una idea de una 'bacteria de Schrödinger'", afirmó.

La cuestión que esa materia me ha despertado y que por la cual me he puesto a escribir aquí en el Saindo da Matrix es porque yo, como muchos aquí, deben tener esa curiosidad de "¿cómo se liga el alma al cuerpo?"

El Espiritismo nos dice, en la 2ª edición de "El Libro de los Espíritus" (1860) lo siguiente:

344. ¿En qué momento el alma se une al cuerpo?

La unión comienza en la concepción, pero sólo está completa con ocasión del nacimiento. Desde el instante de la concepción el Espíritu designado para habitar cierto cuerpo se liga a éste por un lazo fluídico, que se va apretando cada vez más hasta el instante en que la criatura ve la luz. El grito que entonces suelta anuncia que ella se cuenta en el número de los vivos y los siervos de Dios.

La Revista "¿Qué es el Espiritismo", que es una obra de 1859 (anterior al Libro de los Espíritus), trae:

"Desde la concepción el Espíritu, aunque errante, se liga por un lazo fluídico al cuerpo a que debe unirse. Ese lazo se estrecha cada vez más, a medida que el cuerpo se desarrolla. Desde ese momento, el Espíritu es tomado de una perturbación que va creciendo sin cesar; al acercarse el nacimiento la perturbación es completa, el Espíritu pierde la conciencia de sí mismo y no recobra sus ideas sino gradualmente, a partir del momento en que la criatura respira; es entonces cuando la unión está completa y definitiva".

Es una imagen interesante del espíritu "entrelazándose" más y más al cuerpo hasta perder la conciencia de sí mismo como espíritu y despertar como una "nueva persona". Me recuerda también la "pérdida del ego" que antecede al renacimiento en el "Libro de los Muertos" tibetano. El experimento de los científicos va estrechando el espacio entre la luz y la materia, hasta que ambos se entrelacen: lo inmaterial con lo material. ¿No podría ser así en la unión del cuerpo con el alma? Y el hecho de hacer uso del entrelazamiento cuántico (o sea, dicha alma podría ser como el fotón, enmarañada en todas las bacterias, todos los órganos, en constante comunicación no-local) ¿podría explicar el misterio de los trasplantados que heredaron características de los donantes? Hummmm.

Referencia:
Hyperscience: "Bactéria de Schrödinger" pode ser um marco na biologia quântica;
Ciência todo dia: O Entrelaçamento Quântico Explicado;
Saindo da Matrix: memória celular



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Acid é uma pessoa legal e escreve o Blog www.saindodamatrix.com.br
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