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ESPECIAL STUM: La Cura del Cáncer

por Sergio Scabia

Traducción de Teresa - [email protected]

Hasta parece que el Universo, la Madre Tierra, la Humanidad, se han cansado de tanto desmán, de tanta manipulación, de tanta insensibilidad y egoísmo que nos limitaban y trababan nuestra andadura.
Viejas máscaras están cayendo, tras el colapso del sistema financiero mundial, exponiendo entrañas putrefactas a la vista de cuantos tienen ojos para ver y mostrando la cara de sus limitados y perdularios líderes. Así, de repente, hemos visto un castillo de cartas derrumbarse, estallar una gran burbuja, arrastrando consigo las economías e ilusiones de un enorme número de personas olvidadas de las leyes universales, que se consideraban intocables, muy por encima de los demás mortales.
Sectores productivos enteros, antes considerados “locomotoras de la economía”, valores de base y motivo de orgullo de países que se dicen del primer mundo, son hoy considerados decrépitos dinosaurios, pero aún dispuestos a sorber – para poder tener alguna vida añadida – el dinero de quienes pagan impuestos... los consumidores, los verdaderos actores principales de esta pieza transformadora que tenemos el privilegio de acompañar y, sobre todo, de influenciar.

Personalmente, atribuyo gran parte de los cambios actuales en el Planeta, a Internet, que, aun con todos sus fallos, en esta última década ha venido produciendo un volumen de informaciones tan grande, completo y diseminado, que está – incluso – robando a las redes de TV una jugosa tajada de público y de anunciantes, y llegando ahora a alcanzar a los mayores periódicos del mundo, como el Los Angeles Times que ayer (9/12) se declaró en bancarrota, amargando una deuda de nada menos que 13 billones de dólares, al mismo tiempo que en otras organizaciones están acabando con la impresión en papel y desactivando sus parques gráficos.

Internet ha democratizado la información, permitiendo además la participación, el intercambio de opiniones, la circulación de ideas y acontecimientos relevantes de forma directa, inmediata. Personas con discernimiento, con buen sentido e intuición tienen hoy sus espacios sagrados para, por fin, exponer valioso contenido, cumplir su función por aquí. Muchas, totalmente despiertas, comparten activamente sus hallazgos, enganchadas de manera total con su proyecto de vida, sabiendo expresar, manifestar con claridad sus puntos de vista, su indignación, yendo de esta forma mucho más allá de la decepcionante elección de sus líderes, al depositar (frecuentemente contra su gusto) su voto en la urna. A partir de la Net, esas personas están provocando un cambio permanente e irreversible, un verdadero efecto dominó, sin que sea preciso marchar en manifestación por las calles o exhibiendo un comportamiento explícito de rebeldía.

Bien, todo cuanto he escrito hasta aquí es para introducir algo muy especial, extremadamente importante... quienes nos acompañan desde el comienzo (en enero próximo entraremos en el 10º año de vida) sabe de nuestra buena fe y de la seriedad que nos han acompañado desde siempre, lejos de sensacionalismos baratos y superficialidades. Es lo siguiente: hace cerca de dos meses recibí de una usuaria de este Web un e-mail que trataba de la cura del cáncer. Investigué, sentí firmeza y lo reenvié a mucha gente, de aquí y de fuera. Estaba propagando una buena nueva en la red, como muchos otros han hecho y, un buen día, por otros múltiples caminos, empezaron a volver mensajes relacionados, esta vez con más y más informaciones, datos, clareza y testimonios viscerales que llegan a conmovernos profundamente por la sencillez y espontaneidad de los pacientes curados; seres otrora desengañados, tras pasar por operaciones quirúrgicas invasivas y además por sesiones de quimio y radioterapia. Procedimientos inútiles.

¡Sí, el cáncer puede ser curado!

Así fue como hemos llegado a conocer, respetar y agradecer al Dr. Tullio Simoncini, un médico oncólogo italiano, una persona del bien, lleno de coraje y con la mente abierta, que está descortinando un camino tal vez definitivo y de simple comprensión, rescatando para la vida a un sin número de personas aquejadas de esa dolencia, que mata a ocho millones y medio de personas cada año en el mundo. Su primer “paciente terminal” entró en remisión y continúa vivo y bien hasta hoy.
Sin embargo, aun habiendo sido ovacionado de pie en la 36ª y última Convención anual de Terapias Alternativas sobre el cáncer, en Los Angeles en septiembre pasado, él ha sido destituido de la orden de los médicos y se le ha impedido operar, sufriendo además un masivo bombardeo por parte de los medios de comunicación, promovido por el jurásico y podrido sistema de poder local que debería cuidar de la Salud de los pacientes, pero está comprometido de forma promiscua con la industria farmacéutica y sus desmanes... probablemente, el próximo gran sector que habrá de ser cuestionado, revelado y redimensionado. Es inadmisible que miles de casos de cura definitiva, obtenidos con técnicas sencillas y eficaces ni siquiera sean estudiados, simplemente por su potencial de perjudicar los astronómicos lucros futuros de ese cártel. Es algo monstruoso, por decir poco, pero que se acerca inexorablemente a su final. Sí, nada es más fuerte que la verdad que libera, que triunfa sobre la miseria del alma, la debilidad de carácter, la pobreza de espíritu.

El descubrimiento es genial y coincide con la sabiduría popular que ya había colocado sus rótulos en los mayores candidatos a padecer ese mal... ¿sabes aquellas personas “ácidas”, “cáusticas”, “amargas”? ¡Bingo!
Pues bien, el aspecto genético y el ambiental, considerados desde hace décadas por las sumidades académicas como los principales causantes de la enfermedad, en realidad, poco tienen que ver con las personas citadas. En su mayoría ellas, desgraciadamente, van acompañadas por el pesimismo, por la frustración, por la tristeza y por el desconocimiento del sentido profundo de la existencia. Quien acompaña el STUM desde hace algún tiempo sabe de la gravedad que tienen las emociones negativas, las creencias equivocadas transmitidas de generación en generación, de los resentimientos y resquemores (¡Qué bueno es perdonar y perdonarse!) que se manifiestan finalmente en el cuerpo físico en forma de dolencia, de degeneración celular.

Probablemente, si colocamos un medidor portátil digital de pH, (que cuesta 20 Dólares en los EUA – un instrumento que revela si una solución líquida es ácida, neutra o alcalina – ¡qué buena y fácil prevención, ¿eh?!) en la saliva de una de esas personas, verificaremos que el instrumento marcará algo en torno a 5, siendo que el valor neutro es 7 (prácticamente lo ideal. Por encima de 7 tenemos las soluciones alcalinas).
En esas condiciones de acidez, el organismo se convierte en presa más fácil de hongos oportunistas, que proliferan en ambiente ácido, creando colonias, produciendo eventualmente problemas fisiológicos graves que todavía suelen denominarse “irreversibles” por la ciencia médica actual.

Buen observador y seguramente dueño de una intuición privilegiada, el Dr. Simoncini empezó a atacar los tumores, donde quiera que se encontrasen en el cuerpo de sus pacientes, con soluciones calibradas de bicarbonato de sodio, el famoso y barato componente principal del “Sal de Frutas” (que los apreciadores de la fabada bien conocen), elemento alcalino que simplemente acaba con el hábitat ácido, territorio favorable al hongo invasor. (Las aftas suelen ser compañeras de jornada de la dolencia del siglo y el bicarbonato ha demostrado su actividad también con ellas). El cáncer de piel también empezó a entrar en regresión, a ser curado, utilizando para uso externo algo también popular: la solución de tintura de yodo, pincelada directamente sobre la piel. En fin, el camino está abierto, funciona, es práctico, sencillo, barato. Cabe ahora a las personas de buena voluntad y buen corazón proceder con enfoque, con coraje y determinación para esparcir a los cuatro vientos e introducir de una vez este arte de curar.

Este Website está haciendo su parte... si notas firmeza, ayuda a difundir el mensaje a tus contactos; si estás en condiciones, ayuda a traducir – a partir del italiano o del inglés – los dos idiomas que más informaciones aportan sobre esta revolucionaria terapia.
Caso tengas esta posibilidad, deja tu comentario aquí manifestando tu voluntad de traducir aquella parte específica del Website. Tomaremos nota y coordinaremos las traducciones evitando trabajos duplicados. Todas las novedades relativas a la materia serán actualizadas siempre en este mismo link.
En este link encontrarás la traducción que hemos realizado de un capítulo de su Website que explica cómo hacer la auto-aplicación del bicarbonato sódico en algunas situaciones específicas; vale la pena leerlo para comprender mejor la dinámica de la cosa.
Recuerda siempre los riesgos de la automedicación, siendo que lo ideal es contar siempre con la supervisión de un médico.
También es extremadamente oportuno resaltar aquí que cualquier dolencia es un signo indicativo de la necesidad de realizar cuanto antes un cambio de rumbo a nivel interior, alimentando el Alma con pensamientos y actitudes de amor universal y el cuerpo físico con una alimentación consciente... ¡y alcalina! Comprueba más informaciones sobre este apartado en el texto de Conceição Trucom que acompaña este boletín especial.

Aquella parte esclarecida de la clase médica que respeta a su paciente, que está abierta de verdad, lista para evolucionar en todos los sentidos y no solamente en términos de carrera o financieramente, podrá, por convicción o por curiosidad entrar en contacto aquí y ahora con la terapia de nuestro nuevo amigo Tullio, accediendo y profundizando en los links a disposición, sumándose al Todo, aportando sus observaciones, sus contribuciones y, por que no, perfeccionándose y empezando a utilizar esta técnica en su consultorio o donde se hiciese necesario. Abre tu mente y tu corazón, ¡vale la pena!

Y para ti que nos acompañas, apoyas, incentivas, que participas y que has llegado hasta aquí, va aquella petición sincera y humilde de un hermano de jornada... Sé la portadora de buenas nuevas como esta, de esperanza, de alegría. Sé el Ángel que disemina la semilla del bien, entre aquellos que conoces y entre los que solamente te parece que no conoces. Da lo mismo. No hay separación, sólo Integración, Unidad.
¡Sí, Somos UNO solo!

Námaste
Sergio STUM


sergio
Sergio Scabia é co-fundador do Site Somos Todos UM
Email: [email protected] Visit the author's website



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